POEMA VII
– «Misericordia quiero,
y no sacrificios…
Conocimiento de Dios…
más que holocaustos»
Predicaba,
el hijo de Beeri,
en los desiertos
de Siquem y Samaria.
(Mientras el olor
a grasa quemada,
ahumaba
el alma irredenta
de Israel)
– «Si supieseis
qué significa:
Misericordia quiero, y no sacrificio.
No condenaríais
a los inocentes».
Elevaba, Yeshúa,
su voz al viento,
en alguna colina
al norte del Jordán.
(Mientras los «doctores»
de la ley
desgarraban
las vestiduras,
que cubrían
sus
«sepulcros
blanqueados»).
E.C.