TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD. La naturaleza a disposición del hombre. Por Osiris R. Betancourt Bruges.
(Dedicado a Alessandra Lucía: por esos ojitos que nunca vi, y por la ciencia que nada pudo).
La tecnología tiene su campo de acción en la sociedad. A pesar que en nuestro subconscientemente la relacionamos con un laboratorio o una fábrica sofisticada dotada de equipos y personal científico (y no le encontramos coincidencias con las actividades rutinarias de las personas) la tecnología actúa sobre la dimensión social del mundo. Allí apuntan sus metas y la justificación de su existencia.
“Durante más de un siglo, la ciencia y su – en ocasiones malvada- hermana, la tecnología, han s ido las principales fuerzas impulsoras que dan forma al mundo. Ambas determinan los diferentes tipos de futuro posibles. Pero la sabiduría humana debe determinar cuáles de ellos son deseables”.
Sir Arthur C. Clarke.
Los logros alcanzados por la tecnología han cambiado radicalmente el mundo y sus relaciones. Los grupos humanos primitivos, que por razones de su cultura e idiosincrasia no evolucionan (o que evolucionan muy lentamente, pero a su ritmo propio) sufren transformaciones radicales al ponerse en contacto con una tecnología de punta. La tercera ley de Artur Clarke dice: “Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. Y esta magia, cual instrumento propio de los dioses, utilizada por humanos es una herramienta de explotación y sumisión, capaz de destruir culturas completas, dejando rastros de ella solo en la apariencia de las personas y en su carga genética.
TÉCNICA, FILOSOFÍA, ARTE, CIENCIA Y TECNOLOGÍA.
La tecnología no es un ente independiente y autónomo. Se nutre de aspectos tan antagónicos como el arte, la técnica, la filosofía y la ciencia; y a la vez ella (la tecnología) los nutre a ellos.
La civilización ha basado su desarrollo en habilidades y conocimientos. Tal vez la filosofía y las artes en conjunto con las técnicas impulsaron la evolución de la civilización, y montadas sobre ellas arrancó la carrera tecnológica, para que luego se iniciara – después de superado el oscurantismo- la carrera científica. Para hablar de tecnología es necesario entender sus orígenes, que se encuentran precisamente en estas actividades esenciales de la vida humana como lo son el arte, la filosofía, la técnica y la ciencia.
Este enramado de términos, disimiles por un lado (filosofía, arte y ciencia) y semejantes por otro (técnica y tecnología), no son fáciles de diferenciar y entender. Se requiere explicarlos dentro de su propio contexto para implicar el concepto de tecnología.
FILOSOFÍA.
Su objetivo es descifrar la realidad inmediata, dentro del ámbito universal, para darle un sentido a la existencia; siendo la realidad inmediata aquella que está al alcance de todos, pero que no se percibe con los sentidos ni es definida por una experiencia, haciéndose intangible, y por tanto no es susceptible a ser manipulada. Por esta razón el único instrumento utilizado para hacer filosofía es el cerebro humano. La filosofía es la máxima expresión de raciocinio humano.
Al filosofar se cuestiona, se interpreta, se justifica, se fundamenta, se argumenta y se proyecta a la realidad así como al individuo mismo, conformando una búsqueda del saber por el saber. Filosofar es una búsqueda de conocimiento basado, casi exclusivamente, en el conocimiento particular que posee el filosofante.
Filosofar es buscar, pero no poseer la verdad y el conocimiento. La filosofía deja de ser tal cuando se convierte en leyes y ecuaciones, porque cuando un conocimiento se define con una fórmula nos hacemos, o creemos, dueños de él. Bien propuso Jaspers, en su libro “Introducción a la Filosofía”, que su esencia era la búsqueda y no la posesión del saber.
ARTE.
La palabra arte deriva del termino latino “ars” que denota cualquier actividad humana, ya sea intelectual o de producción.
El significado de este término ha variado a través de los años, pero siempre rondando alrededor de lo que representa la belleza en las creaciones humanas.
El arte es un modo de expresión humano. Es una manera de conseguir placer y de engrandecer la condición y la capacidad humana a través de la representación de la realidad, entendida por medio del intelecto: utilizando la belleza e imitando esa realidad.
Cuando una habilidad se ejecuta de una manera que sobrepase el objetivo deseado, agregando elementos como la belleza y la sutileza en la ejecución, también se califica como arte. Así, a un futbolista se le puede catalogar de artistas porque además de conseguir el gol, lo hace derrochando destreza y fantasía. De igual manera puede calificarse de artista a un albañil o a un cocinero al evaluar su trabajo final.
Curiosamente, la traducción al griego del término latino “ars” es la palabra “τέχνη”, de donde se deriva el término “técnica”.
LA TÉCNICA.
Se define por técnica el conjunto de habilidades físicas e intelectuales aplicadas dentro de un procedimiento, con objeto de conseguir un resultado determinado. La técnica es independiente del ámbito donde se aplique. Se observan técnicas por igual en la preparación de alimentos, en el arte, en los deportes u otras actividades.
La técnica no es una habilidad exclusiva de los humanos, los animales desarrollan técnicas de cacería individual o en grupo; insectos, como hormigas y abejas, construyen sus nidos y hogares atendiendo a una técnica.
La herramienta no es imprescindible para la ejecución de la técnica. Su uso depende del medio donde de ejecute su aplicación.
CIENCIA.
El término Ciencia viene del latín “scientĭa” que significa saber.
Ciencia es la combinación formada por un conjunto de conocimientos y el proceso mediante el cual se obtienen dichos conocimiento. El proceso en cuestión consiste en un método que estructura el razonamiento y la observación, que organiza la información y la experiencia obtenida por los sentidos, estableciendo de esta manera verdades universales (un conjunto de conocimientos).
El objetivo de la ciencia es crear consenso universal sobre los conocimientos que obtiene. Luego es fundamental que la manera con que se obtengan estos conocimientos sea lo mas fiable posible. Este alcance de la ciencia se consolidó y logró gracias al método científico.
EL CONCEPTO DE TECNOLOGÍA.
Tecnología viene del griego y se forma de la conjunción de dos palabras: “téchnē” (τέχνη) se traduce como técnica, oficio o arte, y por “logía” (λογία) que traduce tratado o el estudio de algo.
Es la conjunción de conocimientos, empíricos o científicos, habilidades técnicas y procesos que, utilizados a la vez, permiten construir objetos, máquinas y soluciones que se adaptan al entorno y satisfacen necesidades humanas.
La tecnología es una consecuencia de las acciones e ideas desarrolladas por el humano, para satisfacer sus necesidades y mejorar su calidad de vida. Estas acciones e ideas se convierten en artefactos, en procedimientos o en máquinas que nos ayudan a llevar la vida más cómoda y fácil.
En la tecnología siempre esta presenta la herramienta, que viene a ser ese elemento extrahumano, superior a nuestras posibilidades inmediatas, que le agrega el intelecto a cualquier actividad y que permite conseguir mucho más de lo que podemos alcanzar con nuestra fuerza o capacidad mental por sí misma. Con el desarrollo tecnológico han aparecido herramientas netamente intelectuales (como los procedimientos psicológicos) difíciles de comprender a simple vista.
CIENCIA FRENTE A LA TECNOLOGÍA.
Por intuición le atribuimos a la ciencia todos los objetos y maravillas artificiales que adornan a la civilización. A ella le atribuimos los equipos sofisticados que habitan los espacios donde se hace ciencia, como los instrumentos que se observan en los laboratorios, como las maquinas que exploran el cuerpo humano en las intervenciones quirúrgicas, entre muchos otros.
También le atribuimos a la ciencia todas las mejoras en nuestra calidad de vida que son consecuencia del uso de objetos artificiales.
Sin embargo la ciencia, en su concepto más puro, no se preocupa por inventar. Su razón de ser es entender la realidad, predecirla y exponer de manera sistemática los conocimientos obtenidos permitiendo con ello ahondar en esa realidad que ya ha explicado. La ciencia genera primero hipótesis, luego teorías y después leyes, las cuales se consideran “casi” irrefutables, porque siempre deja la puerta abierta para que se corroboren y se modifiquen (en caso que se descubra que la ley indagada no sea tal). Esta capacidad de cambio hace de la ciencia un elemento cultural imprescindible en el mundo actual que crece, que se mejora y evoluciona permanentemente.
La tecnología, en cambio, es la máxima expresión de la inventiva humana. Ella responde a las necesidades inmediatas de la sociedad y, en la medida de su desarrollo y crecimiento, aborda problemáticas más sofisticadas y alejadas de las necesidades humanas; incluso llega hasta atentar intencionalmente contra la vida humana. Pero originalmente siempre apunta a resolver problemas inmediatos y evidentes, mas que a entender un fenómeno o agredir a la sociedad.
Tecnología y humanidad son los dos pilares de la civilización. Sobre estos dos se soporta todo lo que conocemos por tal. Sin la existencia de uno de ellos no existiría la civilización, por lo menos como la conocemos hasta hoy. La humanidad ha vivido la mayor parte de su existencia sin la ciencia, mientras que la tecnología surgió con la primera piedra usada como trituradora o el primer palo que tumbó una fruta.
Los instrumentos de laboratorio, esas maravillas artificiales que permiten hacer ciencia, son mas atribuibles a la tecnología que a la ciencia misma (valga la redundancia). Y es que entre la ciencia y la tecnología existe una relación bidireccional, indetectable, que solapa la función de una sobre la otra. Desde los inicios de la ciencia comenzó esta asociación conveniente con la tecnología, puesto que la ciencia requiere de artefactos y conocimientos (desarrollados por la tecnología) para realizar sus investigaciones, y la tecnología requiere de conocimientos (conseguidos a través de la ciencia) para crear estos artefactos. La tecnología en varios aspectos ha desarrollado primero conocimientos que luego alcanzan fundamentación científica.
PAPEL DE LA TECNOLOGÍA EN LA SOCIEDAD.
Las sociedades se han conformado con ayuda de la capacidad de vencer obstáculos que ha desarrollado la inteligencia humana. Cada situación u obstáculo superado con el raciocinio es una manifestación tecnológica que aporta o aportó elementos fundamentales para la definición de la sociedad. Como se dijo antes, la sociedad es, de alguna manera, consecuencia de la tecnología. Cuando el humano se expresa con la tecnología muestra uno de los elementos que lo hace diferente del resto de los seres vivos; porque la tecnología define al humano ante el animal, entonces tecnología y humanidad es lo mismo.
La tecnología – en la medida que ha logrado alterar el medio ambiente a favor de hacerle la vida más cómoda al humano- se ha convertido en el volante del futuro de la humanidad (en conjunto con la ciencia). Ha tomado vida propia, con el soplo que le dio la industria y el comercio, y en su espacio habitan el destino y el futuro con las propuestas de desarrollos, que se dejan ver cada vez que se crea algo nuevo. Es normal ver modificado el posible futuro con la aparición de una nueva invención tecnológica: del caballo al avión, de la carta al teléfono, del papel a la memoria electrónica y algún otro invento innovador que, cuando apareció, proyectó un futuro diferente al que se esperaba en su momento; siendo notorio además que se generan infraestructuras para su fabricación y consecuentemente ganancias a quienes se le adueñan.
El cuadrado “tecnología – industria – comercio – ciencia” ha alterado el papel original de la tecnología en la sociedad: de ser una herramienta para el bienestar se ha convertido en un modificador del medio ambiente y en un depredador de recursos naturales, los cuales consume para satisfacer los caprichos de una sociedad ostentosa y consumista, que mide el éxito personal en función de la cantidad de bienes innecesarios que se posea. La tecnología dejó de ser valorada por la mejora que le hiciera a la calidad de vida para convertirse en un productor de riquezas. Además también se ha convertido en fuente y símbolo de poder. Este doble perfil también se observa en su efecto social: una máquina industrial puede producir tanto o más que varias personas, un vehículo puede trasladar muy lejos y más rápido a quien lo use….una sola máquina puede dejar sin empleo a muchas personas, un vehículo puede atropellar y matar gente.
La industrialización y el desarrollo de las ciencias modificaron radicalmente la posición de la tecnología en la sociedad. Por muchos siglos la tecnología estuvo al alcance de todos. El uso y creación de la tecnología era un hecho cotidiano y de manejo casi universal. La tecnología formaba parte de las actividades del día a día. El hombre primitivo cazaba con la tecnología de arcos y flechas o lanzas, por ejemplo. El agua se extraía de pozos con poleas y baldes; los martillos, el clavo y muchos otros elementos culturales y tecnológicos formaban parte de la cotidianidad. La formación y educación de los miembros de las comunidades progresistas estaba orientada al desarrollo y manejo de la tecnología, a fin de mejorar las condiciones de vida de su grupo. Así, un miembro activo de una comunidad progresista era una especie de artesano – tecnólogo, que manejaba todo el conocimiento en poder de su grupo (hoy existen conocidos como tecnólogos populares, que son individuos sin formación académica suficiente, pero capaces de aportar desarrollos y soluciones tecnológicas a problemas y necesidades comunitarias) y además de usarlo, intentaba mejorarlo cada vez más.
Con el desarrollo de los sistemas educativos y de la tecnología misma, unido a la aparición formal de la ciencia, la tecnología se hizo más sofisticada y menos inmediata, convirtiéndose en una especie de caja negra. Los artefactos tecnológicos empezaron a parecerse a instrumentos mágicos, de los que no se sabía como funcionaban. Esta propiedad de no poder entender bien el funcionamiento de algunas invenciones le abrió espacio al comercio y a la apropiación de los conocimientos tecnológicos para lucrarlos; entonces la tecnología pasó a ser un bien de consumo antes que una herramienta para el bienestar. Por otra parte, el desarrollo de tecnologías efectivas para hacer la guerra le dio un interés político diferente al que antes tenía.
POLITICA Y TECNOLOGÍA.
La injerencia de la tecnología en la política siempre ha existido; en el pasado se hacia menos evidente porque las decisiones de los grupos humanos dependían mas de las condiciones existentes para llevar la vida que de sus capacidades para modificar estas condiciones, o, dependían de algún otro factor como las ubicaciones geográficas, por ejemplo; pero con la mejora de las condiciones de vida, producto del efecto tecnológico, esta ha pasado a formar parte de las acciones y posiciones políticas de las sociedades, puesto que ella es determinante en la relación del humano con el medio ambiente, a tal punto, que la tecnología modifica el ambiente intensamente, rompiendo la armonía que existía en las sociedades tradicionales: entre el individuo, el ambiente y la sociedad.
Por otra parte la tecnología se retroalimenta con sus propias innovaciones. Esto se observa en el veloz progreso tecnológico que ocurre en las sociedades desarrolladas, en comparación con los países subdesarrollados. Además, esta situación promueve la dependencia entre países en muchos aspectos: en la economía, en la educación, en la defensa, entre otros. La capacidad productiva se dispara a niveles inimaginables cada vez que se aplican tecnologías nuevas, haciendo crecer las economías locales y nacionales, acrecentando esta brecha entre los países. Su efecto llega al punto que de ella dependen las estrategias de los Estados destinadas a atender la economía, el bienestar de sus ciudadanos y su posición ante el resto del mundo.
La sociedad tradicional se soportaba en lo que se sabía, en sus conocimientos ancestrales, y desde allí observaba el presente sustentando su futuro, cuidando la tradición y proponiendo -con timidez- cambios tenues, casi imperceptibles. La sociedad actual (influenciada por el desarrollo tecnológico de los últimos años) se orienta hacia el futuro, hacia la mejora continua de lo ya creado; considera el presente el objetivo de sus cambios y tiene por desechable todo cuanto ella misma ha creado o ya existe, sea de carácter tecnológico o no. En esta idea radica el interés político de la tecnología: en la inferencia con que puede reconstruir la realidad y en el dibujo que puede hacerle al futuro con sus armas de guerra, con sus experimentos genéticos, con sus inventos útiles y con el “sin fin” de peroles y juguetes innecesarios que sirven para que algunos puedan comercializar y hacerse de los dineros, producto del trabajo ajeno.
LA TECNOLOGÍA IDEAL.
Los tecnólogos –brazo armado de los científicos– deben observar con más interés el contexto social, apuntando su creatividad hacia él y su calidad de vida. Una mente capaz de convertir ideas fantasiosas en realidades tangibles, debería adaptarse para ser utilizada en la formulación de políticas de índole social, que definan el futuro inmediato del bienestar general del ámbito en el cual actúan; y dentro de ese ejercicio -de proyectar el bienestar- crear objetos, desarrollar inventos al servicio de sus proyecciones. Así como los políticos deben hacer de la tecnología su herramienta principal para el desarrollo de la civilización; hacerla el instrumento capaz de cambiar a la sociedad a favor del ser humano y de su espíritu, permitiéndole ver en el futuro el lugar ideal para existir, y no utilizarla como el arma de guerra o comercial para someter a los demás.
Osiris R. Betancourt Bruges
Punto Fijo, 20 de Abril de 2010.
2 Comentarios
Miguel Alberto Zurita Sánchez
«No sé cómo será la tercera guerra mundial, sólo sé que la cuarta será con piedras y lanzas» – Albert Einstein.
Desgraciadamente, para los seres humanos y para los no tanto, la expresión “Ideal”, sólo se da en laboratorios y, aun así, a veces deja de ser “ideal”, para convertirse en fatal.
Mientras la tecnología tenga dueños y haya seres, que pagan a otros para que la generen, jamás será posible ni se cumplirá el deber ser, que arropa lo ideal.
Mientras haya el interés, por mantener el control, con el pretexto de lograr el equilibrio, lo ideal no contará.
“Las peleas de perros, por lo general, es por cuestiones de una perra en celo y normalmente, pelean dos, mientras los demás siguen oliendo y, uno de esos, a veces, termina enganchao con la perra, mientras los otros que peleaban, siguen peleando o se resignan”. ¿Cuál de los perros se encarga de mantener el equilibrio?
¡El maestro Einstein, una vez más tiene razón!
Torcuato da Luca Tena
El hombre y su creación. ¿Auge o caída?
Buen artículo