«Ocaso». Por Edel Coronado
Ocaso
Esta tardenoche
altiva
como una daga
temeraria
Me asombra
un rapto
de nostalgia
Suspiro incontenible
del pasado
perdido
Una estrella
que se acerca
llovizna vecina
luz lejana
Y este frío
tan cruel
Testigos incautos
de esta pena
inexplicable
Río de lágrimas
que no mojan
represadas
en mi garganta
Levantan sus dedos
profetizando
un tormento
que ya no podré evitar
Me envuelve
una tristeza
que habla
en otro idioma
Acerca sus manos
a mi corazón
y ahoga
de a poco
Estrangulamiento
del alma
Que muera
esta hora
Que caiga
de rodillas
Que llegue
la mañana
a darme sorbos de aire
Quiero decir adiós
al crepúsculo
al cielo oscuro
y a estas sombras
Quiero apartar
este cáliz
agrio trago
tan infeliz
y sofocante
Que el sonido
de una hermosa voz
sacuda
esta penumbra
Que mis penas
se vuelvan trizas
en este frío ocaso
Edel Coronado
3 Comentarios
Elizabeth
Que dolor tan poético
Dolor que surge de las entrañas del alma
«Te conozco…
te conozco desde siempre
desde lejos…»
Ambar Berg
Que cosas como la tristeza o la melancolía pueden ser alimento de poemas tan bellos.
Gracias Edel
Sebastian Grau
¡Magnífico Edel!