TUVE. Olimpio Galicia Gómez

Tuve una madre efímera
y una canción de cuna olvidada.
Tuve un cuento
que mi madre deletreaba
con señales de sol ardiente
cuando recogía mi
infancia y la guardaba
en un viejo baúl.
Tuve el cariño de sus manos
enredado en mis cabellos
pero no tuve tiempo de entender
la letra de su canto.
Tuve una madre de muy limitados
latidos
que se escaparon entre las nubes
de los silencios.
Tuve una madre cuya ternura apenas alcanzó
mi primera edad
cuando ignoraba la amargura
de las ausencias perdurables.
Tuve una madre demasiado mortal
y sigue muriendo
con mi muerte.
Olimpio Galicia Gómez