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Cuentos y fantasías. Por Marcelo Jesús Moreno Mendoza

«Te contaré una pequeña historia»

Cuentos y fantasías

  • Te contaré una pequeña historia, sé que te gustan mucho los cuentos de princesas, antes de irte a dormir, pero, esta vez, te contaré la historia de un príncipe, esta misma historia me la contaba mi madre muchas veces antes de irme a la cama, y terminó siendo mi favorita. – dice la madre antes de comenzar la historia.


“Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano, nació un pequeño niño dentro de la familia real, era el segundo y último hijo de los reyes más poderosos de esa región. El pequeño niño era muy querido por todo el pueblo, excepto por su hermano mayor, tenía mucha envidia de él, porque ya no era el heredero de todo el reino, y por lo tanto, sería olvidado por completo, o al menos ese era su pensamiento.


Poco después de nacer el niño, su padre tuve que irse a combatir lejos, a otras tierras, para así defender su territorio, y el de sus aliados, de varios contrincantes que se unieron para derrocarlos uno por uno. Los años pasaron, y ambos niños habían quedado a cargo de su madre, ya que las batallas en las que combatía el rey, se hacían cada vez más largas. Cierto día, cuando el hijo mayor estaba en condiciones de combatir, el rey mandó una carta, pidiéndole que se uniera a él, en el frente de batalla, y así hizo, sin pensarlo dos veces, el príncipe mayor, se fue a apoyar a su padre en esas lejanas tierras, dejando a su madre y a su pequeño hermano.


Los años pasaron, y el pequeño príncipe, decidió abandonar también el castillo, para embarcarse en pequeñas luchas, para forjar así su propio carácter, pero en ningún momento perdió la comunicación con su madre, a diferencia del rey y de su hermano mayor. En una de las batallas del príncipe menor, recibe una visita inesperada, era su madre quien había ido acompañada de su hijo mayor, por lo que fue una gran sorpresa para él, puesto que creía que no volvería a saber más de su hermano. El tiempo corría, y el menor de los príncipes, recibió otra visita inesperada, en esta ocasión, era el rey, quien lo estaba visitando, le instó a seguir luchando, y le comentó lo orgulloso que se sentía de él, pero que esperaba que pronto se uniera también al frente de batalla en el que se encontraba.
El pequeño príncipe, venció a todos sus enemigos, e instauró la paz en el reino. En su travesía, pensó y reflexionó muchas cosas, los años habían pasado y se había hecho todo un hombre, hombre que por cosas del destino, se convirtió en el heredero total del reino, ya que el hijo primogénito, había decidido construir su propio reino en otras tierras.


Un día, paseando por los jardines reales, recordaba las historias que le contaba su madre, cuando estaba muy pequeño. Esas historias, rezaban que cuando naciera el segundo hijo de un rey, también nacería una doncella destinada para él. Mientras recordaba esas historias, él se limitaba a reír para sí mismo, sin dejar de caminar por los jardines.

«Los años pasaron, y el pequeño príncipe, decidió abandonar también el castillo»


Aún no había terminado de dar su acostumbrado paseo, cuando uno de los sirvientes lo buscó porque su madre lo había mandado a llamar, resultó que habían recibido un telegrama, el rey había muerto en una batalla, por lo que él debería asumir el trono con prontitud, pero, según las reglas, esto no sería posible hasta que él no haya formado una familia, por lo que su madre le encargó que debía buscar a esa doncella nacida para él, según la profecía… Y hoy en día, todavía se cuenta que el príncipe aún vaga por el reino, buscando su doncella, para enamorarla de la manera en que dicta dicha profecía.”

  • Es un cuento muy bonito, pero su final no lo es tanto, ese cuento debería tener un final feliz. – comenta la niña mientras la mamá la terminaba de arropar y le daba un beso en la frente. El padre las estaba escuchando desde la puerta.
  • Pues, a mí me contaron que el príncipe sí consiguió a su doncella, que volvió al castillo y le pidió a su madre para que el príncipe mayor, fuera también el que dominara ese reino, y él se iría a vivir con su doncella, por quien decidió desprenderse de todos esos lujos, por amor a ella. – le responde el padre mientras se acercaba a su esposa por detrás y la abrazaba tiernamente.
  • ¿De verdad? – pregunta la niña emocionada.
  • La historia termina diciendo que ambos enamorados vivieron felices por siempre, junto a su pequeña hija. – le responde el padre, quien ahora se acercaba a su hija para darle un beso en la frente como lo había hecho su esposa anteriormente.
  • Ese sí es un muy bonito final. – agrega la esposa. Ambos padres le desearon las buenas noches a su hija mientras apagaban las luces de la habitación.

Marcelo Jesús Moreno Mendoza

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