POEMA IV
En esta particular
y extraña opereta,
cada cual
asume el rol
que a bien
o a mal
le convenga.
Modista
ingeniero
abogado
párroco
enfermera
truhán.
A gritos
o en silencio,
asumimos el azar
de seguir
vivos.
Cantando
maldiciendo
sembrando
o defecando,
corremos
y descorremos
el telón de los días.
Detrás de la fama
o delante del anonimato,
pero siempre
como personajes
de opereta.