Historia

Recordando a Rubén Aguirre “El Campanero”. Por Victor R. Salazar Rodríguez

Ruben Aguirre «El Campanero»

Recordando a Rubén Aguirre «El Campanero»


Es justo rescatar algunas historias en vísperas de fechas marianas de importante tradición en Venezuela. Es el caso del Día de “La Chinita”, como llaman los feligreses a la Virgen de Chiquinquirá, imagen que despierta gran fervor, no solo en la zona petrolera del Zulia sino en buena parte de la vecina Colombia.
La fiesta de La Chinita se celebra cada 18 de noviembre y Maracaibo. En la capital zuliana, donde se encuentra la basílica que guarda la reliquia –una tablita milagrosa que apareció en el lago con su imagen-, se da cita el país entero. Esa basílica tiene una torre con historia.
El “negro Rubén”, como llamaban los marabinos al campanero, era alto, moreno y gordo y se le recuerda como el único capaz de tocar el himno a la Virgen y el Ave María. Pero lo más curioso… ¡Era que lo hacía hasta con los pies!
Todos los días, antes de salir el sol, hacía crujir las escalinatas de la Basílica en su camino hacia las cinco campanadas de la torre, desde donde veía toda la ciudad mientras bamboleaba las piezas de bronce compañeras suyas durante 50 años, desde 1921 hasta su muerte.
Ese mismo año habían llegado las campanas desde Italia a la basílica y fueron instaladas en la torre de San Juan de Dios. En el populoso sector del Saladillo y hasta las orillas del imponente Lago de Maracaibo, se escuchaban las melodías del llamado “señor de las campanas”.
“Tengo el puesto más alto de Maracaibo y soy quien gana menos”
,
expresaba siempre Rubén Aguirre, en tono mitad de queja y mitad de chanza al referirse a la labor que desempeñaba y lo poco que era valorada. Era muy popular entre los feligreses de La Chinita. Testigos contaban que era sencillo y amable, con un oído especial para repicar. Nadie lo enseñó, aprendió desde muchacho. La gente se guiaba por los repiques en su camino a misa. Los domingos hacia tres toques y quienes vivían cerca salían de casa al escuchar el primero.


“Recuerdo a Rubén como un hombre sencillo, amable y con un oído especial para repicar. Nadie lo enseñó, aprendió desde muchacho y duró en el oficio hasta su muerte”. “Siempre que iba a la Basílica me guiaba por sus repiques. Los domingos hacía tres toques antes de empezar la misa. Como vivía cerca, arrancaba a caminar la segunda vez que las campanas avisaban el comienzo de la misa”,
Ana Albertina de Abreu. Archivo de PANORAMA del año 2000, quien para entonces contaba con 89 años y más de 70 oyendo misa en la Basílica


El negro Rubén no solo hacía sonar las campanas, sino que también encendía los fuegos artificiales en las festividades especiales. Toda la tradición saladillera y el espectáculo maravilloso de los fuegos artificiales en la celebración de las fiestas de la Chinita y cuanto se relacionaba a la programación y desarrollo de dichos acontecimientos, estuvo bajo la responsabilidad de Rubén Aguirre.


“Rubén era el encargado de hacer que el vecindario disfrutara los mágicos y espectaculares fuegos artificiales.”
“Toda Maracaibo, en las fiestas de la Chinita se quedaba encantada de ver como Rubén era quien encabezaba el desfile de los pasquineros. Estos marchaban animados por una banda musical, bajo la luz de faroles, repartiendo folletos con el programa de los actos religiosos.”
“Dicen que Rubén el Campanero un 18 de noviembre después de tocar las campanas, bajo a iniciar los fuegos artificiales compuestos de 24 cañoneras y 6 castillos de cartón, simulando la Batalla Naval del Lago. El tiroteo pareció tan real, que la gente comenzó a gritar y salió despavorida a esconderse en Las Quince Letras y la Botica Occidental.”


Un día de La Chinita le estalló una recámara en las piernas. No obstante, con su pierna vendada y mucho dolor, subía cada mañana a las seis al campanario a cumplir su deber; volvía a las 12 del mediodía y luego una vez más subía a las seis de la tarde. La quemadura nunca le sanó y murió a causa de la infección.
Los sacristanes de la basílica tienen en su recuerdo una inspiración y un gran ejemplo. Pero, luego de Rubén, nadie más ha sabido cómo sacar de las cuatro campanas menores y de la campana mayor, melodías como el Himno a La Chiquinquirá, el Ave María y el Ángelus, aparte de otros cantos que era capaz de reproducir.


“Muchos han sido buenos campaneros –dicen los devotos- pero nadie pudo tocar como él. Es un arte. Las campanas eran suyas”.


En la procesión del 18 de noviembre se quedaba en la torre, tocando las campanas hasta que la Virgen se alejaba unos 200 metros. Entonces bajaba corriendo y se incorporaba a la feligresía para acompañar el recorrido hasta que faltaban unos 200 metros para alcanzar la puerta del templo. Era el momento en que regresaba a la torre para seguir tocando las campanas.
Más de 50 años estuvo Rubén al frente de estas responsabilidades, y que él realizaba con una entrega total, con la colaboración de toda la feligresía. El maestro oficial de ceremonias de la Chinita.
En este curioso y popular personaje destacaba un inmenso amor por la Virgen. Antes de las fiestas patronales, salía con banderas y un farol gigante.


“Acostumbraba dormir las siestas en el campanario para no faltar a sus obligaciones. Se amarraba el cabestro al dedo gordo del pie y, al escuchar la hora en el reloj de la Iglesia, empezaba a mover las campanas con tanta maestría que parecía que lo estuviera haciendo con las manos”.


Alí Brett, Cronista de la Ciudad de Maracaibo
Ese era el negro Rubén, un devoto de La Chinita que dejó una impronta por su arte, pero también por su humilde gran devoción por la Reina Morena.


LOS CAMPANARIOS DE LA BASÍLICA DE LA VIRGEN DE NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRÁ Y TEMPLO DE SAN JUAN DE DIOS

Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá.
Remodelación de 1835.


Para mediados del siglo XVIII el mayordomo José Gutiérrez de Vergara fabricó “una trama de torre” que servía de campanario, la cual derrumbaría Pedro González de Acuña para construir una nueva iglesia con su torre. Se narra que también, para 1774 la iglesia tenía paredes y torre de mampostería. A partir de 1835, el Padre Pedro José de Jesús Romero se propuso reconstruir la Iglesia, logró entonces edificar las tres naves y las dos torres. Por el año 1870 se reconstruyó nuevamente el frontis del Templo, colocándose las estatuas en piedra de la Virgen de Chiquinquirá, San Andrés y San Antonio.


En 1881 se habla de que Francisco Delgado refaccionó los serios daños causados por un rayo que cayó sobre la torre norte, y que destruyó parte de las paredes y la cuerda del reloj. Por último, Antonio María Soto sería el que haría las mayores reformas físicas a la Basílica, constituyendo así en 1921 la Corporación Zuliana para la Coronación de Ntra. Sra. de Chiquinquirá, cuya misión fue la edificación de la nueva iglesia con base en los planos elaborados por el ingeniero zuliano Pedro José Rojas. La reconstrucción de la Basílica para la Coronación de la Virgen incluyó dos cúpulas elípticas laterales, las dos torres y la amplia sacristía, estos trabajos fueron concluidos en 1935 y las obras secundarias finalizaron en 1941, de esta manera, es como se proyecta en nuestros días. Los esquineros de las torres son almohadillados, los relieves, vanos y las ventanas laterales de decidido corte rectangular, pero de menos peso plástico que la parte baja, que es abundante en cuerpos convexos y en columnas corintias.

Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá.
Remodelación de 1870. Fotografía de 1880


Las dos torres de este templo basilical se ven, aparentemente, iguales desde el exterior, más esto no es así. Las torres son de plantas cuadrangulares, y están coronadas por sendas cúpulas rematadas por linternas con abultados alfileres. La primera planta de ambas, no perteneciente al campanario, conforman la Capilla de la Reconciliación (torre norte) y el Baptisterio (torre sur); luego prosigue una segunda planta donde comienzan las escaleras de descansos que llevan a los conjuntos; las de la torre norte son de madera y las de la sur son de cemento. Luego prosigue una tercera planta, vacía para la sur, pero en la norte se encuentra el reloj mecánico con las esferas. Y por último una cuarta planta que alberga las campanas que posee la Basílica, dos en la norte y cinco en la sur. Cabe destacar que la distancia entre las plantas dos y tres de la torre norte es más amplia que las mismas plantas de la torre sur, esto hace que se pueda tener acceso a la cúpula de la torre norte, más no se da así el caso de la torre sur, que la distancia entre las mismas plantas es la misma, y la última está en el campanario por lo que no se puede llegar hasta la cúpula. Las plataformas de la torre norte son de madera, mientras que las de la torre sur son de concreto. Para acceder a ambas torres se hace de una sola forma: se entra a la primera planta de la torre norte, la y allí hay una escalera helicoidal que lleva a la segunda planta de dicha torre, allí hay una puerta que da acceso al coro, éste al final tiene otra puerta, que es la que lleva a la torre sur.
La Basílica cuenta con un total de siete campanas, divididas en dos claros conjuntos: Las campanas del reloj y las campanas de uso litúrgico, ubicadas en la cúpula de la torre norte y en la torre sur, respectivamente. Hablaremos primero de las campanas del reloj: Estas campanas, que son dos, una para los cuartos y otra para las horas son anepígrafas (sin leyenda ni inscripción) y sin ningún dato que nos puedan dar sobre su procedencia, fundidor, época y demás; no obstante, por su ubicación podríamos datarlas al siglo XIX, basándonos en los relatos de las distintas remodelaciones que ha sufrido el Templo, como que a partir del año 1835, en una de las tantas reformas se finalizó con la construcción de las dos torres y ya existía un reloj, éstas campanas pudieron ser fundidas para esa época y colocarse para ese entonces, sin embargo la última remodelación ocurrió entre los años 1921 y 1935, en estas fechas se sustituyeron los chapiteles que coronaban las torres por las actuales cúpulas elípticas, y analizado todo el conjunto, estas pequeñas campanas debieron haber sido instaladas antes de terminar de construir la actual cúpula, ya que de otro modo no hubiesen podido entrar debido a la carencia de vanos amplios precisamente por tratarse de una cúpula.
Sobre las campanas litúrgicas, que son cinco, podemos decir que las fechamos para tres épocas distintas: La primera en diámetro, es la más antigua y proviene del año 1743, fecha por la cual se erigió el primer Templo en honor de San Juan de Dios, y sería entonces la única que se conservaría desde el primer conjunto habido en el Templo. Las tres siguientes, son del año 1969, más recientes, que fueron fundidas en Olot (Gerona – España) por una famosa empresa de fundición de campanas llamada Barberí, encargo realizado por el entonces párroco de la Basílica el Pbro. Ángel Ríos Carvajal y que serían instaladas a principios de 1970 o 71; estas cuatro campanas tienen instalación fija, de repique manual con el badajo. Y por último, la quinta campana, que es la mayor, la fechamos alrededor del siglo XIX, para la época de la remodelación del Padre Romero, donde se construyeron las dos torres con campanas en cada una, y esta debió haber sido incluida en la torre sur antes de que se terminara de construir, de lo contrario, no hubiera podido ser colocada por su gran tamaño; el señor VICTOR VIERA, colaborador múltiple durante muchos años de la Basílica, en nuestra documentación nos dice que «el glon y el reloj son del mismo año», cosa que viene a afirmar nuestra teoría decimonónica, más cercana al año 1835.

Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá.
Remodelación de 1921


Estas campanas litúrgicas sustituyen a un conjunto anterior, que era mayor en cantidad, cosa que logramos constatar por las fotos antiguas tomadas del Templo en las remodelaciones del Padre José de Jesús Romero a partir de 1835 y la realizada en 1870 donde se veían unas campanas en las dos torres, de hecho, estas campanas aún permanecían en ambas torres hasta después de la última remodelación culminada en 1935, como se ve en otra foto de la época. Posteriormente a esta fecha que relatamos fueron bajadas, y que según se nos informó, pero que no podemos asegurar con certeza, fueron llevadas e instaladas en el actual Templo de San Miguel Arcángel donde allí permanecerían hasta hoy; en cualquier caso, desconocemos la razón del porque estas campanas fueron bajadas de la torre. No sería entonces hasta el año 1969, cuando el Pbro. Ángel Ríos mandase a fundir tres nuevas campanas en España, que vendrían a sustituir a algunas de las anteriores y que son las que se conservan en la actualidad. También podríamos decir que estas campanas desaparecidas pueden datarse aún más antiguas, del siglo XVIII, ya que para mediados de esa época se habla de la primera torre que se construyó, entonces no sería extraño que estas campanas fueran de esa época, estando entre las originales del Templo, así mismo, esta data nos la verifica una de las campanas de la torre sur que es de esas fechas (1743) y que es la única que se conserva de ese conjunto original.

Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá (1952)


Gracias a la popularidad que alcanzó el campanero Rubén Aguirre durante su período en el que ejerció el arte de tañir las campanas en la Basílica de Chiquinquirá, tenemos información sobre los diferentes toques tradicionales que se realizaban diariamente a lo largo de la jornada:


Nota: La palabra correcta no es «tañir», esa no existe en el diccionario de la Real Academia Española (RAE). De acuerdo a las definiciones anteriores, en esta página, posiblemente se haga referencia a la palabra «tañer» que según la RAE significa: «Tocar un instrumento musical de percusión o de cuerda, en especial una campana.»


Tendríamos así entonces un toque matutino, a la hora de apertura de la Basílica para avisar a la feligresía desde que hora se podía visitar a la Sagrada Patrona. Otro toque a las 12:00 del mediodía, y otros toques para convocar a la feligresía a la Santa Misa, así como los toques en las procesiones, que, según los relatos, tocaba hasta que la procesión se alejara unos cien metros y volvía a subir cuando faltaban otros cien metros para recogerse, y por supuesto, los respectivos toques de difuntos; lo más probable es que en todos estos toques se repicaran las campanas de la misma manera, mientras que obviamente, la mayor balancearía. Otra cosa que hizo popular a este campanero fue la capacidad que tuvo para poder interpretar diferentes melodías, como el Ángelus o el Himno de la Coronación de la Santísima Virgen, con las campanas litúrgicas, a pesar de que no se tratara de un carillón.
Nota: El carrillón o carillón (en inglés), órgano aéreo u órgano de campanas es un instrumento de percusión idiófono que consiste en un juego de campanas dispuestas en escala musical que se golpean con un martillo.

Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá en la actualidad


Fue de los últimos campaneros completamente dedicados al oficio y responsables de él. Desde muy tempranas horas subía a la torre sur para hacer sonar los instrumentos. Hacían tan buena conjunción los instrumentos con el intérprete, que muchos llegaron a decir que “las campanas eran suyas”.
Las campanas como tal, en la actualidad no se utilizan. A pesar de que el campanero Aguirre enseñó a sacristanes, monaguillos y colaboradores en el oficio para que no se perdiera esta tradición, nadie logró volver a hacer sonar las campanas como él, sobre todo interpretando las melodías, por lo que más nadie volvió a subir. Sin embargo, vinieron otros campaneros, de menor relevancia, que hacían sonar los bronces. El conjunto fue mecanizado y a la vez electrificado: las cinco campanas litúrgicas fueron dotadas de electromazos para el toque eléctrico mediante computador (u ordenador), pero estos en la actualidad se encuentran desconectados y por tanto fuera de uso, las campanas del reloj no fueron mecanizadas, por lo deben encontrarse mudas desde el mismo momento en que paró el reloj; se colocaron también dos grandes altavoces en ambas torres, que simulan más bien falsas campanas, y que funcionan eléctricamente mandados por computador, encargados de interpretar pistas grabadas de toques de campanas, entre los cuales se encuentran repiques grabados, melodías de carillón y toques de cuartos, medias y horas, que vendrían a cubrir el silencio dejado por las campanas litúrgicas al no haber la existencia de un campanero que les diera vida.


A pesar de la electrificación, la presencia de los rayos solares alrededor de la Basílica afectó mucho a este mecanismo computarizado, sobre todo el que impactó en el rostro de la estatua de piedra de la Virgen en la fachada del Templo que lo afectó en gran medida, por lo que en la actualidad falla mucho a la hora de dar cuartos y horas, donde se da el caso de que no da ni lo uno ni lo otro; también puede dar las campanadas de las horas de forma incompleta (es decir, que son las nueve y solamente da cuatro campanadas) y también se da la particularidad de que las campanadas grabadas no van acordes con las agujas de las esferas (es decir, que las agujas indican que son las 10:00 de la mañana, pero las diez campanadas no las viene a dar sino hasta las 10:05 am o puede darlas de forma adelantada), de hecho, para los días de la documentación, el sistema solamente daba las horas, y no todas, sino algunas.


Las campanas eran tañidas por servidores del Templo, mayoritariamente por los monaguillos de la Parroquia, pero exclusivamente cuando había festividades importantes en la Basílica, y en las fiestas patronales en días contados, como la bajada y solemnidad de la Virgen de Chiquinquirá.

Supuestamente, las campanas no se frecuentan mucho por el estado de conservación, pero esta teoría sería falsa y absurda, ya que las campanas litúrgicas se encuentran en la torre sur y las escaleras y plataformas son de mampostería y, por lo tanto, seguras y resistentes. Pero, tras la caída del badajo de la campana mayor, se prohibió que se tocaran las campanas, salvo la excepción de que haya un campanero profesional que pueda, quiera y le permitan tocar.


Nota: Badajo: Implemento utilizado para su funcionamiento. Generalmente va suspendido dentro de la propia campana, es vertical y se le conoce con el nombre de «badajo» o «úvula», compuesto de una vara llamada caña y terminado en una bola que es la que golpea al instrumento.


Para el año 1976 ya las cinco campanas litúrgicasse encontraban mecanizadas mediante la colocación de electromazos en cada una de ellas, para el toque eléctrico a través de un mecanismo o sistema computarizado, de forma que no impidiesen los toques manuales, no obstante, los electromazos se dañaron al poco tiempo de ser estrenados, fueron desconectados y se encuentran actualmente en desuso. Esto fue en el período que Mons. Roberto Luckert León fue párroco de este Templo.
Se intervino en ambas torres colocando dos grandes amplificadores, conocidos como «carillones electrónicos», que tienen forma de falsas campanas, para la interpretación mediante pistas grabadas de repiques, melodías y sonería del reloj, actualmente con muchos problemas técnicos donde falla constantemente; este mecanismo fue instalado a finales de los años 90 o principios del 2000 cuando fue párroco el Pbro. Héctor Bermúdez.

CAMPANAS DE LA TORRE DEL CAMPANARIO

Campana Chiquinquirá

Campana Chiquinquirá

Localización: Sala de campanas


Diámetro: 61 cm.


Altura del bronce: 50 cm.


Borde: 5 cm.


Peso aproximado: 131 kilogramos


Fundidor: Desconocido


Año fundición: 1743

Descripción: Nos encontramos ante la campana más antigua de la Basílica, y posiblemente, una de las más antiguas de la ciudad. La campana decorada, tiene una compleja inscripción en el medio pie, en epigrafía humanista, mal redactada y no exenta de errores, la cual transcribimos íntegramente de la siguiente manera: “DEĈĤINPÎN X PVE X RA X ANO X DE X P743 XXX”, las P se encuentran invertidas (excepto la última), haciendo el papel de cúes (q) y los separadores son, como se ve, equis, pero decorativas. Las letras con pequeños triángulos arriba, son transcripciones que hacemos de la epigrafía de la campana, que las representa así. Sobre las letras V, N, 1, 7, hay triángulos decorativos también.
En cualquier caso, lo debieron haber escrito como: “DE CHIQUIN X QUI X RA X ANO X DE X 1743 XXX”, y esto lo podemos interpretar como “DE CHIQUINQUIRÁ AÑO DE 1743”, la dedicación de la campana.
En (09) hay una cruz formada por equis (X) y terminadas en triángulos. Las asas, decoradas, presentan dos figuras en (03) que es de un santo, no identificado, y otra en (09) que aparenta ser una figura mariana. Tiene también cordones y otros triángulos y cuadros decorados.


Toques tradicionales de campanas: Repique manual con el badajo.


Toques actuales de campanas: Casi no se utiliza. En todo caso, se repica manualmente con el badajo.
Yugo: Madera, de forma cilíndrica.


Estado actual: Sucia de polvo y manchada de gotas de pintura.


Defectos de fundición:

a. En (00) tiene una pequeña grieta, que posiblemente, afecte (aunque sea un poco) su sonoridad.
b. Para el momento de la documentación carecía de cuerda para su toque.
c. El electromazo se encuentra desconectado.
d. La campana no está ajustada al yugo, sino que cuelga de los herrajes.
e. Asa badajera postiza.


Mecanismos de toque: Electromazo. Cuerda amarrada al badajo (sin embargo, para el momento de la documentación no había cuerda alguna)


Intervenciones: Se ha actuado sobre la campana dotándola de un electromazo para el toque automático, a su vez para sostener el electromazo se colocó debajo de la campana una viga de hierro empotrada en el vano, cosa que cuestionamos, ya que esto no solamente dificultó la documentación sino que dificulta cualquier labor de mantenimiento a las campanas; se hubiese limitado más bien a colocar una parte de la viga con la medida justa para soportar el electromazo y no una viga que llegue de extremo a extremo que por ende puede tener consecuencias acústicas.
Protección: Se encuentra protegida al encontrarse en un Monumento Histórico Nacional declarado (MHN)


Valoración: Debe ser incoado expediente para incluirla en el Inventario General de Bienes Muebles. En caso de rotura sólo puede ser soldada. Puede remplazarse por otra campana de distinta afinación.


Instalación: La instalación es tradicional y debe ser conservada para proteger la sonoridad y otros valores culturales. Cualquier mecanización deberá conservar estas cualidades, reproducir los toques tradicionales y permitir los toques manuales.


Notas: Por la fecha de fundición, es la única campana que se conserva del primer conjunto que tuvo la Basílica, cuando, para aquellas fechas, apenas fue el primer Templo erigido en honor de San Juan de Dios.

Campana San Andrés (Apóstol)

Campana San Andrés (Apóstol)

Localización: Sala de campanas


Diámetro: 62 cm.


Altura del bronce: 54 cm.


Borde: 8 cm.


Peso aproximado: 138 kilogramos


Fundidor: BARBERÍ (OLOT)


Año fundición: 1969


Descripción: La campana presenta inscripciones en dos caras. En (00) en el medio figura una imagen de San Andrés, luego prosigue la dedicación de la campana: “SAN ANDRÉS APÓSTOL”, debajo, en el medio pie coloca: “18 DE NOVIEMBRE DE 1969” y en otra línea pone: “CUATRICENTENARIO DE MARACAIBO”, ambas líneas se encuentran entre cordones, por último, en el pie coloca el dato del donante y con un solo error: “ADMINISTRACION PARROUQIAL: PBRO. ANGEL RIOS C.” donde debieron haber escrito: “ADMINISTRACIÓN PARROQUIAL: PBRO. ÁNGEL RÍOS C.”, entre cordones también.
En (06), en el medio, figura el sello de fábrica: “BARBERI FUNDIDOR / OLOT / ESPAÑA”.


Tercio (T): (cordón) / (cenefa vegetal) / (cordón)


Medio (M): (00) (San Andrés) / “SAN ANDRÉS APÓSTOL” / (06) (sello de fábrica) “BARBERI FUNDIDOR / OLOT / ESPAÑA”


Medio pie (MP): (cordón) / (00) “18 DE NOVIEMBRE DE 1969” / (cordón) / “CUATRICENTENARIO DE MARACAIBO” / (cordón)


Pie: (00) “ADMINISTRACIÓN PARROQUIAL: PBRO. ÁNGEL RÍOS C.” / (2 cordones)


Toques tradicionales de campanas: Repique manual con el badajo. Posibles toques para difuntos.


Toques actuales de campanas: Casi no se utiliza. En todo caso, se repica manualmente con el badajo.


Yugo: Madera, de forma cilíndrica.


Estado actual:

a. Sucia de polvo y manchada de gotas de pintura.
b. El electromazo, que se encuentra desconectado.
c. El badajo, aunque pega en el sitio, lo hace por la parte alta de la bola.
d. La campana no está ajustada al yugo, sino que cuelga de los herrajes.
e. Mal orientada.


Mecanismos de toque: Electromazo. Cuerda amarrada al badajo.


Intervenciones: Se ha actuado sobre la campana dotándola de un electromazo para el toque automático, a su vez para sostener el electromazo se colocó debajo de la campana una viga de hierro empotrada en el vano, cosa que cuestionamos, ya que esto no solamente dificultó la documentación sino que dificulta cualquier labor de mantenimiento a las campanas; se hubiese limitado más bien a colocar una parte de la viga con la medida justa para soportar el electromazo y no una viga que llegue de extremo a extremo que por ende puede tener consecuencias acústicas.


Protección: Se encuentra protegida al encontrarse en un Monumento Histórico Nacional declarado (MHN)


Valoración: Campana interesante. Puede refundirse en caso de rotura tras su documentación.


Instalación: La instalación es tradicional y debe ser conservada para proteger la sonoridad y otros valores culturales. Cualquier mecanización deberá conservar estas cualidades, reproducir los toques tradicionales y permitir los toques manuales.

Campana San Antonio (de Padua)

Campana San Antonio (de Padua)


Localización: Sala de campanas


Diámetro: 71 cm.


Altura del bronce: 62 cm.


Borde: 8,5 cm.


Peso aproximado: 207 kilogramos


Fundidor: BARBERÍ (OLOT)


Año fundición: 1969


Descripción: La campana presenta inscripciones en dos caras. En (00) en el medio figura una imagen de San Antonio, luego prosigue la dedicación de la campana: “SAN ANTONIO DE PADUA” y en otra línea pone “18 DE NOVIEMBRE DE 1969”, debajo, en el medio pie coloca: “CUATRICENTENARIO DE MARACAIBO” y por último coloca el dato del donante: “ADMINISTRACIÓN PARROQUIAL: PBRO. ÁNGEL RÍOS C.”, todas las líneas se encuentran entre cordones.
En (06), en el medio, figura el sello de fábrica: “BARBERI FUNDIDOR / OLOT / ESPAÑA”.


Tercio (T): (cordón) / (cenefa) / (cordón)


Medio (M): (00) (San Antonio) /” SAN ANTONIO DE PADUA” / “18 DE NOVIEMBRE DE 1969” / (06) (sello de fábrica) “BARBERI FUNDIDOR / OLOT / ESPAÑA”


Medio pie (MP): (cordón) / (00) “CUATRICENTENARIO DE MARACAIBO” / (cordón) / “ADMINISTRACIÓN PARROQUIAL: PBRO. ÁNGEL RÍOS C.”


Pie: (2 cordones)


Toques tradicionales de campanas: Repique manual con el badajo. Posibles toques para difuntos.


Toques actuales de campanas: Casi no se utiliza. En todo caso, se repica manualmente con el badajo.


Yugo: Madera, de forma cilíndrica.


Estado actual:

a. Sucia de polvo y manchada de gotas de pintura.
b. Intentó ser pintada en el tercio hacia (06) con la pintura de la fábrica.
c. La campana no está ajustada al yugo, sino que cuelga de los herrajes.
d. El electromazo se encuentra desconectado.
e. Mal orientada.


Mecanismos de toque: Electromazo. Cuerda amarrada al badajo.


Intervenciones: Se ha actuado sobre la campana dotándola de un electromazo para el toque automático, a su vez para sostener el electromazo se colocó debajo de la campana una viga de hierro empotrada en el vano, cosa que cuestionamos, ya que esto no solamente dificultó la documentación sino que dificulta cualquier labor de mantenimiento a la campana; se hubiese limitado más bien a colocar una parte de la viga con la medida justa para soportar el electromazo y no una viga que llegue de extremo a extremo que por ende puede tener consecuencias acústicas.
Protección: Se encuentra protegida al encontrarse en un Monumento Histórico Nacional declarado (MHN)


Valoración: Campana interesante. Puede refundirse en caso de rotura tras su documentación.


Instalación: La instalación es tradicional y debe ser conservada para proteger la sonoridad y otros valores culturales. Cualquier mecanización deberá conservar estas cualidades, reproducir los toques tradicionales y permitir los toques manuales.

Campana Virgen del Rosario de Chiquinquirá

Campana Virgen del Rosario de Chiquinquirá

Localización: Sala de campanas


Diámetro: 78 cm.


Altura del bronce: 67 cm.


Borde: 8,5 cm.


Peso aproximado: 275 kilogramos


Fundidor: BARBERÍ (OLOT)


Año fundición: 1969


Descripción: La campana presenta inscripciones en dos caras. En (00) al final del tercio coloca de forma extraña “PATRONA DE ZULIA”, extraña porque debieron haber escrito “PATRONA DEL ZULIA”, en el medio figura una imagen de la Virgen de Chiquinquirá, luego prosigue la dedicación de la campana: “NTRA. SRA. DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRÁ”, debajo, en el medio pie coloca: “18 DE NOVIEMBRE DE 1969” y en otra línea pone: “CUATRICENTENARIO DE MARACAIBO”, estas líneas se encuentran entre cordones, y por último, en el pie coloca el dato del donante: “ADMINISTRACIÓN PARROQUIAL: PBRO. ÁNGEL RÍOS C.”, también entre cordones.
En (06), en el medio, figura el sello de fábrica: “BARBERI FUNDIDOR / OLOT / ESPAÑA”.
Tercio (T): (cordón) / (cenefa) / (cordón) / (00) “PATRONA DE ZULIA”


Medio (M): (00) (Virgen de Chiquinquirá) /” NTRA. SRA. DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRÁ” / (06) (sello de fábrica) “BARBERI FUNDIDOR / OLOT / ESPAÑA”
Medio pie (MP): (cordón) / (00) “18 DE NOVIEMBRE DE 1969” / (cordón) / “CUATRICENTENARIO DE MARACAIBO” / (cordón)


Pie: (00) “ADMINISTRACIÓN PARROQUIAL: PBRO. ÁNGEL RÍOS C.” / (2 cordones)


Toques tradicionales de campanas: Repique manual con el badajo.


Toques actuales de campanas: Casi no se utiliza. En todo caso, se repica manualmente con el badajo.


Yugo: Madera, de forma cilíndrica.


Estado actual:

a. Sucia de polvo y muy manchada de gotas de pintura.
b. El electromazo se encuentra desconectado.
c. La campana no está ajustada al yugo, sino que cuelga de los herrajes.
d. Asa badajera postiza.
e. Mal orientada.


Mecanismos de toque: Electromazo. Cuerda amarrada al badajo.


Intervenciones: Se ha actuado sobre la campana dotándola de un electromazo para el toque automático, a su vez para sostener el electromazo se colocó debajo de la campana una viga de hierro empotrada en el vano, cosa que cuestionamos, ya que esto no solamente dificultó la documentación sino que dificulta cualquier labor de mantenimiento a las campanas; se hubiese limitado más bien a colocar una parte de la viga con la medida justa para soportar el electromazo y no una viga que llegue de extremo a extremo que por ende puede tener consecuencias acústicas.


Protección: Se encuentra protegida al encontrarse en un Monumento Histórico Nacional declarado (MHN)


Valoración: Campana interesante. Puede refundirse en caso de rotura tras su documentación.


Instalación: La instalación es tradicional y debe ser conservada para proteger la sonoridad y otros valores culturales. Cualquier mecanización deberá conservar estas cualidades, reproducir los toques tradicionales y permitir los toques manuales.

Campana “El Glon”, La Mayor

Campana “El Glon”, La Mayor


Localización: Sala de campanas


Diámetro: 110 cm.


Altura del bronce: 97 cm.


Borde: 15 cm.


Peso aproximado: 771 kilogramos


Fundidor: Desconocido


Año fundición: 1845


Descripción: La campana mayor, a pesar de estar completamente llena de decoraciones en todas sus caras, parece que es anepígrafa, decimos parece ya que esto no pudo ser verificado del todo debido a la distancia a la que se encontraba la campana, pero en las fotografías tomadas de cada uno de los ángulos no se notó la presencia de algún texto en ella.


Tercio (T): (2 cenefas)


Medio (M): (Cartelas unidas por cenefas que a su vez son divididas en el medio por cenefas verticales, que forman cruces) / (cenefa)


Pie: (cordón) / (cenefa) / (6 cordones)


Toques tradicionales de campanas: Balanceo.


Toques actuales de campanas: Casi no se utiliza. En todo caso, puede balancearse o repicarse manualmente por el electromazo.


Yugo: Madera, empotrado en un yugo de hierro, para el balanceo.


Estado actual:

a. Extremadamente sucia de polvo, un poco manchada de gotas de pintura y de excremento de paloma.
b. Tiene dobles puntos de percusión, unos en el sitio, y otros más bajos, estos últimos más prolongados; esto indica que desde hace un tiempo para acá el badajo estaba descolgado y pegaba bajo.
c. Para el momento de la documentación el badajo estaba desprendido de la campana y se encontraba caído en la sala, sin embargo, ya ha sido repuesto de nuevo.
d. El electromazo se encuentra desconectado, y aparenta ser pequeño con respecto al tamaño del instrumento, también, fue dotado de una cuerda amarrada a su caña para tener otra variante a la hora de tocar la campana.
e. Faltan pedazos de bronce en el labio de la campana, factor producido por la erosión.


Mecanismos de toque: Electromazo. Palanca para el balanceo.


Intervenciones: Se ha actuado sobre la campana dotándola de un electromazo para el toque automático, sostenido por una estructura de hierro soldada a una de las vigas que soporta la campana y que no impide el balanceo del instrumento.


Protección: Se encuentra protegida al encontrarse en un Monumento Histórico Nacional declarado (MHN)


Valoración: Campana interesante. Puede refundirse en caso de rotura tras su documentación.


Instalación: La instalación es tradicional y debe ser conservada para proteger la sonoridad y otros valores culturales. Cualquier mecanización deberá conservar estas cualidades, reproducir los toques tradicionales y permitir los toques manuales.


Notas:

a. Medidas aproximadas.
b. No sabemos con exactitud la fecha en la que se fundió la campana, pero lo más probable es que sea del siglo XIX, lo alegamos porque en la remodelación realizada por José de Jesús Romero se construyeron las dos torres, con campanas, y no sería raro que esta ya hubiese sido fundida y colocada allí, ya que, debido a su tamaño, primero fue colocada la campana y después fue terminada de construir la torre. Otra razón, aunque menos racional, es que faltan pedazos del bronce en el labio de la campana, por la erosión, que después de documentar otras campanas de la ciudad, es más propio de instrumentos del siglo XIX.
c. Según se nos informó, el badajo cayó de la campana cuando balanceaba en un acto extraordinario de la Arquidiócesis, donde se forzó la palanca con más fuerza de lo normal y la campana osciló más todavía forzando al badajo y provocando la caída, hay que tomar en cuenta también que la sujeción del mismo, mediante unas argollas de hierro que además se encontraban abiertas ayudaron a su desprendimiento.

TAÑER DE TRADICIÓN


AGRUPACIÓN: Cardenales Del Éxito
AUTOR: Astolfo Romero
INTÉRPRETE: Daniel Méndez

CORO
La parroquia está de fiesta
Ay que bonita mañana
El tañer de las campanas
Despierta al saladillero
Si Rubén el Campanero
La hace festiva y galana (bis)

I
Antes de la procesión
En el día de la chinita
El campanario te invita
Con tañer de tradición (bis)

II
Cuentan que en una ocasión
En la aurora marabina
Rubén encontró a la china
Y lloro con su bendición (bis)

III
En el lumbral del adiós
Tan jovial y tan sincero
Va Rubén el Campanero
Con rumbo al San Juan de Dios (bis)

Material Compilado por Victor R. Salazar Rodríguez, 01 de diciembre de 2020

REFERENCIAS

  1. https://es.aleteia.org/2017/11/14/el-negro-ruben-el-campanero-que-nadie-olvida-en-la-chinita/
  2. http://saborgaitero.com/el-campanero-de-la-basilica-ruben-aguirre-dedico-50-anos-al-oficio-de-taner-las-campanas/
  3. http://campaners.com/php/campanar.php?numer=5092
  4. http://campaners.com/php/campanes1.php?numer=5092
  5. http://miqueridagaita.blogspot.com/2010/05/ruben-el-campanero.html
TAÑER DE TRADICIÓN (Ruben El Campanero). Cardenales del éxito

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