«¡Ay Paraguaná!». Por José Luis Reyes Montiel
¡Ay Paraguaná!
¡Ay Paraguaná!
Si supieras de nuestros dolores,
tus cujíes no llorarían aquel Vals
por alegrarnos el corazón.
Esta noche oscura es un gran mar,
donde la Luna taciturna juguetea
su resplandor en el camino.
Las nubes trascienden dibujadas
por las estrellas asomadas y veloces
en su paso ante el cenit azul profundo,
surcando la brisa constante y serena,
deambulando por entre la espesura
xerófita de la tierra agreste,
tan patrimonial y nuestra.
Entonces un hito en el horizonte
salobre emerge, en toda aquella húmeda
y seca bastedad, es una formidable fortaleza
de arcanos sobrevivientes
de alguna isla remota y perdida en las centurias,
es el Santa Ana ancestral, flanqueado
por aquella luminaria de la noche estrellada
en su plenilunio, señalando cual faro inaccesible
el rumbo hacia el norte donde la costa
de un Caribe azul e inmaculado
baña la enorme cabeza Paraguanera.
Paraguaná bien querida eres por tu hijos,
vencerás la ignominia de la afrenta vil,
la mancilla a tu brisa virgen,
la traición del canto de Primera,
de aquel epónimo y Libertador jinete
sobre su caballo blanco, que bajó del cielo
en un extraño sortilegio de los astros,
disipando el dolor mayor de los niños sin parto.
Paraguaná,
atávica y tan nuestra,
esplendida y bella,
luces en tus centurias más sola que nunca
al norte de esta Venezuela prodiga,
pero renacerás junto a ella,
porque todos los amores del terruño
están hechos como madres,
pariendo en el corazón de tus hombres.
José Luis Reyes Montiel
3 Comentarios
Carlos Chirinos
Maravillosa prosa
José Luis Reyes
Gracias Manolo por tu bienvenida, aunque siempre estás, ayer, ahora y siempre, dispuesto, con corazón y manos, querencias añejadas desde nuestra indisoluble juventud, soñadores de caminos, musa hecha letra en el alma. JL
admin
Bienvenido José Luis. Es un orgullo contar contigo y con Luis Enrique como colaboradores de esta página