«La belleza salvará al mundo». Por Enmanuel Camejo Zavala
La frase «la belleza salvará al mundo» apareció en la novela El idiota, de Fiódor Dostoyevski, publicada en Rusia en los años de 1868 y 69. Mucho antes, Platón en El Banquete afirmaba que «…La belleza es el esplendor de la verdad…».
Píndaro, Esquilo, Sófocles, Tucídices y Jenofonte (entre varios pensadores griegos) asumían el ideal de la belleza, contenido en la expresión «kalos kai agathos«, «lo bello y el bien«.
La palabra «belleza» proviene del latín bellus, palabra que, junto a pulchro y fermoso, se usaban para referirse a algo bello o bueno de ver; sin embargo estaba reservada para niños y mujeres y se usaba para referirse a hombres con una intención irónica.
La palabra bellus comparte raíces con bonus que significa bueno.
(Fuente: Diccionario Etimológico).
«Belleza» comparte significado con la palabra griega aisthētikḗ , que es una rama de la filosofía que se centra en la reflexión sobre la actividad artística, pues dicha actividad tiene como fin la creación de cosas bellas, como una obra pictórica, una escultura, una composición musical o un poema.
Sin embargo la belleza es relativa a cada cultura. Desde los cánones rupestres del hombre prehistórico, hasta los conceptos mas estrafalarios y sofisticados del arte contemporáneo, la belleza termina siendo lo que es agradable de ver, oler, gustar, escuchar o palpar para cada cultura, en cualquier parte del planeta.
«El hombre puede vivir sin ciencia, puede vivir sin pan, pero sin belleza no podría seguir viviendo, porque no habría nada más que hacer en el mundo. Todo el secreto está aquí, toda la historia está aquí«, dijo Dostoyevski y justo alli, pareciera que se «abrieran los cielos» y la belleza, esa percepción ingenua del mundo, mas allá de la ciencia y el conocer, comienza a ser la llave que abre los misterios de la trascendencia a la finitud del hombre.
«La belleza redime el sufrimiento, y el mismo sufrimiento es entendido, en su intensidad libre de identidad, como belleza«
Escribió alguna vez Alejandro Martinez Gallardo.
Simone Weil (filósofa, activista política y mística francesa de principios del Siglo XX) escribió: «En todo lo que despierta en nosotros un sentido auténtico y puro de belleza, ahí se encuentra, en verdad, la presencia de Dios. Hay una especie de encarnación de Dios en el mundo, de la cual la belleza es señal».
En su obra «El Profeta», el escritor libanés Khalil Gibrán, pone en boca del personaje Al Mustafá (el profeta) el siguiente texto:
«Y un poeta dijo, «Háblenos de la Belleza».
¿Dónde buscarás la belleza, y cómo la hallarás a menos que ella misma sea tu vía y tu guía?
Y, ¿cómo hablarás de ella a menos que ella sea la tejedora de tu habla?
Los apenados y los heridos dicen, «La belleza es simpática y cariñosa.
Como una joven madre medio-tímida de su propia gloria ella anda entre nosotros».
Y los apasionados dicen, «No, la belleza es cosa de fuerza y temor.
Como la tempestad ella sacude la tierra debejo de nosotros y el cielo encima».
Los cansados y los rendidos dicen, «La belleza es de sussuros bajos. Ella habla en nuestro espíritu.
Su voz abre paso a nuestros silencios como la luz débil que tembla de miedo de la sombra».
Pero los inquietos dicen, «La hemos oído gritar entre las montañas,
Y con sus gritas vino el sonido de cascos, y de alas y de rugidos de leones».
En la noche los vigilantes dicen, «La belleza subirá con el almancer desde el este.»
Y en el mediodía los trabajadores y los caminantes dicen, «La hemos visto doblada encima de la tierra desde las ventanas de la puesta del Sol».
En el invierno dicen los atados por la nieve, «Ella vendrá con la primavera saltando por las colinas».
Y en el calor del verano los cosechadores dicen, «La hemos visto bailando con las hojas del otoño, y le vimos un cúmulo de nieve en el pelo».
Todas de estas cosas Uds. han dicho de la belleza.
Pero de verdad hablaron no de ella sino de necesidades satisfechas,
Y la belleza no es una necesidad sino un éxtasis.
No es una boca con sed ni una mano vacía extendida,
Sino un corazón en fuego y un alma encantado.
No es el imagen que verían ni la canción que oirían,
Sino un imagen que ven aunque se cierran los ojos y una canción que oyen aunque se cierran el oído.
No es la savia dentro de la corteza cavado, ni una ala sujetada a una garra,
Sino un jardín siempre en flor y una bandada de ángeles siempre en vuelo.
Gente de Orphalese, la belleza es la vida cuando la vida revela su cara sagrada.
Pero Uds. son la vida y Uds. son el velo.
La belleza es la eternidad mirándose en el espejo.
Pero Uds. son la eternidad y Uds. son el espejo»
Y puedo seguir escribiendo y citando sobre «la Belleza», y sin duda llegaría donde comencé: «la belleza salvará al mundo«.
Que El Altísimo nos de luz suficiente, para no dejar nunca de ser niños de corazón, y podamos distinguir belleza en lo que nos rodea, y ser parte de la energía que salvará al planeta.
Enmanuel Camejo Zavala
2 Comentarios
Ambar Berg
La belleza necesita luz. En la oscuridad no hay belleza. El mundo necesita luz (belleza)
Maria
La belleza de la simplicidad