«Una reflexión al borde de la Aurora». Enmanuel Camejo
La Aurora esbozó su mueca por el este y el pensamiento despeinó la madrugada:
La interacción entre los seres humanos la rigen leyes o fuerzas complejas que desdimensionan las fuerzas originarias o fundamentales del universo. Un «Hombre» mide y conceptúa, pero no puede dejar de reconocer que es un “Hombre”. Este ser (el «Hombre») usa y domina las fuerzas Universales en la medida de su instrumentación para tal fin, es decir, el «Hombre» usa conscientemente lo que conoce y participa de forma tácita de lo que desconoce. Se asume protagonista y descubridor de un Universo que ya existía antes que él… y sin embargo tiene el tupé de negar o definir a Dios.
Cada «Hombre» es una «visión del mundo» que se relaciona, por simple y necesaria coexistencia, con otros «Hombres», («otras visiones del mundo»). Me atrevo a afirmar que somos una coexistencia de cosmovisiones, en pugna, por dominar el tiempo y territorio que nos tocó. ¿Principio de supervivencia o pulsión?. No sé.
Lo que si sé, es que es cierto que necesitamos aceptación de otros semejantes para reconocernos y en ese proceso de aceptación social, nos desdibujamos, o sea, perdemos la forma individual originaria, para ser personajes de ficción.
Enmanuel Camejo