Microrelatos

El Homúnculo. Por Enmanuel

El Homúnculo

Anoche pude conversar, por fin, con Philippus Aureolus Theophrastus Paracelsus Bombastus von Hohenheim, es decir, con Paracelso.
Me refirió historias interesantes, ciertos movimientos moleculares que no entendí para nada. Sin embargo su experiencia en llevar la contraria y encontrar nuevas rutas, me llevó hasta el Homúnculo.
No sé si les deba contar todo. Los Dioses me lo prohibieron. Pero como esto de escribir no deja huella ni compromete el alma, me atreveré, por primera y última vez, a hablar de ello.
“Según Paracelso la única manera de crear un homúnculo es a partir del esperma humano, afirmación que logró que buena parte de su obra fuese clasificada como parte de la nigromancia; lo cual es inexacto.
Para crear un homúnculo es necesario recolectar el esperma putrefacto de un hombre. Esta muestra debe inseminarse en un huevo, dejado a la sombra, en un sitio cálido, hasta que alcance el nivel óptimo de putrefacción.
En este punto Paracelso recomienda que para obtener este nivel de pureza en la putrefacción del huevo se lo puede colocar en el excremento de una yegua preñada.
Después de cuarenta días de incubación el homúnculo es capaz de moverse por sí mismo, lo cual es fácilmente observable. En esta etapa el huevo no debe ser abierto. El homúnculo ya posee algunas características humanoides pero no está completamente formado.
Sólo cuando la cáscara del huevo se vuelva traslúcida es posible asistir al homúnculo. Se lo debe alimentar sabiamente con el arcano de la sangre humana, nutrición que debe prolongarse durante cuarenta días más….”
Después de esto, todo estará listo para que la magia lo ocupe todo.
_ ¡Doctor! ¡doctor!, el paciente de la cama 77 desapareció, como si se lo hubieran llevado los demonios. Solo dejó un montón de papeles regados, y algo como un huevo descascarado.

Enmanuel

NOX ARCANA. PANDORA