Ciencia

El oxígeno que respiramos no proviene del océano ni del Amazonas. Por ANTONIO MARTÍNEZ RON (Tomado de vozpopuli.com)

Es uno de los errores más repetidos al hablar sobre nuestro planeta. El biólogo español Carlos Duarte aclara su origen, que es mucho más interesante.

El oxígeno que respiramos no proviene del océano ni del Amazonas Pixabay

Uno de los tópicos que más se repiten cuando hablamos de medio ambiente es el de la procedencia del oxígeno que respiramos. Es habitual escuchar afirmaciones como que “el océano produce el 50% que respiramos” o que “cada aliento que respiramos procede del océano”, incluso en instituciones tan importantes como la ONU y algunos organismos de investigación. Pero el biólogo español Carlos Duarte, uno de los mayores expertos del mundo en la vida del océano, está harto de escuchar una afirmación que científicamente no se sostiene.  

“Desgraciadamente esa afirmación no tiene base porque incurre en un error grave que es considerar que la actividad fotosintética, de la cual la mitad ocurre en el océano, es la fuente del oxígeno que respiramos”, explica a Vozpopuli. “Y eso no es así”. En un artículo publicado esta semana en The Conversation, el biólogo español expone los argumentos que explican y aclaran este embrollo, al tiempo que advierte sobre un peligro real, que es el de la pérdida de oxígeno de los océanos. ¿Y cuál es la fuente de este error tan repetido? Pues que no se tiene en cuenta todo el sistema ni la cantidad de oxígeno que consumen los propios organismos marinos y terrestres.

“En el océano, al igual que en los ecosistemas terrestres, la mayor parte del oxígeno que se produce se consume por los propios organismos del ecosistema, tanto en el caso de las cianobacterias y en la Amazonia también el balance de oxígeno es casi neutro”, indica Duarte. “La fotosíntesis produce oxígeno, pero toda la cadena trófica y los microorganismos lo consumen, de forma que el balance neto es cercano al cero”. En otras palabras, esas grandes cantidades de oxígeno que sin duda se generan en océanos y bosques se emplean en la respiración de los propios organismos que la generan, de modo que no es correcto pensar que son los que aportan el oxígeno que consumimos las demás criaturas.

El origen del oxígeno en la Tierra

“El oxígeno que está presente en la atmósfera procede del evento de la ‘Gran Oxigenación’, que ocurrió con el desarrollo de la fotosíntesis hace millones de años, y es ese oxígeno el que continúa siendo el legado que encontramos en la atmósfera y el que mantiene nuestra respiración”, explica Duarte. Aquel proceso se produjo a partir de hace alrededor de 2400 millones de años, gracias a la proliferación de billones de cianobacterias y tuvo otra fase hace 600 millones de años en la que se completó la configuración de la atmósfera en términos parecidos a los que conocemos hoy.

De modo que es de esa gran reserva, que permanece estable gracias a que el balance de los otros procesos es cero, la fuente de la que seguimos respirando.

Aunque quemáramos todos los combustibles fósiles del planeta, esta enorme bolsa de oxígeno no bajaría más del 3%

En su artículo divulgativo, Duarte recuerda que desde los años 70 del pasado siglo sabemos que aunque quemáramos todos los combustibles fósiles del planeta, esta enorme bolsa de oxígeno no bajaría más del 3%, de manera que no es un factor que deba preocuparnos. Y no solo eso.

“La reserva de oxígeno en la atmósfera es tan enorme, que si pudiéramos hacer un experimento mental de apagar la fotosíntesis y que no hubiera nueva producción de oxígeno en la biosfera”, añade Duarte, “podríamos seguir respirando no solo nosotros, sino todos los organismos del planeta, durante tres mil años o más, sin que se consumiera todo el oxígeno. El reservorio de oxígeno es realmente enorme”.

Los organismos fotosintéticos marinos producen una gran cantidad de oxígeno, pero también lo consumen | Pixabay

En resumen, es correcto decir que el océano es responsable de la producción del 50% del oxígeno que se produce en el planeta  (la otra mitad corresponde a las plantas terrestres), pero no es correcto decir que es responsable del 50% del oxígeno que consumimos los humanos y el resto de animales. “Y esto es porque la economía del oxígeno y del carbono en el planeta se encuentra desde hace miles de años en un estado de economía circular, es decir, que lo comido por lo servido”, apunta Duarte en conversación con Vozpópuli.

“La produccion fotosintética de océanos y continentes – el balance es muy parecido a cero y se sigue manteniendo ese reservorio enorme de oxígeno en la atmósfera. Tan grande, que puede mantener todas las demandas de oxígeno de la biosfera durante de escalas de tiempo geológicas”.

Alerta: océanos sin oxígeno

Lo que sí supone un problema real,  según Duarte, es la pérdida de oxígeno de algunas zonas del océano, que se está agravando con el aumento de las temperaturas y la crisis climática que la actividad humana está provocando en el planeta.

“Existen las llamadas “zonas bajas de oxígeno”, que son un 10%, llevan ahí millones de años pero se están ampliando por dos efectos: el calentamiento del océano que hace disminuir la solubilidad de los gases y el cambio climático está estimulando la actividad respiratoria y aumenta el consumo de oxígeno de los organismos”, explica el especialista. “Los dos factores combinados están llevando a una expansión de esas zonas que aproximadamente han crecido alrededor del 7% en las últimas décadas”. 

Por otro lado, señala Duarte, en zonas costeras del océano están proliferando las llamadas “zonas muertas”, lo que supone una amenaza medioambiental muy grave, junto con el aumento del ruido en los mares. “Se trata de zonas depauperadas de oxígeno, sobre todo por el uso de fertilizantes de la actividad agrícola que llegan al océano, que estimulan la proliferación de algas y luego cuando estas algas se sedimentan la descomposición consume oxígeno”, señala. “Y esto genera esas zonas muertas en las que no es posible la vida de organismos superiores”.

De modo que, aunque no debemos preocuparnos por el suministro futuro de oxígeno para los humanos, concluye, sí que deberíamos hacerlo respecto a los peces que son desplazados con cada vez mas frecuencia por estas zonas del océano que se han quedado sin oxígeno.

Referencia: Humans will always have oxygen to breathe, but we can’t say the same for ocean life (The Conversation)

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *