A 100 años del nacimiento de Mario Benedetti. Por Enmanuel Camejo
De mirada franca, expresión bondadosa, armado siempre con su «Corazón Coraza», promotor de hombres y pueblos justos, izquierdista de los que llevaban la contraria al odio, la guerra, la corrupción… así fue Mario Benedetti.
Mario Benedetti nació en Paso de los Toros (Tacuarembó, Uruguay) el 14 de septiembre de 1920, hijo de Brenno Benedetti y Matilde Farrugia, quienes, siguiendo sus costumbres italianas, lo bautizaron con cinco nombres familiares como Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia.
En el año de 1945, publica su primer libro de poemas, La víspera indeleble y un año después, el 23 de marzo de 1946, contrae matrimonio con Luz López Alegre, su gran amor y compañera de vida, a la que conocía desde que eran niños. Un año más tarde el matrimonio recorre parte de Europa con los padres de Luz, en un viaje que será el preludio del que harán en 1957, mucho más largo.
Desde 1945 hasta 1974, (con la clausura de la publicación), se integró en la redacción del semanario Marcha, un importante foro de reflexión y análisis clave en la cultura rioplatense, en el que se formaron hasta tres generaciones uruguayas de intelectuales (con Juan Carlos Onnetti, Eduardo Galeano, Emir Rodríguez Monegal, Ángel Rama, Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti o Idea Vilariño como nombres principales) de cuya sección literaria Benedetti sería director en 1954.
El 23 de marzo de 1946, contrae matrimonio con Luz López Alegre, su gran amor y compañera de vida, a la que conocía desde que eran niños.
En 1953 aparece Quién de nosotros, su primera novela, que, aunque bien recibida por la crítica, pasará casi desapercibida entre el público y tendrá que esperar al tirón del volumen de cuentos Montevideanos (1959) -en los que toman forma las principales características de la narrativa de Benedetti- y especialmente al de su siguiente novela, La tregua (1960), para ser leída con atención. Fue esa última obra, La tregua, la que supuso la consagración definitiva del escritor y el inicio de su proyección internacional (la novela tuvo más de un centenar de ediciones, fue traducida a diecinueve idiomas y llevada al cine, el teatro, la radio y la televisión), que corren paralelas a la creciente relevancia de Benedetti como poeta desde el rotundo éxito que disfrutaron sus Poemas de la oficina (1956).
El año 1960 es significativo para la trayectoria personal y política del autor. Ha vivido cinco meses en Estados Unidos (que, dijo, se le «atragantó» por múltiples motivos: el materialismo, el racismo, la desigualdad), se adscribe abiertamente al grupo de intelectuales afines a la Revolución Cubana («un sacudón que nos cambió todos los esquemas, que transformó en verosímil lo que hasta entonces había sido fantástico, e. hizo que los intelectuales buscaran y encontraran, dentro de su propia área vital, motivaciones, temas y hasta razones para la militancia») y a raíz de todo esto escribe su primer texto explícitamente comprometido, El país de la cola de paja (1960).
Desde ese año vivirá unos tiempos de intensa actividad intelectual (trabaja como crítico y codirector la página literaria del diario La mañana, colabora como humorista en la revista Peloduro, escribe en La Tribuna Popular, viaja a México para participar en el II Congreso Latinoamericano de Escritores, es Miembro del Consejo de Dirección de Casa de las Américas de La Habana y funda y dirige allí el Centro de Investigaciones Literarias hasta 1971), literaria (Gracias por el fuego, 1965, El cumpleaños de Juan Ángel, 1971, Letras de emergencia, 1973, La casa y el ladrillo, 1977, Cotidianas, 1979) y también militante: lidera el Movimiento de los Independientes del 26 de Marzo que luego integrará el Frente Amplio (alternativa a los dos clásicos partidos: el Blanco y el Colorado). Tras el Golpe de Estado del 27 de junio de 1973 renuncia a su cargo en la universidad y, por sus posiciones políticas, debe abandonar Uruguay, partiendo a un largo exilio de casi doce años que lo llevó a residir en Argentina, Perú, Cuba y España, y que dio lugar también a ese proceso bautizado por él como desexilio: una experiencia con huellas tan profundas en lo vital como en lo literario.
Alejado de su patria y de su esposa, quien tuvo que permanecer en Uruguay cuidando de las madres de ambos, Benedetti regresa a su país en marzo de 1983, se integra como Miembro del Consejo Editor en la nueva revista Brecha, que dará continuidad al proyecto interrumpido de Marcha, y sigue escribiendo, engrosando una ya extensa trayectoria poética (Recuerdos olvidados, 1988, Viento del exilio, 1981 Primavera con una esquina rota, 1982, Las soledades de Babel, 1991, Preguntas al azar, 1986, El mundo que respiro, 2001, Insomnios y duermevelas, 2002, El porvenir de mi pasado, 2003, Existir todavía, 2004, Adioses y bienvenidas, 2005, Testigo de uno mismo, 2008), narrativa (Geografías, 1984, La borra del café, 1992, Andamios, 1996), y ensayística (Perplejidades de fin de siglo, 1993) que disfruta de un reconocimiento internacional merecedor de innumerables premios y galardones.
El autor repartirá su tiempo entre sus residencias de Uruguay y España hasta que tras el fallecimiento de su esposa en 2006 se traslade definitivamente a su residencia en el barrio Centro de Montevideo, Uruguay. Con motivo de su traslado, Benedetti donó parte de su biblioteca personal en Madrid al Centro de Estudios Iberoamericanos de la Universidad de Alicante que lleva su nombre.
En los últimos años la salud del escritor se resiente y es hospitalizado a menudo hasta que el 17 de mayo de 2009 muere en su casa de Montevideo, a los 88 años de edad. El gobierno uruguayo decreta duelo nacional y dispone que su velatorio se realice con honores patrios en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. A los pies del ataúd se acumulan decenas de flores y bolígrafos que la gente deposita como último tributo al escritor. Al día siguiente el féretro es trasladado desde el Congreso hasta el Cementerio Central, donde se le rinde homenaje, en cortejo por las calles de Montevideo acompañado por miles de personas. Desde el 19 de mayo el cuerpo del poeta descansa junto al de su esposa Luz en el cementerio del Buceo de Montevideo.
(Fuente: Biblioteca virtual Miguel de Cervantes)
Hoy lo recordamos en Al Margen del Tiempo a 100 años de su nacimiento.
Enmanuel Camejo
Un comentario
Maria
Honor a quien honor merece