NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO. Por Enmanuel Camejo Zavala
NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO
«Si les he hablado de las cosas terrenales, y no creen, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales?». Evangelio de Juan, capítulo 3, versículo 12
Todo es ilusión. Nuestros sentidos básicos (oído, vista, tacto, olfato y gusto) están hechos para que podamos existir y domeñar el medio ambiente y adaptarnos, con relativo éxito, a las variaciones del mismo. Es difícil, para una mente humana, comprender lo que subyace o suprayace, tras, ante, bajo o sobre, de la realidad sensible, salvo lo que las matemáticas nos permitan inferir o las abstracciones profundas del pensamiento, amén de lo que la tecnología aporte para ampliar los sentidos (microscopios y telescopios poderosísimos, asi como cualquier otra creación tecnológica, que amplifique los otros sentidos a niveles inimaginados).
Sistemas solares, galaxias espiraladas, supernovas, agujeros negros, materia oscura (en el macrocosmos); átomos, protones, electrones, neutrones (en el microcosmo de los elementos terrestres) y otras como neutrinos, fermiones y bosones (surgidos por la acción de rayos cósmicos o aceleradores de párticulas hechos por el hombre y que forman parte, tanto arriba tanto abajo, de un cosmos escencial y poco entendido), son piezas fundamentales de un mundo ajeno a la cotidianidad del hombre social y que apenas formaran parte de él cuando se incorporen en libros de textos académicos o en la tecnología aplicable a la economía doméstica.
Lo cierto es que todo lo que brilla no es oro, ni el oro lo es todo. Hay mas conformismo que preguntas y mas preguntas que respuestas. Mientras tanto existir es una realidad que al paso de los años terminará en la inexistencia (al menos como podemos percibirla) y es durante ese tránsito, cuando y donde, tendremos la oportunidad de tomar la diección correcta (o consciente).
Enmanuel Camejo Zavala