Reflexión de lunes. Por Enmanuel
Este lunes (con sabor a miércoles), es tan parecido al domingo que pasó, que apenas si se diferencia de un martes o un jueves, y se suma a la larga cadena de viernes y sábados sin sentido.
El «¡mundo cambió!», vociferan los políticos desde sus bunkers televisados, «¡de la sociedad que conocimos quedará tan solo su recuerdo… ya nada será igual!», remedan sus acólitos desde los palcos de la reverencia y la adulación.
El miedo vació la iglesias (antiguos templos de lo posible). Pastores, obispos y gurús, invocan al «Mesías de la vacuna» y al «Ángel del tapabocas».
Milenios de religión y milagros derrumbados por el miedo a la muerte… por el despropósito coyuntural del alma.
Es cierto que «al señor tu Dios no deberás tentar», pero en la cúspide de las certezas está: «Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?»; «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos».
En hombres de poca fé y discípulos del miedo nos hemos convertido. Parecemos aterrorizadas ovejas que han perdido su redil.
Padre Altísimo, impoluto y sempiterno, concédenos la gracia del valor en el amor. Permite que entendamos en el alma, el auténtico valor de tu resurrección a través del hijo.
¡Que así sea!
Enmanuel