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«DALÍ… Genio y Artista»

«Si muero, no moriré del todo»
Salvador Dalí

Tres de la tarde. Subíamos «la rampa» para llegar al 1ro. de Humanidades en el Colegio «San Vicente de Paúl» en Maracaibo.

Maracaibo Venezuela. Fachada del colegio San Vicente de Paúl.

«Capulina», «Piro-Piro» y Nacho Chumaceiro, fueron los últimos en entrar al salón de clases que ya regentaba el profesor de Historia del Arte, Padre Moreno (Fuduco). Con su acento, marcadamente español, y su pasión por la materia, nos narraba y explicaba el Surrealismo español y su representante mas emblemático… Salvador Dalí. Entonces me encontré, por primera vez con el Artista.

SALVADOR DALÍ

«Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, Marqués de Dalí de Púbol«, nació en Figueras-España el 11 de mayo de 1904 y falleció, también en Figueras, el 23 de enero de 1989. Fué pintor, escultor, grabador, escenógrafo y escritor. Se le considera uno de los máximos representantes del surrealismo Mundial.
Salvador Dalí es conocido por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir a la influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto dibujante. Los recursos plásticos de Dalí también abordaron el cine, la escultura y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con otros artistas audiovisuales. Tuvo la capacidad de acrisolar un estilo genuinamente personal y palpable al primer contacto, que en realidad era muy ecléctico y que «succionó» de innovaciones ajenas.

Una de sus pinturas más célebres es «La persistencia de la memoria» (también conocida como Los relojes blandos), realizada en 1931.

Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la atención pública. Esta conducta irritaba a quienes apreciaban su arte y justificaba a sus críticos, que rechazaban sus conductas excéntricas como un reclamo publicitario ocasionalmente más llamativo que su producción artística.

Dalí atribuía su «amor por todo lo que es dorado y resulta excesivo, su pasión por el lujo y su amor por la moda oriental» a un autoproclamado «linaje arábigo», que remontaba sus raíces a los tiempos de la dominación árabe de la península ibérica.


Las ideas políticas de Salvador Dalí desempeñaron un papel muy relevante en sus inicios artísticos. Posteriormente se le acusó de apoyar ideológicamente el franquismo. André Breton, el «padre» del surrealismo, se distinguió por sus esfuerzos para separar el nombre de Dalí del grupo surrealista.

Sin embargo, ese enfrentamiento obedecía a motivos más complejos. De cualquier modo, Dalí nunca fue antisemita como se desprende de su amistosa relación con el afamado arquitecto y diseñador Paul László, que era judío. Manifestó una profunda admiración hacia Freud (a quien conoció personalmente) y hacia Albert Einstein, a juzgar de sus escritos. Sobre la personalidad de Dalí, George Orwell dijo en un ensayo que:

«…Uno debería ser capaz de conservar en la cabeza simultáneamente las ideas de que Dalí era al mismo tiempo un excelente dibujante y un irritante ser humano. La una no invalida, o efectivamente, no afecta a la otra».

En su juventud el artista estuvo relacionado con el anarquismo y el comunismo. En sus escritos se suelen encontrar afirmaciones políticas, probablemente, más dirigidas a impresionar al público por su radicalidad que basadas en una inspiración profunda, que señalan cierta vinculación con el activismo político del dadaísmo. Con el avanzar de los años, sus adhesiones políticas cambiaron, especialmente según el surrealismo se identificó con el liderazgo de André Bretón, de orientación trotskista. En diversas ocasiones, Breton pidió explicaciones a Dalí por sus relaciones políticas. De cualquier modo, ya en 1970 Dalí se declaró[89]​ como un «anarco-monárquico», dando pie a numerosas especulaciones sobre esta orientación política (indudablemente minoritaria).

Con el inicio de la Guerra Civil Española, Dalí rehuyó el enfrentamiento y rechazó manifestar su adhesión a ninguno de los bandos. Del mismo modo, tras la Segunda Guerra Mundial, Dalí fue criticado por George Orwell, quien le acusó de «escabullirse como una rata en cuanto Francia estuvo en peligro», después de haber vivido y prosperado allí durante años:

«Cuando la guerra europea se acerca, él sólo se preocupa de una cosa: encontrar un lugar donde se coma bien y de donde pueda escapar rápidamente en caso de que se acercase el peligro «.

Tras su retorno a Cataluña tras la guerra, Dalí se aproximó al régimen franquista. Algunas de las declaraciones de Dalí sirvieron como respaldo a la dictadura; así felicitó a Franco por sus acciones dirigidas a «limpiar España de fuerzas destructivas».

Dalí, que se había convertido al catolicismo y se fue volviendo una persona más religiosa con el paso de los años, podía referirse a los grupos comunistas, socialistas y anarquistas que durante la época de guerra civil habían ejecutado a más de siete mil monjas y sacerdotes. Dalí envió incluso algunos telegramas a Franco, elogiando la pena de muerte con que el dictador había condenado a algunos criminales de guerra. Dalí incluso conoció a Franco personalmente y pintó un retrato de la nieta del dictador.

Es difícil determinar si sus gestos hacia el franquismo fueron sinceros o caprichosos, ya que los simultaneaba con manifestaciones decididamente surrealistas, como felicitar al líder comunista rumano Nicolae Ceaușescu por incluir un cetro entre sus atributos. El diario rumano Scînteia se hizo eco de esta noticia, sin percatarse de su índole burlona. De cualquier modo, uno de los temas en los que Dalí mostró una indudable desafección al régimen fue el polémico asesinato del poeta Federico García Lorca por milicias franquistas, que denunció incluso en los años en los que la obra del poeta estaba oficialmente prohibida».
Fuente: Wikipedia

Ian Gibson: «Dalí fue un tímido patológico»

El investigador hispanista, Ian Gipson, escribía sobre Dalí y sus intimidades emocionales y sexuales:
«En cualquier caso, Dalí nunca ocultó su condición de tímido o de impotente hasta el punto de que llegó a decir ante una cámara de la BBC que no hay gran arte sin impotencia. Sobrevive gracias al hecho de ser artista y de poder expresar en sus obras lo que realmente es. Por eso, Dalí se halla en sus cuadros, ahí es donde le vamos a encontrar porque en lo que escribe existe una tendencia a no contar exactamente su realidad íntima al ser una persona que lleva muchos disfraces. No conozco otro caso igual de un hombre capaz de llevar una máscara durante 80 años».

Hoy en, Al Margen del Tiempo, recordamos al Genio.

E.C.

Mecano – «Eungenio, Salvador Dalí«

Un comentario

  • Miguel Alberto Zurita Sánchez

    Fue estudiando segundo año de bachillerato, cuando supe de Salvador Dalí, a través de “La Persistencia de la memoria”, me impactaron tanto sus raras formas, que me dediqué un poco a saber más de Él. Dalí el excéntrico y apasionado enamorado de Gala.
    Desgraciadamente, sus peculiaridades, han sido modelo para muchos artistas de la política tercermundista y subdesarrollada, así como de varios “artistas” de otros géneros; peculiaridades que sólo le “lucían” a Dalí, los demás son burdos y mediocres imitadores.
    Dos obras más, guardo en mi memoria, las cuales para mí, son muestras de su evolución y versatilidad “Cristo de San Juan de la Cruz” y “Cristo hipercúbico”, donde las profundidades realistas y surrealistas interactúan con las fibras sentimentales de un ser, de apariencia árida y ruda dureza exterior, sendos trabajos que sirven de escudo a la timidez y a la melancolía, de un ser humano, en proceso de humanización.