OJOS DE TURMALINA. Por Julyrma Jiménez
OJOS DE TURMALINA
Sus ojos tenían particulares tonos verdosos, constantes cambios de color e intensidad y un brillo vítreo… Seguramente a causa de ello fue que el tío Arturo, amante de la geología, cuando vino a conocer a Juan Carlos, le llamó Ojos de turmalina.
Decían que mirar los ojos de Ojos de turmalina producía un efecto calmante y somnífero en quien los miraba, lo cual resultaba una buena alternativa para los insomnes del pueblo.
Juan Carlos creció en un hogar lleno de valores y principios cristianos al lado de su amorosa abuela materna, ya alcanzaba los veintiún años cuando confesó su amor a Malvarrosa, la hija de don Eufrasio, el barbero.
Malvarrosa heredó la belleza de la mujer indígena, tenía cabellos de azabache, contaba los veinticinco años y era conocida por humillar a sus pretendientes, por lo que todos se asombraron cuando le dió una oportunidad a Ojos de turmalina a quien prometió su amor a cambio de la luna llena.
Faltaban cuatro días para la luna llena cuando Juan Carlos desapareció del pueblo… Cinco días después, pasadas las diez de la noche, llegó Ojos de turmalina a la casa de Malvarrosa… El cayó de rodillas frente a su puerta…
Solo permanece el recuerdo de aquellos ojos de luna…
Julyrma Jiménez
6 Comentarios
Angel Martínez González
Hermoso!
Julyrma
Muchas gracias, Dr!
Pablo Briceño
Excelente amiga, los ojos son la luz de la vida, para iluminar tus hermosos pensamientos que permiten crear obras, que se puedan ver más halla de los ojos.
Julyrma
Muchas gracias! Ciertamente, va más allá de aquellos ojos de luna!
Belkys Rivera Africano
Yuli…que belleza….dicen que los ojos son el reflejo del alma….Los de Juan Carlos eran de amor…..
Julyrma
De hecho, Juan Carlos existió y presencié su historia de amor, solo que la recreé…