NO ENVIDIO. Por Calíope
NO ENVIDIO
Tu fortuna apenas me sirve para nombrarte. Para decir «allá va aquel rico señor». Nada mas.
No envidio tu casa, tu carros, tus sirvientes. Tampoco tu insomnio, tus úlceras, tus enemigos.
Si acaso, algún día pensé:
«Si yo tuviera la plata de ese señor, la repartiría entre los pobres del mundo y saciaría, aunque sea por un día, su ancestral hambre»
Pero para mas nada, ni siquiera para saciar mi propia hambre. Cada día, cada noche, mi rostro se surca de sol y luna, y a mis casi cien años, diría como decía mi madre muerta:
No envidio
Calíope