«¡Pa que coño me parieron…!». Por Enmanuel

_ Nunca fuiste hecho para el bien. En tu sangre corre la sentencia que te condena.

Dijo la vieja sentada sobre un desvencijado taburete, y continuó…

_ A veces, solo a veces, la luz tocará a tu puerta y no la sabrás reconocer, porque fuiste hecho para el engaño, la estafa… el dolor.

(Y mientras decía esto, el oscuro tabaco encendido se le quemaba entre los dedos).

Aquel muchacho, apenas adolescente, le tiró cuatro monedas en el piso, como pago de la improvisada consulta. Miró al cielo y se dió cuenta que la noche solapaba la tarde..
«En tu sangre corre la sentencia que te condena…», volvió a recordar las palabras de la vieja, con los ojos blancos por las densas cataratas que nublaban su vista y el olor intenso a aguardiente barato y tabaco quemado.

Entonces se preguntó en voz baja, casi inaudible, ahogado en rabia y tristeza:

_ ¡Pa que coño me parieron, no joda!

Enmanuel