Letras

EL OTRO SUEÑO. Manuel Rojas

EL OTRO SUEÑO

El vidrio está empañado y una cortina morada esconde el rostro de María. Me asomo a la ventana, bajo la lluvia, acercándome lo más que puedo al cristal y aún así no me reconoce. Estoy empapado desde la cabeza hasta los pies, en medio de una calle tenebrosa. He de confesar que mi venida se debe a un sueño de conquista por demás romántico; he venido, sí, adueñándome de este rostro que no me pertenece, tan solo para verla, sin embargo no ha sido posible el encuentro. Las flores vivas del alféizar de losa azul donde aparece mi nombre rayado a la deriva, dentro de un rojo corazón, reflejan la más espantosa separación entre ambos – adoquines en una vida transitoria, mitigando esta pocilga de rabias y olvidos- sin que haya la menor esperanza de volver. Una ráfaga de viento mitiga un quejido sordo que parte inmutable de sus labios dulcemente anaranjados. El sueño es como la muerte o como una muerte pequeña desgarrada en cada noche de espera. Ha parado la lluvia y en la ventana (o en la cortina, tal vez) se vislumbra una silueta de mujer que en algo se parece a María, luego se esfuma. Me alejo con la salida del sol, al paso de los obreros al amanecer. Volveré en otro sueño, abriré la ventana y la veré cuando su corazón se abra como un loto, bajo los faroles de loto de un diciembre luminoso, donde sólo soy un sombrío cazador de sombras.

Manuel Rojas