Ciencia

Transdiferenciación: el misterioso proceso de «la vida eterna». Por Enmanuel Camejo Zavala

Proceso de transdiferenciación en una medusa

Definitivamente la vida puede ser milagro o condena. Hay tanto, que apenas no conocemos, que cada día uno se tropieza con realidades solapadas (unas hermosas y otras dramáticas).
Universos paralelos, agujeros de gusanos, leyes cuánticas, conspiraciones mundiales, manipulaciones mediáticas en masa, fundamentalismo religioso, calentamiento global, desequilibrios ecológicos, sociedades hiperindustrializadas, pandemias reales o virtuales, comunidades humanas y multiples especies al borde de la extinción… en fin, tanto que conocer o desconocer, afirmar o negar, apoyar o contradecir.

Y existiendo en este siglo XXI (extensión del XX «problemático y febril») con un pie en el abismo y otro en la gloria, con la verdad en una mano y la mentira en la otra, todo tan cerca al alcance de un click y tan lejos del calor de la piel, entre tanto valor y disparate, me encuentro, de repente, con el concepto de la transdiferenciación.

Transdiferenciación

La Transdiferenciación

Según la enciclopedia virtual Wikipedia «la transdiferenciación en biología tiene lugar cuando una célula que no es una célula madre se transforma en otro tipo diferente de célula, o cuando una célula madre ya diferenciada crea células fuera de su ruta de diferenciación ya establecida«.

Este particular fenómeno se dá de forma especial en la Turritopsis nutricula, la medusa inmortal. Esta pequeña (4,5mm) medusa en forma de campana es inmortal debido al hecho de que posee la capacidad de “invertir su edad”.
Esta especie comienza su vida siendo una masa de pólipos que crecen en el fondo del mar, que en algún momento producen medusas que desarrollan gónadas para crear la siguiente generación de pólipos, y luego mueren. Esto no tiene nada especial en comparación con otras medusas. 

Turritopsis nutricula


Esta medusa, bajo la presencia de un factor de estrés o lesión, transforma todas sus células en formas larvales, es decir, que cambia de adulto a larva. Entonces, cada larva puede transformarse en un nuevo adulto. Ese proceso es llamado transdiferenciación. De todas formas, los científicos saben poco sobre este proceso en animales salvajes.
Fuente: Edisbiology.com

La transdiferenciación, tiene lugar en la naturaleza en unos pocos casos específicos. Por ejemplo, en salamandras y pollos cuando pierden el cristalino del ojo, células del iris se convierten en células del cristalino. Sin embargo, tales casos de origen natural, o incluso los creados en el laboratorio son poco frecuentes. Alrededor del año 2001, el biólogo Philippe Collas publicó sus resultados que muestran que determinadas células pueden ser transformadas en otros tipos de células.

La firma de científicos y biotecnología Nucleotech, ha demostrado la reprogramación in vitro de fibroblastos mediante: primero la creación de pequeños poros en las células mediante permeabilización reversible, y luego exponiéndolas a un extracto derivado de células inmunes conteniendo una mezcla de factores reguladores pero sin material genético.


Las células reprogramadas fueron retiradas de la extracción, cerradas de nuevo y hechas crecer en un cultivo. Como resultado, en menos de una hora los factores reguladores fueron tomados por el núcleo causando que las células de fibroblastos expresaran moléculas y funciones característicos de las células inmunes, mientras bajaba la regulación de los genes típicamente expresados de las células originales.
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Aunque la transdiferenciación es rara en vertebrados, ocurre en el desarrollo fetal del esófago, cuando la capa muscular que se componen de músculos lisos se transdiferencia en músculo esquelético.

Wikipedia

Sin pretender que la transdiferenciación logre desarrollar, en laboratorios de biogenética, una «pócima de vida eterna», al menos podría ser la clave para entender y desarrollar una terapéutica que contrarreste los efectos de las enfermedades degenerativas en humanos.

Enmanuel Camejo Zavala


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