«Viejo y solo». Por Enmanuel
Viejo y solo
- ¡Hay amaneceres que parecen medias noches!
Dijo el viejo sentado en un destartalado taburete, mientras sostenía, en su mano derecha, la tacita de peltre nacarada y azul llena de cocuy de primera destilación.
- Y no por eso uno debe mantener cerrados los ojos. El hombre por ser hijo de Dios y heredero de su gloria, debe enfrentarse a cualquier fantasma del pasado que lo agobie. Y la noche mas oscura la prende con candela del alma.
Se levantó lentamente del taburete marrón hecho con palo e’ yabo y cuero de chivato negro. Caminó hacia la puerta del patio, y mirando al cielo, después de un profundo suspiro, se dijo:
- ¡Que arrecho es esto de estar viejo y solo!
Enmanuel
Un comentario
Mónica Márquez
Alter voz