Recordando a Don Armando Molero. Por Victor R. Salazar Rodríguez
Muchos pueblos y ciudades zulianas se disputan el lugar de nacimiento de este recordado artista. La mayoría dice que nació en Maracaibo, otros aseguran que fue en Cabimas, algunos manifiestan que en Quisiro, y por el origen de su apellido, pregonan que vio luz por primera vez en Isla de Toas.
Sin embargo, en una entrevista realizada por Melba Flen-bers a su sobrina Graciela Josefina Chirinos Molero, Armando Segundo Molero nació en el sector el Milagro de la ciudad de Maracaibo el día 20 de enero de 1899, hijo de Doña Asunción Molero, a quien cariñosamente le decían “Chona”.
Considerado como el más grande cantautor musical de Maracaibo, Armando Molero fue además un gran guitarrista, con la cual logró transmitir y preservar el gentilicio zuliano. Con su voz pastosa y estilo lleno de remembranzas, se inició como cantante en La Voz del Lago, y más tarde constituyó el Dueto Maracaibo, junto a César Villalobos, actuando en la Radiodifusora Maracaibo, de donde salieron con un contrato para trabajar en la Radiodifusora Venezuela y la Broadcasting Caracas, en los años treinta.
Armando Molero llegó a alternar con el comediante mexicano Mario Moreno “Cantinflas” y su voz gozó de gran popularidad en el Zulia.
Su música, expresada con su voz y su guitarra, como un auténtico trovador y guardián de la tradición musical zuliana, no se olvidará jamás, ya que fue un cantante regional de serenatas, tradiciones y con un estilo lleno de remembranzas, siendo una de las primeras voces antes de llegar la radiodifusión comercial al Zulia.
Armando Molero fue quizás el cantante más influyente en la formación musical de «El Cantor del Pueblo», Alí Primera, quien grabó varias danzas zulianas y lo homenajeó con sus composiciones.
Atraído precozmente por la interpretación musical y la vocalización, dio sus primeros pasos con el aprendizaje de la guitarra, siendo en la práctica un autodidacta con dicho instrumento. Desde sus comienzos desarrolló su inclinación por la música autóctona de su tierra, en especial valses, danzas y bambucos.
Este zuliano de carácter muy recio, al final de la década de los 20s se inició como intérprete y cantante en la emisora La Voz del Lago, siendo quizás la primera voz en transmitirse en emisoras locales, es decir, Armando fue la primera gran estrella de la canción profesional zuliana.
Consolidado como cantante e intérprete de la guitarra, cautivó prontamente a un público que, para esos tiempos, cuando la tecnología fonográfica era incipiente, el joven artista pudo sembrar su música, su estilo genuino y su arte vocal, en el seno de un público oyente ávido del esparcimiento musical.
Sus colegas bromeaban diciendo que tenía como costumbre ensayar todos los días las mismas canciones antes de salir al aire.
Constituyó junto a Roberto Villalobos, el Dueto Maracaibo, ambos ejecutantes de la guitarra e intérpretes de la música zuliana, quienes fueron contratados por Radiodifusora de Venezuela y Broadcasting Caracas, obteniendo una buena aceptación en los inicios de la radiodifusión venezolana.
De vuelta la Zulia, labora como cantor diversas emisoras de radio como Ondas del Lago y Radio Catatumbo.
El Tuqueque de la guitarra, como le apodaban, se casó con Doña Josefina del Rosario Leal, oriunda del Barrio “El Empredao”, a quien conoció en las noches serenateras donde creció como artista.
Bambucos, valses, danzas y contradanzas eran la especialidad de Armando Molero, un cantante vernáculo, con dotes de serenatero, cuya actividad como compositor es motivo de polémicas, debido a las dudas sembradas por algunos personajes. No cabe titubeo en su trascendencia como el hombre que mejor representó el gentilicio zuliano, y en su labor de defensa a ultranza de nuestra tradición musical.
Su actividad como compositor siempre fue motivo de polémicas, aunque en la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela, Sacven, reposan más de cuarenta composiciones registradas como suyas, pero muchos dudan de su autoría en valses, bambucos, danzas y contradanzas.
Temas como El Moñongo, El Cocotero y Maracaibo de Antaño lo inmortalizaron como artista popular. Cuenta el gaitero Ricardo Cepeda:
“La voz de Armando, es sinónimo de zulianidad porque le cantó a lo campechano. ‘Uno lo escucha y se siente más zuliano. La voz de él es una caricia que desde Santa Lucía se extiende por toda la región”.
Supo dar su justo valor a temas de otros compositores de su tierra natal, e interpretó una pieza emblemática de su región, el vals “Lluvia”, del maestro compositor zuliano Luis Guillermo Sánchez. Años después, este tema sería también interpretado por el tenor Alfredo Sadel. Así también, la contradanza de Amable Torres, “La reina”, la cual arregló de modo apropiado y le añadió la letra. Del compositor Rafael Rincón González, difundió la danza “Soberana”; y el vals “Maracaibo florido” entre otros.
Como pionero que fue en la difusión de la música de una región, tal vez ello influyó en la aceptación que recibió de su público. Su programa de radio se iniciaba a mediodía, la difusión de música grabada era muy limitada, casi inexistente; por tanto, su audiencia era segura y asidua para escuchar una presentación diaria y en vivo. Estos factores, aunados a su calidad interpretativa tal vez influyeron para que Armando Molero fuese designado popularmente como “El cantor de todos los tiempos”.
En la Maracaibo de la década de los cincuenta no hacía falta reloj para saber que eran las 12:00 del mediodía. A marabinos como Enairo Villasmil, nacido en 1930, se les despertaba el apetito de sólo escuchar la música instrumental que Armando Molero usaba para iniciar su programa, el mismo que durante años sirvió como referencia horaria de los zulianos.
Cuando yo lo escuchaba cantando —añadió Villasmil—
“me daba hambre, pues caía en cuenta que se acercaba la hora del almuerzo. Cantaba danzas y bambucos. Algunas de las canciones no eran de su autoría. Siempre andaba con su guitarra, era como su maletín personal”.
Mientras el olor del plátano maduro se colaba entre las casas de El Saladillo, las canciones de Armando Molero aderezaban los mediodías de los radioescuchas. La gente esperaba con ansias el inicio del espacio que se prolongaba entre 12:00 y 12:30 de la tarde.
“Andá a poner los plátanos que ya empezó a cantar Armando Molero”,
se le escuchó decir a más de uno, mientras se deleitaban con las seis canciones que le daba tiempo interpretar en la media hora de programa. Su carisma se hizo sentir en las emisoras radiales.
Guitarrista, compositor y cantante fueron los apellidos que acompañaron el nombre del zuliano que fue considerado por muchos el más grande cantautor popular de Maracaibo,
“pues identificaba a su gentilicio plenamente”,
según reseñaron los autores Luis Guillermo Hernández y Jesús Ángel Parra en su obra Diccionario General del Zulia.
Entre las composiciones que se le atribuyen figuran Josefina, Una flor, La tarde, Tu boca, Con el sombrero en la mano, La suegra, El estudiante, El beodo y El hijo ausente. Entre sus temas sobresalientes desfilan El Cocotero y Maracaibo de Antaño.
Tal fue su huella que artistas como Lila Morillo, Tino Rodríguez y Jesús Sevillano interpretaron algunas de sus canciones más emblemáticas, asentaron Hernández y Parra.
Las obras de Armando Molero han sido interpretadas por un sin número de artistas famosos, entre ellos: Quinteto Contrapunto, Quinto Criollo, Tino Rodríguez, Jesús Sevillano, Ilan Chester, «El Pollo» Brito, entre otros.
Para el gaitero Abdénago “Neguito” Borjas, la huella de Molero quedó reflejada en el tiempo.
“Fue la referencia musical más importante que tuvo el Zulia en su momento. Lo veo como el actual Luis Miguel. Era una referencia folclórica muy importante. Cuando cantaba todo mundo lo escuchaba y se sabía sus canciones”.
Borjas creció escuchando las historias de sus abuelas, su mamá y sus tías.
“Ellas me contaban que cuando empezaba Molero era hora de poner el almuerzo. En Molero se encierra la trayectoria de un hombre que le dio al Zulia un legado increíble en materia musical”.
Una de las cosas más importantes —agregó—
“es que mantuvo vigente la contradanza, el bambuco, la danza, el vals y la décima. Cuando Molero muere, murieron los sueños del folclor y dejaron de escucharse esos géneros musicales, sólo sobrevivió la gaita”.
Había personas que constituyeron una suerte de apuestas.
“Las ganaban quienes acertaban el orden de las canciones que cantaría durante el programa. Quienes acertaban se ganaban un cobrito. Más de vez se cayeron los cuadros de apuestas porque metía una canción que no había interpretado nunca. Armando se convirtió en una referencia popular en esa época”,
sostuvo Villasmil (Enairo).
Anteriormente los cantantes compraban los espacios en las emisoras. Y para poder costear los pagos vendían publicidad a los comerciantes de la zona, recordó Villasmil, quien durante tiempo vivió de esa actividad.
El historiador Kurt Nagel destacó que
“al pueblo le encantaba porque tocaba con mucha alma para ellos. Era un cantor popular, nada refinado, pero muy nuestro, muy folklórico, muy sentimental, muy romántico”.
Tenía apenas 12 años cuando Wilfredo Mabo escuchaba sus interpretaciones.
“A las 12:00 todo mundo sintonizaba el programa. Recuerdo que estuvo en varias emisoras. La gente seguía su trayectoria. Entre los temas que se me quedaron grabados está El cocotero y El moñongo”,
narró el marabino nacido hace 66 años (1954).
La música del cantor de todos los tiempos, lo convirtió en un trovador y un guardián de la tradición musical zuliana, tal como lo refirieron los historiadores Hernández y Parra, quienes lo describieron como
“un cantante vernáculo de serenatas callejeras, con voz pastosa y su estilo lleno de remembranzas”.
Su llama folclórica se apagó el 5 de febrero de 1971. Muere en Maracaibo en su casa del sector Cerros de Marín a sus 70 años, no sin antes dejar el legado de su amor por la zulianidad, por lo autóctono. Sus restos reposan en el Cementerio El Redondo de Maracaibo.
Doña Josefina Leal de Molero, esposa de Armando mantuvo vivo el recuerdo del “Cantor de Todos los Tiempos” hasta su muerte en 1988.
En el quinto aniversario de su muerte (1976), Doña Josefina le escribió lo siguiente:
“¡Remembranza!
Al cumplirse 5 años de tu eterna partida, y al recuerdo de esta fecha se aviva el dolor en mi corazón, que no cesa un instante de recordarte y de sentirte. En cumplimiento de una Ley Divina, partiste a la eternidad dejándonos huérfanas de tu dulcísimo cariño. Tu voz de suaves arrullos, de regalarme la infinita bondad de tus caricias y marcharé sola por los ásperos senderos de la vida a ciegas y sin rumbo. Cuanta falta nos haces, más así lo dispuso Dios, sin embargo, nada podrá borrar tu dulce memoria. Allí perdurarás eternamente entronizado como un santuario porque fuiste tú un buen esposo y un buen padre cariñoso y bueno. Tu esposa e hija.”
El maestro Rodrigo Riera le dedicó como homenaje póstumo una Suite para guitarra y dijo de él que:
“Era un trovero, un cantante genuino”.
TU BOCA
Autor: Armando Molero
Intérprete: Armando Molero
Tu boca es como una flor
linda, fresca, roja y pura
es un manantial de amor
que las penas de amor curan
un milagro de marfil
un prodigio de coral
un arca fina y sutil
donde se quiebra un cristal
El alma de quien la besa
nunca ya, podrá olvidarla
queda para siempre fresa
siempre tendrá que besarla
porque tu boca divina
al hablar puede ser cruel
si es tan dulce y cristalina
debiera de ser toda miel
MARACAIBO FLORIDO
Autor: Rafael Rincón González
Intérprete: Armando Molero
Maracaibo florido, Maracaibo de antaño
aquel mi Maracaibo, de estilo colonial
con mis recuerdos vivo, sus fiestas patronales
las fiestas con pasquines de la Chiquinquirá (Bis)
Vivido el Maracaibo, aquel de las palmeras
el de las contradanzas y lago de cristal
allí donde se bañaron, las musas prepotentes
de Vásquez y de Pérez, de Yepes y Baralt
Aquel mi Maracaibo, con alegres gaiteros
y estampas naturales para la navidad
no me olvidaré nunca, de German del Gallego
de La Flor de la Habana, por su zulianidad
Hoy llevo aquí en mi mente, las imágenes frescas
de aquellos carnavales, repletos de color
y veo las carrozas, por la calle Derecha
desfilando pomposas, frente a San Juan de Dios (Bis)
Vivido el Maracaibo, aquel de las palmeras
el de las contradanzas, y lago de cristal
allí donde se bañaron, las musas prepotentes
de Vásquez y de Pérez, de Yepes y Baralt
Aquel mi Maracaibo, con alegres gaiteros
y estampas naturales, para la navidad
no me olvidaré nunca, de German del Gallego
de La Flor de la Habana, por su zulianidad
Hoy llevo aquí en mi mente, las imágenes frescas
de aquellos carnavales, repletos de color
y veo las carrozas, por la calle Derecha
desfilando pomposas, frente a San Juan de Dios (Bis)
Material Compilado por Victor R. Salazar Rodríguez, 01 de diciembre de 2020
REFERENCIAS
- https://es.wikipedia.org/wiki/Armando_Molero
- https://micuatro.com/personajes/2010/03/armando-molero/
- http://www.elzulianorajao.com/noticias/el-ultimo-adios-a-armando-molero/
- http://melba.ve.tripod.com/melba/cgente/gente01.htm
- http://biografiaszulianas.blogspot.com/2011/10/armando-molero.html
- https://esacademic.com/dic.nsf/eswiki/104856
Un comentario
admin
Excelente Victor
Agradecido por tus acertados y bien trabajados aportes