AQUEL HOMBRE. Por Enmanuel

AQUEL HOMBRE

Su mirada quedó detenida en el tiempo y no quiso ver mas. No por haber quedado ciego, sino por voluntad propia.

El primer día, después de aquella decisión, todo parecía normal, solo que sin movimientos. Si embargo los ruidos y las palabras que lo rodeaban, no tenían congruencia con la imagen detenida que se proyectaba frente a sus ojos abiertos.

Al segundo día, los colores comenzaron a desaparecer. Todo se convirtió en una gran fotografía en blanco y negro. Los ruidos ya no le molestaban, eran apenas susurros que trajinaba el viento.

El tercer día fué definitivo, la gran pantalla frente a sus inmóviles ojos se volvió negra, como un profundo pozo de sombras. Esta vez sus oidos escucharon por primera y última vez, la voz de la oscuridad.

No hubo número cuatro en esta historia. Simplemente, aquel hombre que quiso un día no ver mas, se desapareció a sí mismo, en un intervalo de no tiempo.

Enmanuel