«VENEZUELA: Entre Rastacueros, Raspicuís y Enchufados». Por Moroco Gutiérrez

Comenzaré definiendo los dos primeros términos a tenor de la palabra culta o folcklorica, según diccionarios de la academia y del decir popular:

RASTACUEROS:

Nuevo rico inculto y vulgar que lleva una vida ostentosa.

Persona que sabe aprovecharse de las circunstancias para vivir bien.

RASPICUÍ :

Persona que no cuida de su apariencia, ni de sus labores; de mala facha o apariencia.

En Venezuela, en estos tiempos aciagos, han proliferado, inmisericordemente, ambas especies de la fauna humana. Pero mas triste y preocupante aún, es que se han mezclado ambas especies sociales y han dado una nueva: El Enchufado.

Este particular híbrido social ha enriquecido (tal vez empobrecido y degenerado) la ya particular pléyade de especies «sociohumanas» que hacen vida social en la Venezuela contémporanea.

Les contaré su historia:

Sucedió que un mal día, los oportunistas y nuevos ricos de turno, o sea los RASTACUEROS, se mezclaron (para poder hacer quorum en la política nacional) con los RASPICUIS de siempre, que holgazaneaban en las esquinas y barrios de toda la geografía del país, les dieron una planilla de inscripción en el «partido», dos franelas, una gorra, un banderín alusivo al partido y transporte gratis, para llevarlos a sus marchas y mitines. Por supuesto muchos de estos raspicuis, se hicieron indispensables en «la despensa política de prosélitos» de los rastacueros y como su buen gusto era escaso, además que se hacía necesario perpetuar su cada vez mas disminuída especie, decidieron crear junto a sus acólitos raspicuís a los mestizos ENCHUFADOS, que poco a poco fueron reproduciendose como ratones, y acabaron, junto a sus originarios RASTACUEROS y los populares RASPICUÍS, con el acervo económico y cultural, de un país caído en desgracia desde hace mas de veinte años.

¡Que el Padre celestial tenga piedad de los inocentes!

Moroco Gutiérrez