Un año extra para arrepentirse. Por Enmanuel
“Que vivas más de cien años con un año extra para arrepentirte. Que el Señor te guarde en su mano, y no apriete mucho su puño». (Antiguo proverbio Celta)
Aquel hombre recién cumplía cien años y en su memoria, la carcoma había corroido una buena parte de su alegría.
Diez decadas que se hicieron un ovillo en la novena. Sin principio ni fin, sin recuerdos claros, sin nombres estelares. Un ovillo de un solo color que resumía, en tonos claroscuros, toda su particular existencia.
Se levantó apresurado del banco de la plaza donde fué a reposar la cena, y como si de repente el final del libreto lo hubiesen adelantado y obedeciera a una improvisada pluma, sintió un fuerte dolor, una extraña sensación de peso y ardor repentino en su pecho, un relampago quemante atravezó su brazo y mandíbula; la avena de las siete le resultó de pronto indigesta; le faltó el aire y un cansancio final le llenó el cuerpo de frío…
Aquel hombre, no tuvo un año extra para arrepentirse.
Enmanuel