Sobre Agujeros negros. (Tweet de Natalia Vartán, https://nataliavartan.wordpress.com)

Una de las cosas sobre astronomía que más me llamó la atención en su momento fue saber que los agujeros negros no son agujeros, sino un objeto esférico. Pero más aún que eso, que no es algo sólido, palpable, sino vacío. Es una región del espacio donde la gravedad es descomunal.

Una región esférica, una parte del espacio donde se puede entrar, pero no salir. Reduciendo al absurdo, es algo así como si fueras caminando por la calle y, en un momento dado, a partir de cierto punto, sólo puedieras avanzar, pero ya no retroceder.

Antes de llegar a ese punto (si tienes la fuerza y velocidad suficiente) sí puedes hacerlo, pero traspasado este, ya no. A ese punto se le llama horizonte de sucesos. Y no es un punto, claro, sino muchos de ellos. Es un límite con forma de esfera. No es algo que se pueda tocar.

Es espacio «vacío». Después de ese límite, no se puede retroceder. Antes, sí. Y se le llama negro porque ni siquiera la luz puede hacerlo. Para entender esto, yo recurro al concepto de velocidad de escape. Para salir de la Tierra (para superar su tirón gravitatorio), es necesario alcanzar la velocidad de 11,2 km/segundo. A menor velocidad, volverías a caer. La de Marte es poco más de 5 km/seg. La del Sol, casi 618 km/seg. Y la de un agujero negro, más de 300.000 km/seg, la velocidad de la luz. Por eso, ni siquiera la luz puede salir de él.

Pero de donde no puede salir no es de una superficie, sino de un área del espacio. De una zona, de una región. No puede volver atrás, no puede desandar el camino. Y como la luz no puede salir de ese área, nadie sabe qué hay en ella porque no se puede ver su interior.

Hay teorías, hipótesis, suposiciones y muchísimas elucubraciones, pero nadie (NADIE) sabe qué hay dentro. Se supone que en el centro de esa región esférica hay un punto extremadamente pequeño, masivo y denso (generador de la gravedad) al que llamamos singularidad.

Pero, tal y como le he leído varias veces a alguien que sabe de esto muchísimo más que yo, el concepto «singularidad» es una forma elegante de decir que no se tiene ni puta idea de qué es. Es lo que se deduce matemáticamente de la relatividad de Einstein, pero no se sabe qué es.

Así que cuando veáis- oigáis- leáis a alguien decir categóricamente qué hay dentro de un agujero negro, desconfiad. Nadie lo sabe. Hay hipótesis muy chulas e interesantes. Algunas muy bien planteadas y con bases científicas muy sólidas, pero, al final, nadie es capaz de dar una repuesta categórica porque nadie lo sabe (ni lo puede saber). Puede que algún día, ¿quién sabe?, se descubra la manera de conocer sobre esto. Pero, a día de hoy, nada de nada. Y eso es algo que hace que la fascinación por ellos sea casi tan descomunal como su gravedad.