Thiresías. Por Enmanuel

Thiresías

Al principio pensaba que todo era fuerza, impulso en movimiento, expresión visible de la energía. Sin embargo, había tanto que se ocultaba en ella, tras ella y después de ella, que entonces creía comprender que la vida era mas que equilibrio, que la existencia el manejo de ese equilibrio y la muerte… un simple movimiento del punto de aquel equilibrio.

Thiresías vió al cielo, llenó sus pulmones de aire y exhaló con fuerza, como repartiendo vida a su alrededor.
Caius y Caliope, apenas si se apartaron de sus labores cotidianas al escuchar la fuerza de aquella exhalación:

• ¡Mijo, a buen suspiro!

Thiresías apenas si se dió por aludido.

Macrocosmos, microcosmos, cotidianidad, supervivencia, sociedad, ecosistemas… tanto y nada para sus preguntas. Meros signos de un lenguaje de propuestas, descriptores de una ciencia sin «por qué».

• ¡Para el hambre: pan! ; ¡Para el cansancio: sueño!; ¡Para la tristeza: amor!

(Corearon Caius y Caliope, mientras, tomados de las manos, hacían la Ronda)

Enmanuel