«Familias Separadas, Familias Reunificadas». Por Luis Enrique Homes
Familias Separadas, Familias Reunificadas
Este abrazo condensa una historia de separación y de reunificación de las familias venezolanas en Estados Unidos.
Después de 5 años de separación, José Gregorio se reencuentra con sus padres, Alberto y Xiomara en el terminal de pasajeros de Brownsville, Texas, llegando de Matamoros, México. Allí fue obligado a permanecer bajo una política ilegal e inhumana de Donald Trump, con respecto a los solicitantes de asilo: No pueden entrar a los Estados Unidos, con la excusa de la pandemia.
¡Cuantas noches de insomnio! Cuantas llamadas telefónicas para saber que te paso hijo, cuando te van a dejar entrar?. Todavía no mamá, no sabemos cuándo. Pero acá se sigue sin saber nada, en esta frontera que es oscura y nebulosa entre ráfagas de ametralladoras y asaltos de media noche. Solo tengo la esperanza de que este programa del MPP, se va a acabar. Pero nosotros no sabemos si se acaba primero la paciencia que el MPP, oran los padres. Así que te pedimos fuerza virgencita de la Chiquinquirá, para aguantar hasta ver a este muchacho que dejamos en Venezuela cuando era un niño y ya es un hombre.
Este mundo de visas, permisos, aeropuertos, entradas y salidas, fronteras y muros es un mundo creado por los hombres y los gobiernos, pero no es un mundo real. Lo real es que queremos estar con nuestro muchacho. A mi – reflexiona Alberto – me gusta ese olor a campo como el nuestro en el Zulia. Esas mañanas húmedas y frías. EL café negro de la mañana y el olor a guayaba, la textura del plátano, el color blanco de la leche y el muuuuu de las vacas en el corral, listas para dar su leche.
Pero cuando se mezcla todo eso con el olor a guerrilla colombiana protegida por el régimen, el espeso mundo de la extorsión y del secuestro, la amenaza de que tu o tus hijos aparezcan muerto y solo quedes plasmado en un obituario digital porque los periódicos desaparecieron, no te queda otra cosa que huir de tu país con tres maletas a buscar lo que perdiste: Libertad y seguridad. El resto, que lo haga Dios.
Yo abrazo a mi hijo feliz y contento, porque llego a su nueva casa. Me emociono con él porque quedo atrás la angustia y la zozobra. Porque voy a poder dormir mas de 4 horas seguidas en las noches. Pero aun queda mas de esta historia y se la dejo a mi amigo para que la siga contando.
Luis Enrique Homes
3 Comentarios
Pablo Aguilera
Tristeza y felicidad eclosionando en el corazón
Mairiovis
Fue un abrazo con amor y dolor nada más
Nerio Iriarte
¡Cuanta mezcla de emociones encontradas!
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