Ba’al Zebûl. Por Delfos
Ba’al Zebûl
El hombre se sentó en la vieja mecedora de cardón y le dijo a su hijo de 14 años:
Pon atención hijo mío. No todo lo que ha llegado hasta nuestro tiempo es verdad. Al pasar de los siglos innumerables pueblos y culturas han desaparecido del planeta y las voces de los pueblos que han quedado (por vencedores o sobrevivientes) han tergiversado y cambiado muchos de los significados de origen. Tal es el caso de Baal-zebub o Belcebú (vocablo ya castellanizado).
Ba’al zebûb, “Baal [señor] de las moscas” en idioma hebreo, habría sido originalmente Ba’al Zebûl, «señor de la casa». Este Ba’al era un Dios del panteón de los filisteos de Ecrón y se le rendía culto con el fin que hiciera desaparecer la plaga de moscas que azotaba, de cuando en cuando a la población de esa ciudad al sur de Canán y que formaba parte de la pentápolis filistea.
Los filisteos forjaban en oro estatuillas de moscas para ofrendarlas a Ba’al con el fin de agradecer su intervención como exterminador de mencionada plaga.
Siglos después, evangelistas como Mateo lo relaciona con Satanás en el nuevo testamento.
La verdad es, hijo mío, que si bien es cierto que fué un Dios pagano de los filisteos de Ecrón, no tiene ningún vinculo real con el «Acusador Satán» (que mencionaba Jesús de Nazareth) o con el «Ángel caído» del pueblo hebreo. Simplemente los judíos modificaron el vocablo a los fines de causar irrisión del ídolo originario y sus adoradores enemigos del pueblo de Israel.
DELFOS
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Mónica L Márquez C
Saberes