Opinión

Mienten, atemorizan y aterrorizan. Por Cachavacha «La Magnífica». (Tomado de un panfleto que recorre un mercado en Buenos Aires)

Mercado en San Telmo, Buenos Aires Argentina

Mienten, atemorizan y aterrorizan

Tres vocablos que recorren calles, medios y redes, enseñoreándose de la voluntad sumisa de los pueblos latinoamericanos.

No es fácil salir de la trampa. Ya somos animales exánimes atrapados en su miedo, atragantados en su rabia.

Nunca hubo tantos oprobiosos mercaderes frente y dentro del templo de nuestra América del Sur.

Cómo nos hace falta un Jesús, cómo el de Nazareth (no importa que se llame Santiago, Mateo o Nicolás) pero que, látigo en mano, exorcise y desaloje los demonios trasnochados y advenedizos que usurparon los pueblos del Río de la Plata y los convirtieron en oscuros y poco transparentes mercados persas, chinos, turcos, rusos y hasta de algunos privilegiados marchantes criollos.

Cachavacha «La Magnífica»

CAMBALACHE. Adriana Varela

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