ZULIANOS ILUSTRES: Rafael Urdaneta (Segunda Parte). Por Victor R. Salazar
ASCENSO A GENERAL DE DIVISIÓN
Urdaneta ya a las órdenes del Gobierno granadino, marchó a Cundinamarca. En tanto Bolívar había llegado a la Nueva Granada y el 27 de noviembre de 1814 escribió a Urdaneta notificándole haber sido nombrado General en Jefe de todas las fuerzas y ordenándole marcharse hacia la capital. Las tropas cuando supieron las noticias de Bolívar se movieron sin órdenes hacia Pamplona donde se encontraba el Libertador. Urdaneta tuvo que aceptar aquella singular iniciativa y marchó luego hacia la ciudad donde se abrazó con Bolívar. Este, en la tarde, agradeció a las tropas la demostración hecha, pero les recordó la necesidad de ser fieles a la disciplina. Al día siguiente siguieron a Tunja. De aquí, abrieron operaciones sobre Bogotá, la cual tomaron el 12 de diciembre; sometiéndose los alzados al Gobierno Central. El 5 de enero de 1815, a sus 27 años de edad, Urdaneta asciende a General de División.
1816
Destinado a cubrir las fronteras en la zona de Cúcuta, en esas funciones permanece hasta la llegada de Morillo, cuando es enviado a Casanare (marzo de 1816).
En Casanare luego del efímero mando de Santander, todas las voluntades se reúnen alrededor de Páez. A su lado Urdaneta combate en el Yagual, a donde llevó la vanguardia y combatió con eficacia y grande valentía, tantas como para merecer elogios de Páez.
Urdaneta hace la vida del llanero y con tres escuadrones de ellos desde San Fernando, mandó un reconocimiento exitoso sobre Barinas. Cumplida esta misión resolvió Urdaneta ir a reunirse con Bolívar de quien decíase estaba en Barcelona. Motivos de muy diversa índole aconsejaban a Urdaneta la partida. Su grado de General de División; el haber sido propuesto el inicio de la campaña para Jefe del Ejército; las intrigas y envidias y hasta un atentado cometido por algunos soldados, del cual salió bien gracias a la oportuna ayuda de Arismendi y muy especialmente su deseo de ponerse a las órdenes de Bolívar.
Viajó por el Meta, el Orinoco y la Guayana hasta Caicara y de allí pasó al «pueblecito de Caura»; donde se reunió con Arismendi quien regresaba a Barcelona. Atravesaron el Orinoco, llegando a San Diego de Cabrutica donde se reunieron con Zaraza quien los llevó hasta el hato de Punche; allí se encontraron con Mariño. Este enviaba un rebaño de trescientas reses a Barcelona, cosa que aprovecharon Urdaneta y sus Oficiales, así como algunos «desterrados» provenientes de las filas de Piar. Urdaneta, por haberse negado a seguir viaje el Comandante Sotillo, se encargó con sus oficiales de llevar el ganado. Finalmente pudo entrar a Barcelona con cien reses. Reunido con Bolívar, apoyó el proyecto de éste de salir hacia Guayana.
En El Carito, Mariño le da el mando de una división (mando no asumido), y contra su voluntad y principios se ve envuelto en las intrigas e indisciplina de aquellas fuerzas, donde los jefes se disputaban el mando para desesperación de quienes creían que la Patria debía pasar primero. Las noticias difundidas de que Bolívar había sido asesinado, movieron a Justo Briceño (éste en Bogotá recibiría en su casa a Santander en aquel famoso setiembre) y al Coronel Salcedo, a entrar en la casa de Urdaneta para sacar de ella al Comandante Rafael Jugo (de quien se decía había organizado el asesinato de Bolívar) y matarlo. Se opuso el General diciendo que en todo caso debían matarlo también a él…
Urdaneta expuso el peligro de abandonar a Freites e instó a marchar en su ayuda. Nada pudo convencerlos. Sólo, ya cuando el ejército se deshacía, por las intrigas, consiente Mariño en darle un batallón y Monagas 200 jinetes; pero era tarde, en Aragua de Barcelona encontraron al Teniente Raimundo Freites y a unos pocos, quienes resultaron ser los únicos escapados a las bayonetas españolas. En Santa Ana, Urdaneta siguió con unos 12 soldados hacia San Francisco (de Cumanacoa) mientras Mariño marchaba sobre Cumaná. En aquel pueblo, Antonio José de Sucre le entrega dos batallones y Urdaneta lo emplea cual Jefe de Estado Mayor. Desconoce Urdaneta los acuerdos de Cariaco y pudo convencer a la mayoría de los oficiales de seguirlo hacia el Orinoco para reunirse con Bolívar.
Mariño intentó convencer a Urdaneta para lo cual lo buscó en Guanaguana, pero Urdaneta lo rechazó y continuó viaje a Maturín hacia donde había dirigido a los Oficiales.
Urdaneta se reunió con Bermúdez y pudo entrar con las tropas victoriosas a la ciudad abandonada. La actitud de Piar impuso a Bolívar el empleo de medidas destinadas a reforzar su autoridad y la disciplina; entre ellas se dio a Urdaneta el mando de la división «Piar», en Guayana la vieja. Luego fue enviado al Apure y al Arauca para llevar instrucciones a Páez.
Volvió a Angostura y en el pueblo de La Piedra, encontró al Libertador, quien le ordenó continuase viaje y regresara inmediatamente. Asiste a la junta de San Pablo cerca de Ortiz, donde opinó porque se consolidase la posesión de los llanos. Prevaleció la de seguir a los Valles de Aragua. Fue nombrado por Bolívar, en La Victoria, Gobernador de la Provincia de Caracas.
1818
Supo de la derrota de La Cabrera (14 de marzo de 1818), la cual comunicó a Bolívar en El Consejo. Hace la retirada, no sin expresar al Libertador sus temores de pérdida del Ejército y de que mejor era arriesgar batalla. Al pasar la Quebrada de Semen las tropas fueron dispuestas en una planicie de buen tamaño; a poco llegó el enemigo y el 16 de marzo de 1818 se combate encarnizadamente, la ventaja era de los patriotas, pues herido Morillo no podía ejercer el mando y sus tropas empezaban a retroceder, los patriotas persiguiéndolos se desordenaron. Un cuerpo fresco realista (tropas de Calzada) alcanzó en ese momento el campo de batalla, se lanzó sobre los patriotas y permitió rehacerse a los que ya huían. «La explosión de unos cajones de pólvora» determinó un pánico en la caballería patriota y la batalla se perdió. Se salvó gran parte de las tropas pero quedó dispersa.
Urdaneta pasó de los llanos del Guárico a San Fernando y de allí fue enviado a Cumaná donde medió en las disputas de Mariño y Bermúdez.
Más tarde fue encargado de la Jefatura del Estado Mayor. En tal calidad marchó con Bolívar al Apure. Fue de los Diputados al Congreso. Luego con el debido permiso, fue enviado a Margarita a encargarse de los voluntarios extranjeros.
Allí debió desempeñarse entre los obstáculos opuestos por Arismendi y Gómez a la salida de tropas y a las desmedidas peticiones de los legionarios. Llegó al extremo de tener que ordenar la prisión de Arismendi y su remisión a Angostura. Pero todas las medidas tomadas no fueron suficientes para reunir las tropas a tiempo para la proyectada expedición de Bolívar.
1819
De Margarita pasó con 500 hombres a Barcelona, en donde los ingleses e emborracharon y sólo Urdaneta con unos 150 alemanes y unos cuantos criollos pudo imponer el orden. Decidió reembarcarse y fue hasta el Puerto de Bordones donde se le unió el coronel Montes y efectuaron algunas intentonas contra las fortificaciones de Cumaná. De allí marchó a Maturín, donde se enteró de la Vicepresidencia de Arismendi y entregó sus tropas a Mariño. Pasó en seguida a Guayana, y siguió por el río en el cual se cruzó con Bolívar victorioso.
El Libertador al saberlo le envió el nombramiento de jefe de «La Guardia» (8 de septiembre de 1819)
1820
Urdaneta recibe instrucciones de operar sobre Maracaibo para lo cual el 1º de enero de 1820 pasó al Arauca, siguió por la Cordillera y marchó por Chita hacia Pamplona. Cerca de Cúcuta encontró en retirada a las tropas adelantadas hacia San Cristóbal y supo que La Torre estaba en los alrededores de La Grita.
Reunió esas fuerzas y marchó contra los españoles a quienes empujó hasta el otro lado del Chama. Llegado Bolívar a San Cristóbal, le ordenó observarse a La Torre y sostuviese la línea San Cristóbal, Táriba, Lobatera.
Comisionado por Bolívar para buscar parque en Achaguas (3.000 fusiles, etc.), desempeñó la comisión, regresando además con dos batallones. Los meses siguientes los pasó reforzando sus tropas.
Tomó parte en la negociaciones previas al armisticio. Tuvo la suerte de recuperar para Venezuela la Provincia de Maracaibo, la cual, con su jefe, el venezolano Don Francisco Delgado se pronunció por los patriotas. Roto el armisticio, fue enviado a organizar una división en Maracaibo, para actuar sobre Coro y concurrir a la concentración que el Libertador encaraba efectuar en San Carlos para dar batalla decisiva.
1821
Al efecto marchó de Maracaibo el 1º de mayo de 1821; pasó el Lago, destruyó a los realistas de Camarigure y de San Félix. Siguió sobre Coro por Casigua. Alcanzó Mitare el 9 de mayo. A Coro el 11 de mayo. El 25 de mayo recibió instrucciones del Libertador fechadas en Barinas el 14 de mayo, donde se le decía buscara la reunión por Guanare o si los realistas se interponían, se juntase con Cruz Carrillo y efectuase las operaciones que creyese convenientes.
Urdaneta se movió sobre Carora el 28 de mayo. Antes había nombrado al Coronel Escalona (quien después de siete años de esconderse en Caracas, con el armisticio pudo salir a Curazao y llegar a Coro), Gobernador de la Provincia. En El Pedregal incorporó al Batallón «Rifles» y llegó el 13 de junio a Barquisimeto. El 16 de junio de 1821, la división (de 2.000 hombres) se reunió en San Carlos. Pero su jefe, en Carora debió darle el mando al coronel Rangel. Parte del itinerario lo había recorrido Urdaneta sufriendo los más grandes dolores. Se sobrepuso, pues quería y con razón, cumplir las órdenes del Libertador de la manera más satisfactoria, pero en Carora se le hizo imposible continuar la marcha (había recorrido unos 400 Km.) cuyo total sería, hasta San Carlos, 590 kilómetros. Las tropas que efectuaron esta marcha la iniciaron con todo lo necesario a la pobreza y hostilidad de la zona que deberían atravesar. Además, los batallones salieron completos, bien instruidos y vestidos. Con una reserva de raciones y vestuario. Llevó también 50,000 tiros fuera de dotación y 12,000 piedras de chispa.
ASCENSO A GENERAL EN JEFE Y GOBERNADOR DE CUNDINAMARCA
La fuerza llevada por Urdaneta muestra su capacidad administrativa, sus dotes de organización y el éxito de la marcha su capacidad de jefe. No pudo asistir a la Segunda de Carabobo; pero sus servicios habían sido tan eminentes que Bolívar el 6 de junio de 1821 pidió su ascenso a General en Jefe.
Se le autorizó a tomar de las cajas todo lo necesario a su curación y sin esperar a que lo estuviere se le dio el mando de la frontera de Cúcuta y luego el de la expedición que se pensaba enviar a Panamá. Se le nombró luego Gobernador de Cundinamarca.
El 31 de agosto de 1822 contrae matrimonio con Dolores Vargas París y Ricaurte en la Catedral Primada de Santa Fe de Bogotá. Esta pareja hizo época, tal como lo describió el capitán inglés Charles Stuart Cochrane, quien registró: «El general Urdaneta y su señora son generalmente calificados con el título de elegantes, ellos figurarían ventajosamente en nuestro mundo social. Él es un hombre particularmente buenmozo, de una figura fina, bien educado y de las maneras más cultas y en el fondo, por lo que al vestido se refiere, es como cualquiera de nuestros dandys. Está casado con una dama muy bella, de la familia París, una de las primeras de la ciudad. Nunca había yo visto más atenciones llenas de bondad y de afecto para un marido inválido, que las hechas por ésta al suyo. Fue educada en una buena escuela, bajo la vigilancia de su abuela, la señora París. Es viva, agradable y luciría ventajosamente en cualquier salón de baile; es además de ello una excelente esposa».
REGRESO A LA PROVINCIA DE MARACAIBO
En septiembre de 1822 fue enviado de nuevo a Cúcuta, pues Morales actuaba sobre Maracaibo. Ese año ocupó el cargo de Comandante General del Departamento de Cundinamarca y presidente de la Comisión de Distribución de Bienes Incautados.
En 1823, fue electo Senador por su provincia natal y ocupó la Presidencia del Senado de Colombia. No satisfecho con estos servicios, pidió al Libertador se le destinase al Ejército del Sur lo cual no le fue concedido, pues la República lo necesitaba más en el cargo que desempeñaba. El año 1824, fue nombrado intendente del Zulia, donde ejerció un mando ejemplar y progresista.
Conocedor de las intrigas contra el Libertador y su obra, toma posición, no distinta de la que siempre tuvo. Lealtad y franqueza distinguen no sólo su conducta, sino su correspondencia. A Páez reprocha su olvido de los intereses de la Patria. A Bolívar previene de las ambiciones de Santander.
CONSPIRACIÓN SEPTEMBRINA Y JUICIO A SANTANDER
El 25 de septiembre de 1828, el Libertador Simón Bolívar sufre un 3er atentado de su vida cuando era presidente de la Gran Colombia, este acto es conocido como “La Conspiración Septembrina”. Tres docenas de atacantes forzaron el ingreso a la medianoche al Palacio Presidencial comandados por el comandante Pedro Carujo y luego de asesinar a los guardias se dirigieron al cuarto de Bolívar, quien logró escapar por la ventana, con ayuda de su compañera Manuela Sáenz. En los juicios seguidos luego del atentado fue condenado a muerte su principal opositor, el general Francisco de Paula Santander.
En el año de 1828, Urdaneta desempeña la Secretaría de Guerra y le toca presidir el Tribunal que debió juzgar a los asesinos de setiembre.
En la sentencia contra Santander decía: «Que como ciudadano de Colombia y mucho más como General de la República no sólo ha cumplido con sus primeros deberes de haber impedido la conspiración y asesino premeditado contra el Jefe Supremo de la Nación, sino que se tramaba el horrendo designio de asesinar en Soacha al Libertador»… «En esta virtud se declara que el General Francisco de Paula Santander, se halla incurso en la calificación que comprende el segundo inciso del artículo 4 de este último decreto a la pena de muerte y confiscación de bienes a favor del Estado, previa degradación de su empleo, conforme a Ordenanza, consultándose esta sentencia para su aprobación y reforma con S.E. el Libertador Presidente».
Urdaneta actuó cargando «con cuanto de odioso tienen las dos conspiraciones, creyendo que un ejemplar castigo daría la paz a Colombia»… «Más, todo ha sido vano y mi trabajo se ha perdido; se han fusilado cuatro miserables»…
Urdaneta creyó en la culpabilidad de Santander y no fue partidario del indulto que otorgó Bolívar (quien le perdonó la vida y lo desterró), pues vio en él la ruina de Colombia. Ya en el año 1830 se esfuerza en conservar la unidad de la República. Pero temeroso de la guerra civil recomendó al Libertador, en Fucha, que antes de irse, decretarse la separación. Pero el Libertador, resolvió dejar dicho asunto al Congreso.
PRESIDENCIA DE LA GRAN COLOMBIA
A partir del año 1830, en medio de las separaciones de Ecuador (1830), Panamá (1830 y 1831) y Venezuela (1830); se precipitó la desintegración de la Gran Colombia y sus estructuras políticas. Naciendo como consecuencia el Estado del Ecuador y el Estado de Venezuela; Panamá se mantuvo bajo gobiernos militares de corte dictatorial que no llegaron a organizar las instituciones básicas de un Estado; mientras que, en los departamentos centrales de la Gran Colombia, el descontento militar y de los grupos liberales se acentuó.
La creciente animosidad entre neogranadinos y venezolanos alcanzó un punto de ebullición. En ese momento, el batallón venezolano Callao, leal al general Bolívar, estaba estacionado en Bogotá. Otro batallón, leal al general Francisco de Paula Santander, y también estacionado en la misma ciudad, persuadió al Gobierno de trasladar el batallón Callao a la ciudad de Tunja (ciudad en la Cordillera Oriental de los Andes colombianos, en la región conocida como Altiplano Cundiboyacense a más de 140 km de Bogotá). Esta acción provocó un alboroto en la población civil de Venezuela que vivía en Bogotá y desencadenó un enfrentamiento entre ambos batallones.
El batallón Callao derrotó al batallón neogranadino y el presidente Joaquín Mosquera y Arboleda (presidente de la Gran Colombia del 13 de junio al 5 de septiembre de 1830) y el vicepresidente Domingo Caycedo y Sanz de Santamaría huyeron de la capital.
Ante la renuncia de Bolívar (4 de mayo de 1830) por el fracaso del Congreso Admirable (asamblea constituyente en la Gran Colombia convocada por Simón Bolívar entre el 20 de enero y el 11 de mayo de 1830 para intentar conciliar las facciones que se creen en la República y evitar la disolución de la Gran Colombia), además de la renuncia de Joaquín Mosquera (5 de septiembre de 1830), el deseo de los vecinos de Bogotá y de las tropas que le encargaron el Gobierno. El General Rafael Urdaneta asume como presidente interino de la Gran Colombia el 5 de septiembre de 1830, quien manifestó tomaba el poder transitoriamente tratando de impedir la desaparición del sueño bolivariano y actuando a favor del regreso de su compatriota a la jefatura del Estado, pero Bolívar fallece el 17 de diciembre de 1830, lo que frustra las iniciativas de este patriota venezolano. Muchas regiones consideraron eso como un acto ilegítimo y los proyectos de separación por parte de regiones se acentuaron, además tuvo que enfrentarse con tropas y militares aún más fuertes, Urdaneta impuso una persecución contra opositores y pasado el tiempo esto se convirtió en una desventaja para él, porque su poder iba en declive y perdió mucha simpatía por parte de la población.
Los generales Jose María Obando y Jose Hilario López habían estado organizando un ejército al que denominaron «Ejército de la Libertad» y otros más se le unieron que se habían alzado contra el gobierno de Urdaneta. Sin embargo, Urdaneta envió emisarios que acordaron como punto de encuentro la población de Apulo (Colombia), donde después de dos días de negociación con el vicepresidente Domingo Caicedo firmaron un acuerdo. Urdaneta aceptó presentar su renuncia, hecho que ocurrió días después, el 30 de abril de 1831 ante el Consejo del Estado. Urdaneta ejerció el cargo oficialmente hasta el 3 de mayo de 1831. Escaparía de un intento de asesinato milagrosamente. Posteriormente se dirigió a la ciudad neogranadina de Santa Marta.
ETAPA FINAL – 1831 A 1845
Su participación política prosigue en defensa de los ideales del Libertador Simón Bolívar, combatiendo las iniciativas separatistas venezolanas en “La Cosiata” y las intrigas políticas de los políticos neogranadinos.
En abril de 1831, el general Juan Nepomuceno Moreno, se puso en marcha desde Pore (Nueva Granada), acompañado por trescientos soldados de caballería y cuatrocientos de infantería, para forzar la salida del país del General Urdaneta, tras la Batalla de Cerinza y con esta acción y respetando los acuerdos de Apulo, se garantizó el regreso del General Santander, el cual se encontraba exilado en Europa.
Una vez disuelta la Gran Colombia, es desterrado de Colombia en 1831 y regresa a Maracaibo donde es perseguido por el General Páez quien le cerraría las puertas a Urdaneta en Venezuela ya que había sido uno de los más fieles seguidores de Simón Bolívar, y por lo tanto adversario de la ideología de Páez. Después que les arrebatan su casa por un embargo de cinco mil pesos que nunca debieron y haber perdido dos mil pesos que el general había prestado, además de la hostilidad del gobierno venezolano presidido por José Antonio Páez, decide irse a Curazao.
En 1835, después de haber perdido su fortuna en el exilio, Urdaneta y su esposa pudieron regresar a Caracas por una licencia que les otorgó el gobierno del presidente Jose Maria Vargas (1835 – 1836), condicionada a que el general Urdaneta no interviniera en política. A la familia se le permitiría radicar y vivir en la ciudad de Coro, lugar donde estalló una revolución contra el gobierno que le reabrió las puertas de la política a Urdaneta, quien terminó siendo senador. Allí tuvo la satisfacción de que se le eligiese representante al Congreso en 1837.
Cumpliría comisión en Angostura a la muerte de Tomás de Heres (9 de abril de 1842), gobernador de Guayana.
En 1842 funda en Caracas la Sociedad Bolivariana con la finalidad de estudiar el pensamiento del Libertador Simón Bolívar. Ese mismo año, Rafael Urdaneta y Agustín Codazzi habían partido para Europa con el encargo de comprar los pertrechos para el cortejo fúnebre que se utilizarían para la ceremonia de recepción de los restos del Libertador Simón Bolívar, llevaban 5.000 pesos del erario público. El 18 de noviembre de 1842 llegan al puerto de La Guaira 32 bultos de mercancías adquiridas en Francia para la celebración.
El 16 de diciembre de 1842 presidió el desfile militar que recibió los restos mortales del Libertador, última oportunidad en la que vistió el uniforme militar.
Entre 1843 y 1845 fue Secretario de Estado en los Despachos de Guerra y Marina ministro en el Gabinete del presidente Carlos Soublette (presidente de Venezuela de 1843 a 1847).
Su última actuación como político la realizó en 1845, cuando fue nombrado ministro plenipotenciario y enviado extraordinario de Venezuela ante el gobierno de España para entregar las ratificaciones del Tratado de Reconocimiento, de Paz y Amistad del estado venezolano por España, celebrado en Madrid el 30 de marzo de ese año y aprobado por las cámaras del Congreso de Venezuela. Durante el viaje cayó gravemente enfermo de un cálculo renal y se sometió a un examen médico durante una escala en Londres. Los médicos recomendaron una intervención quirúrgica que Urdaneta aplazó para terminar su misión, pero a su llegada a París se agravó, y después de varios días en cama falleció el 23 de agosto de 1845 a los 56 años, rogándole a sus hijos que devolvieran los viáticos que le fueron dados por no haber cumplido cabalmente su misión.
Los restos de este excelso venezolano reposan actualmente en el Panteón Nacional (Caracas, Venezuela) desde el 16 de mayo de 1876.
Fotografía del Monumento Funerario al General en Jefe Rafael Urdaneta en el Panteón Nacional en la ciudad de Caracas, construcción decretada por José Encarnación Serrano, Presidente del Estado Zulia el 20 de Junio de 1938 y por decreto emitido por el General Eleazar López Contreras, Presidente de Venezuela y cuya construcción fue coordinada por la Institución Zuliana en Caracas y la Junta Pro-Monumento presidida por el Dr. Ramiro Nava e inaugurado el 24 de julio de 1939.
EPILOGO
Urdaneta fue el General que, con excepción de Bolívar, recorrió más el territorio nacional con las armas de la República. Era enemigo de la anarquía y veía con horror los caminos seguidos por quienes desmembraron a Colombia. Como jefe militar fue muy completo: “sereno en el fuego”. Con sus dotes de táctica y de estrategia que se pueden apreciar en sus campañas y combates.
Fue, sobre todo, un hombre de principios y de firmes resoluciones. En fin, Rafael José Remigio Urdaneta Faría o simplemente Rafael Urdaneta, como fue conocido, es una de las más importantes y grandes figuras de nuestra historia. Y fue de los pocos, capaces de comprender el valor histórico real de la concepción bolivariana.
Victor R. Salazar
Referencias:
http://www.oocities.org/historiademaracaibo/personajes.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Urdaneta
Un comentario
Torcuato Da LucaTena
¡Noble ente nobles!