¡Jugando con los títulos, también aprendemos!. Por Miguel Alberto Zurita Sánchez
Desde cuando era un muchacho, ni redondo ni cuadrado, y perdonen el tiempo, me ha gustado construir con los títulos escritos en los índices de los libros, en las carátulas de los discos, etc, algo parecido a lo que, después de muchos años aprendí, de la existencia de un juego inventado por los franceses surrealistas en los años 20, conocido como Cadaver Exquisito, el cual a su vez, surgió de la base de un antiguo juego de mesa llamado “consecuencias”, en él, los participantes debían escribir sobre un papel, que se doblaba para ocultar lo escrito, luego otro jugador pasaba a escribir y así sucesivamente. Luego esta base del juego pasó a tener connotaciones ligadas a lo artístico e hizo su paso también por las artes gráficas, pero lo cierto es que alrededor del juego había toda una serie de principios que debían ser cumplidos: el arte debía ser automático y colectivo.
No pretendo ni quiero decir, que fui un cocreador del juego, pero si quiero resaltar que desde muchacho, jugaba a algo parecido a ese juego, salvando las distancias, tiempo, espacio y desarrollo.
Aprovechando la oportunidad, traigo un ejemplo de ese juego; con los siguientes títulos de historietas, historias, cuentos, fábulas, ensayos, poemas, poesías, etc.
Títulos:
Abriendo puertas sin miedo, las cosas no son exactamente como piensas, cuando la vida te sacude, encuentro, una bonita historia de amor.
Ahora les invito a leer el contenido de los textos, que contiene cada título
Abriendo puertas sin miedo
En una tierra en guerra, había un rey que causaba espanto a sus enemigos ya que a sus prisioneros, no los mataba, si no que los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado, y una inmensa puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre.
En esa sala, les hacía formar un círculo y les decía:
– Ustedes pueden elegir entre morir a flechazos por mis arqueros o pasar por aquella puerta. Detrás de esa puerta, YO LOS ESTARÉ ESPERANDO.
Todos elegían ser muertos por los arqueros.
Al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo había servido al rey, se dirigió al soberano y le dijo:
– Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?
– Dime, soldado.
– Señor, ¿qué hay detrás de esa puerta?
El rey contestó:
– Ve, y mira tú mismo.
El soldado abrió temerosamente la puerta, y a medida que lo hacía, rayos de sol entraron y la luz invadió el ambiente. Finalmente, sorprendido, descubrió que la puerta se abría sobre un camino que conducía. ¡a la LIBERTAD! El soldado, embelesado, miró a su Rey, quien le dijo:
– Yo les daba la oportunidad de hacer una ELECCION, ¡pero por temor preferían morir a arriesgarse a abrir esta puerta!
¿Cuántas puertas dejamos de abrir por miedo a arriesgar?
¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, sólo por sentir miedo de abrir la puerta de nuestros sueños?
Las cosas no son exactamente como piensas
Una muchacha estaba aguardando su vuelo en una sala de espera de una gran aeropuerto. Como debía esperar por muchas horas, decidió comprar un libro para matar el tiempo. También compro un paquete de galletas. Se sentó en un asiento en la sala VIP del aeropuerto para poder descansar y leer en paz. Al lado del asiento donde estaba la bolsa de galletas se sentó un hombre que abrió una revista y comenzó a leer. Cuando ella tomo la primera galleta, el hombre también tomo una. Ella se sintió indignada, pero no dijo nada. Apenas pensó: «pero, que descarado, si yo estuviese más dispuesta la daría un golpe en el ojo para que nunca más se le olvide».
Cada vez que ella tomaba una galleta, el hombre también tomaba una. Aquello la dejaba tan indignada que no conseguía reaccionar. Cuando quedaba apenas una galleta, pensó: «ah… que será lo que este abusador va a hacer ahora?». Entonces el hombre dividió la última galleta por la mitad, dejando la otra mitad para ella. Ah!! Aquello era demasiado! se puso a bufar de la rabia! Entonces cerró su libro y sus cosas y se dirigió al sitio de embarque. Cuando se sentó, confortablemente, en su asiento, ya en el interior del avión, miro dentro de la bolsa y para su sorpresa su paquete de galletas estaba allí… todavía intacto, cerradito!! Sintió tanta vergüenza. Solo entonces percibió lo equivocada que estaba, había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolsa!!
El hombre había compartido sus galletas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado, mientras ella quedo muy trastornada, pensando que estaba compartiendo las de ella con él. Y ya no había más tiempo para explicaciones… ni para pedir disculpas.
Cuantas veces, en nuestras vidas, estamos comiendo las galletas de los demás, y no somos conscientes de ellos?. Antes de llegar a una conclusión… observa mejor!! Tal vez las cosas no sean exactamente como piensas, no pienses lo que no sabes acerca de las personas…
Cuando la vida te sacude
Vas caminando con tu taza de café y de repente alguien pasa, te empuja y hace que se te derrame el café por todas partes.
– ¿Por qué se te derramó el café?
– Porque alguien me empujó
Respuesta equivocada:
Derramaste el café porque tenías café en la taza. Si hubiera sido té, hubieras derramado el té.
Lo que tengas en la taza, es lo que se va a derramar.
Por lo tanto, cuando la vida te sacude (qué seguro pasará) lo que sea que tengas dentro de ti, vas a derramar.
Puedes ir por la vida fingiendo que tu taza está llena de virtudes, pero cuando la vida te empuje vas a derramar lo que en realidad tengas en tu interior. Eventualmente sale la verdad a la luz.
Así que habrá que preguntarse a uno mismo. ¿Qué hay en mi taza?
Cuando la vida se ponga difícil, ¿qué voy a derramar?
¿Alegría, agradecimiento, paz, humildad?
¿O coraje, amargura, palabras o reacciones duras?
¡Tú eliges!
Ahora, trabaja en llenar tu taza con gratitud, perdón, alegría, palabras positivas y amables, generosidad y amor para los demás.
De lo que esté llena tu taza, tú eres el responsable.
Y mira que la vida sacude, sacude más veces de las que puedes imaginar.
Encuentro
Estabas en mí esperándote
cuando te conocí.
Estaba ansioso de mí mismo,
imperfecto, increado, en ti.
Autor: Jaime Torres Bodet.
Una bonita historia de amor
La historia cuenta que, hace mucho tiempo, un hombre regañó a su hija pequeña de 5 años por desperdiciar todo un rollo de papel de regalo para envolver una caja.
La niña, a pesar de la regañina, dejó la caja envuelta bajo el árbol de Navidad y a la mañana siguiente, cuando todos estaban abriendo los regalos, se la entregó a su padre diciéndole: «Esto es para ti, papi».
Él, sintió vergüenza de la reacción del día anterior y emocionado, abrió el regalo. Pero al ver que en el interior de la caja no había nada, le dijo en tono molesto a su hija: «Señorita, cuando se hace un regalo siempre tiene que haber algo dentro».
La pequeña, medio llorando le dijo: «Pero papi, no está vacía, la llené de besos para ti».
El padre, conmovido, abrazó a su hija y le pidió perdón.
Con el tiempo, la niña creció y se fue a vivir muy lejos. Su padre, cada vez que la echaba de menos, metía su mano en la caja y sacaba un beso imaginario. Así se llenaba de todo el amor que le regaló su hija.
Como se han dado cuenta, no sólo resulta interesante, divertido y hasta gracioso, jugar con los títulos, sino que se puede llegar más allá……… se puede aprender.
Ahora de regalo navideño, un cuento
Hijo de la tribu
Llegó un muchacho a la pubertad y, para ser aceptado como miembro de la tribu, tenía que pasar una serie de pruebas. Humildemente, se presentó ante el Consejo de Ancianos.
–Ve a la selva, solo y sin armas –le dijeron–. No regreses hasta que veas y seas visto por un león, una serpiente y un elefante. Mientras estés en la selva, no podrás comer ni beber nada. Si regresas sin pasar la prueba, te seguiremos todos tratando como a un niño y no podrás ser guerrero ni tener una familia.
No le costó mucho encontrar al león y la serpiente. Se acercó a ellos con sigilo y no tuvo la menor duda de que ellos también le habían visto. Pero por ningún sitio aparecía un elefante. Por varios días y noches anduvo y desanduvo todos los caminos de la selva y la sabana buscando en vano a un elefante. Su estómago crujía de hambre y sus labios resecos eran una herida de sed. Pero desechó las invitaciones de las torrenteras y de los jugosos frutos que le invitaban a quebrar la prueba.
Cuando ya no podía más y estaba a punto de desfallecer, decidió regresar al poblado. Volvía derrotado, con un dolor inmenso que le pesaba en el pecho más que el hambre y la fatiga.
–Lo intenté con todas mis fuerzas, les juro que lo hice, pero no conseguí ver ningún elefante –les dijo a los ancianos con voz entrecortada.
Entonces, ellos le abrazaron emocionados.
–Desde este momento, eres uno más de nosotros, un verdadero miembro de la tribu. Era imposible que pudieras ver un elefante porque previamente los habíamos espantado muy lejos de nuestra comarca. Para nosotros, más importante que ser valiente, es decir siempre la verdad.
Reflexioanalizando
Hoy no es importante decir la verdad, sino llamar la atención. La persona honesta, de principios sólidos, se percibe como alguien peligroso e intolerante, por lo menos fastidioso y ladilla.
Vivimos tiempos de un total relativismo ético, en los que se impone la moral acomodaticia del TODO VALE y del SOLO VALE (siempre y cuando me produzca ganancia, bienestar, beneficio, poder…).
Si mintiendo y engañando logro mis objetivos, está bien. El fin justifica los medios. Se valoran las apariencias, los envoltorios, las riquezas, sin importar el modo en que han sido obtenidas. La corrupción se ha transformado en una forma aceptada de vida. La virtud ya no consiste en no robar, sino en saber robar sin dejar huellas.
Nada mejor para encubrir las irresponsabilidades y las mentiras que culpar a otro. El ladrón, el corrupto y el mentiroso rasgan sus vestiduras y se presentan como víctimas acusadas injustamente y utilizan todo su poder para castigar al que se atreve a acusarles. El cinismo se presenta como una virtud fundamental.
Escasean las personas capaces de responsabilizarse, es decir, de responder por sus actos sin importar las consecuencias.
En este contexto, se hace absolutamente imperativa y más necesaria que nunca, una profunda educación ética, de modo que las personas puedan asumir sus responsabilidades, afianzar sus vidas sobre los valores esenciales y contribuir con su conducta, en la confección de un mundo mejor.
Que en estos días en los cuales, tradicionalmente, bien sea por costumbre, obligación, creencias o cualquier razón, son utilizados para trazar metas y propósitos, sirvan para evaluar en lo profundo de nuestra existencia, aprender de todo lo que hemos vivido y decididamente dedicarnos a hacernos mejores y humanas personas, con principios lo suficientemente sólidos, que los hagan inquebrantables ante cualquier tentación por muy atractiva que esta sea.
Recordemos, que si queremos que el mundo cambie, debemos empezar por cambiar nuestro mundo interior, que la luz de la verdad molesta mucho, a los que se han acostumbrado a vivir en la sombra de la mentira.
Del evangelio de Mateo, atribuida a JESÚS El Mesías “Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña”.
Me despido con una frase de Eric Arthur Blair, mejor conocido como George Orwell, quien fue un escritor y periodista británico.
Miguel Alberto Zurita Sánchez. ¡No Más MGF´S! Coro 24/ 12 / 2.020.
Un comentario
Torcuato Da LucaTena
Feliz Navidad Ingeniero
Se le saluda