Opinión

Civilización y barbarie en el siglo XXI. John William Wilkinson (Tomado de VANGUARDIA DOSSIER)

Civilización y barbarie en el siglo XXI

Civilización y barbarie en el siglo XXI 
 Martin Tognola

El siglo XXI cumple 25 años con el acelerador pisado a fondo. Parece solo ayer o anteayer que celebrábamos el inicio de un nuevo milenio. Había agoreros para todos los gustos, pero también jubilo y esperanza. El nefasto siglo XX quedó enterrado. Incluso había quien creía que estábamos viviendo el fin de la historia, ya que el colapso de la URSS había abierto las puertas a un nuevo mundo globalizado en el que triunfaba un sistema democrático que nadie en sus cabales podía rechazar.

Por aquellas fechas las librerías estaban a reventar con títulos sobre ese cambio de milenio y el magnífico o aciago futuro que nos esperaba. Pero también había libros que repasaban el tumultuoso siglo a punto de morir, como Civilización y barbarie en la Europa del siglo XX (Planeta, 1997. pvp: 3.800 pesetas), del historiador estadounidense afincado en Barcelona Gabriel Jackson. Claro que ni el señor Jackson ni nadie podía imaginar que el día 11 de septiembre de ese año 2000 los atentados perpetrados en Nueva York y Washington iban a significar un abrupto regreso a la barbarie que, un cuarto de siglo después, no para de crecer. Fuimos ingenuos, sí.

Ahora bien, el profesor Jackson, lejos de hacerse pasar por uno de esos ilusos futurólogos que por entonces tanto abundaban, se limitó a repasar en su libro el convulso siglo que le vio nacer en 1921.

Decía Walter Benjamin que no hay documento de cultura que no lo sea al tiempo de barbarie. ¿De cultura o de civilización? Da igual. Lo que nunca falta es la barbarie, por mucho que queramos esconderla bajo la alfombra. Tanto es así que, en vez de hacerles caso a los charlatanes que ahogan las redes con su verborrea vacía, pero letal, conviene, a estas alturas del siglo, repasar los sabios escritos de historiadores serios como Gabriel Jackson, que, si carecía del don de prever el futuro, bien sabía interpretar el pasado, con sus más y sus menos.

Lo que nunca falta es la barbarie, por mucho que queramos esconderla bajo la alfombra

“Aparte de la evidente necesidad de desarme, la historia de la Europa del siglo XX demuestra también lo que ocurre cuando el ‘realismo’ amoral reemplaza a todo sentido de solidaridad y a los principios de resistencia a cualquier perversidad masiva y claramente intencional.” Así, Jackson. Frase que se puede aplicar a este calamitoso 2025 que no ha hecho más que empezar.

“Europa tuvo dos oportunidades muy claras para detener a Hitler sin desatar una tremenda guerra continental o mundial”, que fueron la guerra civil española y la crisis checoslovaca de 1938. Las tremendas torpezas cometidas “involucraron una asombrosa combinación de intereses nacionales mal calculados y cobardía moral.”

“Una de las preguntas cruciales con respecto al futuro de Europa y de Occidente en general es, pues, si las sociedades en exceso secularizadas de fines del siglo XX, que carecen de ningún principio trascendente de legitimidad y freno sobre el poder en estado puro, serán capaces de sustituir la pérdida ética religiosa por una ética secular humana”.

La cultura y las iniciativas civilizadoras se baten en retirada o son sencillamente eliminadas

Al inicio de este año 2025, la respuesta es, para nuestra desgracia, negativa: la barbarie avanza a marchas forzadas, mientras la cultura y las iniciativas civilizadoras se baten en retirada o son sencillamente eliminadas.

Al regresar a Estados Unidos, ya de avanzada edad, al profesor emérito le preguntaron en una entrevista qué echaba de menos de su larga estancia en España. Las tertulias, respondió. Si nos pudiera visitar ahora, cómo le horrorizaría constatar que a estas alturas del siglo apenas sí sobrevive alguna, ya que esa concordia compartida, esa cortesía generosa ante la diferencia, han sido arrasadas por la polarización, el odio, la mentira, la desfachatez.

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