«EL ARTE». Olimpio Galicia Gómez
EL ARTE
Desde siempre, el arte ha sido la manifestación humana que más ha trascendido y reivindicado nuestra condición de seres diferentes a las otras especies animales, manifestando los alcances de la inteligencia, la creatividad y la sensibilidad para comunicar, a través de cualquier manifestación artística, a cada momento, nuevas y admirables obras para el disfrute, concienciación y desarrollo humano.
Cada ser, sin menoscabo de edad, sexo, raza, condición social o nacionalidad, es capaz de hacer y desarrollar actividades con fines artísticos, incluso, sin proponérselo. Hay quienes sostienen que las primeras formas de comunicación a través de la palabra oral, fue un hecho poético. Que los sonidos originados por el choque, fricción y el zumbido del aire entre los elementos de la naturaleza condujeron a nuestros tatarabuelos al disfrute de los primeros acordes musicales que captaron sus oídos. Las cuevas milenarias llenas de dibujos rupestres dan cuenta de la capacidad para plasmar la realidad que vivía, el ser humano que habitó en ellas, dando demostraciones convincentes de su talento y habilidad manual para esculpir y trazar.
Es el arte, entonces, el encargado de escribir la historia, aún careciendo de alfabetos, pero sí con la posibilidad real de apelar a la inventiva, a los elementos a su alcance, a la continua búsqueda, a satisfacer sus necesidades y su curiosidad, a enfrentar retos para lograr una condición de vida que alcance, progresivamente, niveles superiores de cultura.
Nuestros arqueólogos, antropólogos e investigadores de la historia, cada día nos asombran con los descubrimientos y hallazgos que realizan, encontrando una gran diversidad de fósiles con miles de años de antigüedad; dibujos y escrituras líticas milenarias; inscripciones en lápidas funerarias que, aún con toda la tecnología disponible, resulta difícil su traducción y comprensión; más de ocho mil soldados y caballos en terracota a escala natural, custodiando la tumba del primer emperador chino; instrumentos bélicos con diseños y acabados únicos; y así cientos de casos, sin mencionar las pirámides egipcias y las de centro américa, que prodigiosamente, han venido a integrarse a las páginas que estaban vacías en la historia de la humanidad.
El hecho artístico mantiene una relación íntima y permanente con nosotros que es imposible soslayar, sin embargo, la barbarie, la ignorancia, los desquiciados de poder y la arbitrariedad han cumplido una terrible, triste y aberrante misión, al atentar en forma constante y permanente contra el arte, con las guerras, invasiones, saqueos, destruyendo bibliotecas, museos, culturas aborígenes, avasallando costumbres, idiomas e identidad, lo que significan pasos gigantescos de atraso para la civilización y el desarrollo moral, espiritual y corporal de las especies del planeta, fundamentalmente, la de los humanos.
Olimpio Galicia Gómez