Letras

Abrázame, Antes de que sea Demasiado Tarde (Segunda parte). Por Luis Homes

II

El tren no ha llegado, Ivanna. Aclaro con tristeza: ¡Ha llegado, pero sin ti!

Tampoco tú has venido. En estos tiempos de guerra he aprendido a distinguir cuando el tren se acerca a la estación, cuando trae vida y cuando trae muerte. Porque el tren, sus ruidos y su caminar sobre rieles, han cambiado. Ahora trae sobrevivientes, algunos heridos y algunos sanos y salvos. Pero en los últimos vagones, están llenos de tristeza, porque traen féretros de los soldados que resistieron a la invasión de Rusia. El tren ha aprendido a llorar y hasta cambia su silbido en el aire y en el rechinar de los rieles. Todo cambia mi amor, todo cambia en tiempos de guerra.

La guerra me ha enseñado a descubrir que de verdad, te amo. Donde estés y como estés, te amo. Viva, muerta o sobreviviente, sencillamente te amo. Claro, no se si es elegante decírtelo, pero te amo mas cuando me abrazas, me besas, me das tu calor y te entregas a mi sin espacios, ni límites ni tiempos. Como eres. Pero si eso no ocurriera, por la pólvora, la invasión, o la locura de los cohetes, misiles, y la distancia, quiero que sepas que sencillamente te amo.

Mi hermana Claudeck, enfermera de pediatría del hospital infantil, pudo sobrevivir al ataque con misiles que hicieron los rusos el viernes, directamente al hospital. La verdad es que nadie se imaginaba que en medio de la guerra, se atrevieran a bombardear un hospital infantil, pero los malditos lo hicieron. Ella y otras enfermeras logrados rescatar a tres niños, de pocos días de nacidos. Ahora están en un sótano que les facilitó el gobierno municipal, como resguardo imprevisto para niños recién nacidos. Básicamente colchonetas usadas en el piso que no ha sido bombardeado todavía. Ellas están contentas con ese espacio y lo han decorado con dibujos de rosas, porque ya no hay rosas, ni flores acá no hay.

Pude observar la escena desgarradora de las madres recién paridas despidiéndose de sus hijos recién nacidos. Ellas se fueron a Polonia, porque tenían la opción de ir a escondidas en un autobús que se pintó con las banderas de Rusia. Pero llevarse a sus hijos era muy riesgoso en caso de ser descubiertas, porque les esperaba la muerte segura. Era como especie de un salvoconducto que significa que te puedes movilizar, en medio de pólvora, humos y bombardeos. Pero las madres se fueron dolorosamente solas, porque los niños no podrían sobrevivir a tanta tragedia en el camino o al infortunio de ser descubiertos. Acá se juega a cara o sello entre la vida y la muerte

Así están las cosas acá Ivanna. Dividimos la vida y dividimos la muerte. Es una ecuación por retazos. Así que los niños están separados, para sobrevivir solos y las madres separadas a ver si pueden sobrevivir. Juntos, no hay capacidad, no se puede, No es esto una tragedia de la guerra? Mientas tanto, mi hermana hace lo mejor posible por ellos y ya ha conseguido tres madres sustitutas para turnarse en el cuidado de estos angelitos.

Escríbeme, aunque no reciba una hoja escrita de ti. Estoy seguro que tu aliento y tu voz me llegarán, porque el amor es más poderoso que los vientos de guerra. Y ya sabes, cuando me veas, abrázame fuertemente antes que sea demasiado tarde.

Luis Homes

4 Comentarios

  • Jesus Penso

    A mundo!!!
    Aquí por Caujarao se sufre igual, las cargas pesan, y los vientos soplan nostalgias con notas de lamento, pero no brincando, pero si coriano

  • Ana lucia Gutierrez

    Realmente es muy triste y conmovedora esta reseña por que es la triste realidad de guerras sin sentido que desestabiliza a miles de familias. Desde niña vengo oyendo historias de las personas que vivieron la segunda guerra mundial y sus relatos son dolorosos. Dios permita que esto pare y los responsables tomen conciencia.

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