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Por allí está el Licenciado (Relato de Migrantes en Serie):“L. El Puente”. Por Luis Enrique Homes.

Puente de Matamoros

L– El Puente


Andrea, Julian y Jesus llegaron a Matamoros luego de cruzar en bus una buena parte de México. Jacinta les había comentado, en unas de esas conversaciones orientadoras sobre su viaje, que debían acercarse al puente fronterizo entre la ciudad y la ciudad de Brownsville, porque allí había un proceso ( que ella no conocía muy bien) donde a la gente, al decir que iba a solicitar asilo en los Estados Unidos, le entregaban unos papeles para que asistiera a su corte. Eso era lo que venían dispuestos a hacer.

Al bajarse del bus, inmediatamente solicitaron un taxi y les pidieron al conductor que los llevaran al puente.

  • Que van a hacer allí al puente? , le preguntó el conductor.
  • Pues nosotros vamos a pedir asilo y nos dijeron que hay que presentarse allí.
  • Si quiere yo los llevo, pero lo que yo he escuchado es que eso está suspendido por la pandemia.


Era la segunda vez que escuchaban de la famosa pandemia del coronavirus, algo de lo que aún no se escuchaba en Nicaragua, al menos en Río Blanco. Julian se imaginaba “La Pandemia” como una señora flaca y gigante, de vestido largo color marrón, cabellera lisa hasta la rodilla, y que se acercaba a la gente para abrazarla con ternura, pero que poco a poco la persona abrazada era seducida y se quedaba allí somnolienta, hasta que comenzaba a toser y se moría ahogada lentamente. Por eso se refería a ella como “La Señora Pandemia.

Andrea no quiso hablar mucho con el taxista. Estaba advertida por Jacinta que Matamoros era un sitio controlado por las mafias y que buena parte de la población respondía o trabajaba para ellas. EL hombre se acercó a unas oficinas de inmigracion mexicana y les dijo:

  • Por acá es que siempre dejo a la gente que viene con el tema del asilo. Que tengan mucha suerte.


Era el final de la tarde y estaban cansados del viaje.

Apenas bajando del taxi, pudieron visualizar unos agentes uniformados cerca del puente, se acercaron hasta allá. Y vieron que era un puente corto, que apenas caminar 10 o 15 minutos, los llevaría a Estados Unidos. Apenas se acercaron al puente, unos oficiales les impidieron continuar. Ellos explicaron que estaba buscando asilo. Les ordenaron que le dieron sus pasaportes y las razones por las que buscaban asilo.

Allí estuvieron como tres horas, contando Andrea y Julian cada uno su historia. . EL oficial de inmigracion que hablaba español muy claro, los miraba con incredulidad y el algún momento les dijo:

  • Eso parece una pelea entre marido y mujer
    Julian intervino:
  • Yo trabajaba para el licenciado y le puedo decir que estaba metido en cosas muy feas y peligrosas, no es un patrón cualquiera. Es un hombre muy peligroso y estamos amenazados de muerte.


El oficial se metió a una oficina y al cabo de unos minutos, salió con unos papeles en la mano y les dijo:

  • Aca tienen, acá esta la fecha en que tienen que presentarse acá nuevamente. mas o menos en dos meses. Ese día se presentan acá a las 3 de la mañana y se les permite el paso para Brownsville, para que tengan su corte.
  • Y mientras tanto qué hacemos señor? – Preguntó Julian.
  • Pues esperar, toda la gente que está allí, está esperando. – dijo el oficial


Andrea volvió la mirada atrás y vio un campamento lleno de miles carpas. No pudo imaginar cuanta gente estaba esperando desconsolados, dieron la vuelta y se acercaron curiosos al campamento

Luis Enrique Homes

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