Manuel Rojas y su poesía
CUANDO APRENDÍ A VIVIR
Cuando aprendí a decir mamá
sonreí con la ternura de un recién nacido
cuando aprendí a pedir el vaso para la caca
sonreí con asco
cuando aprendí a amarrarme los cordones
de los zapatos
sonreí con la caricia precoz de un niño viejo
cuando aprendí a leer aprendí a reír
con la boca hecha un poema
cuando aprendí a jugar ajedrez
sonreí con un gesto de evocación inteligente
cuando aprendí tu nombre
lo degusté
lo mastiqué como un loco
lo repetí en mi mente como un talismán
lo canté como se canta una canción amada
y reí
reí mucho
reí como ríen los idiotas cuando le dan un juguete
reí hasta saciarme
reí como un viejo torpe que quiere hablar de rock
y no puede
y decirle a ella el mejor poema en el oído
y lo único que puede es reírse así
como un perfecto idiota bajo la lluvia
bajo las estrellas de una noche
en que la ternura es su mejor compañera
hasta hoy…
ELLA Y YO
Ella ama mi rostro de lobo y yo su máscara de bruja…ella ama mis manos de albañil de reinos afrodisíacos y yo su modesta fe en los dinosaurios azules de sus cuentos…ella ama los mares y los precipicios que los habitan y yo las carreteras con casitas de metal de esos barrios chinos de los poemas que oí alguna vez en la boca de un sastre de ropa fina…ella ama los arreboles de las mañanas tupidas de pájaros azules y yo la caída del sol en una noche pre cámbrica…y nos amamos a pesar de la distancia y las molestias que eso significa para amarnos…
EN ESTA HORA
Siembro en la palabra mi cuerpo
las sombras que no saben sonreír
los epitafios que no tuvieron un bonito final
Me niego a disparar mi bala de tristezas
en esta hora de alfabetos crueles
y dardos asesinos
Sigo aquí
con el temor de ser un feo fantasma
que asusta a los niños en la escuela
Me siento en la grama
en el pico de luces de esta ciudad
donde sólo fui un profeta
de vanos sortilegios
Respiro mi última sentencia
mi última palabra
este adiós de vino tinto
y flores de chocolate
sin el peso de las nubes
en la mirada…
MANUEL ROJAS