TRES ESCRITOS DE MANUEL ROJAS
DE REMOTAS DISTANCIAS
De remotas distancias me llega tu voz,
tu hermoso corazón,
tus palabras
de no sé qué isla,
qué patria chica,
qué rincón de América,
qué barco o qué avión,
qué playa,
calle o ciudad,
qué otro cielo u otro camino lejano.
Me llegan los susurros de tu voz
en un calendario que no perdona tiempo en demora
o distancias infinitas.
De qué cable telefónico me llega también tu voz
de qué onda prisma o chip,
constelación
me llegan tus verbos,
tus oraciones,
tus poemas…
y yo los guardo entre mis manos,
los escondo en alguna parte de mi existencia,
los leo y los releo,
mientras salto hacia la espesura de algún cuento
que empiezo a escribir
con las manos de mi callada sombra
de mi sosegada certidumbre.
Manuel Rojas
PESAN
Pesan mis pies en el asfalto,
la ropa me queda grande,
la sombra se ha alargado…
Pesan muchas cosas en mi,
algunas notablemente visibles
como la tristeza o la compasión,
otras
mucho más ocultas que el alma
o como la voz que habla en mis venas.
Pesa la nostalgia de este momento
en que las campanas anuncian
la llegada del Mesías
con el sonido del viento,
las hojas verdes del invierno
o la niebla entre las ventanas.
Pesa el asombro,
los secretos,
pero mucho más que eso
pesan los recuerdos,
la infancia de flores y espejos
y esos besos de la maestra Gil
que pesan tanto,
pero tanto en la memoria
que a veces provoca besar la lluvia
para seguirla recordando
por siempre…
Manuel Rojas
VIDA
Vida es sólo una nube
que ronda mi cabeza
con agua fresca en sus codos,
pero es algo más:
es la luna vestida de gata
con sandalias de charol.
Vida es tu mirada
cuando te busco con las manos
que un día abandonaste en la chimenea.
Vida es tu cuerpo de adolescente
que salta los columpios en navidad
y vida
es tu regazo,
es el viento que roza tu frente
y sabe a fresa,
a piña,
a hogar.
Y vida son los dedos de tu alma,
el poema que deseas escribir para mi,
la palabra más larga del mundo.
Vida es el aire
la médula salvaje de tu cabellera…
Manuel Rojas