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«AMIGOS… REGALOS DEL ALTÍSIMO». Por: Enmanuel Camejo Zavala

«Dame un amigo… o dame la muerte»
(Talmud Bavli, Taanit 23a)

La amistad es un enigma, tanto como una certeza… y hasta una necesidad.
Para antiguas culturas originarias, un amigo era:

  • Quien te custodiaba el alma
  • Quien era tu otro «yo», pero sin tu «ego»
  • Un regalo que había nacido del «vientre del Universo»
  • El hermano que te daba la existencia.

La amistad no tiene que ver con cultos, clase, nacionalidad, género o gustos. Pareciera originarse de un «gen gemelo» (a duo cuerpo), que se activa, con no se que fuerza y ¡click!… se hace la luz.
La amistad se parece, también, un tanto, a la inocencia… «amistad que se piensa desaparece». Es un vinculo que entremezcla sensibilidad y amor. Es un «don del cielo», afirmaban los antiguos.


Khalil Gibran, poeta y escritor libanés, se valió de el personaje de ficción Al-Mustafá, en su obra «El Profeta», para definirla:

«Y un adolescente, dijo: Háblanos de la amistad.
Y él respondió, diciendo: Vuestro amigo es a la medida de vuestras necesidades.
Él es el campo que sembráis con cariño y cosecháis con agradecimiento.
Es vuestra mesa y el fuego de vuestro hogar.
Pues vais a él con vuestro hambre y lo buscáis en procura de paz.
Cuando vuestro amigo manifiesta su pensamiento, no teméis el «no» de vuestra propia opinión, ni ocultáis el «sí».
Y cuando él se calla, vuestro corazón continúa escuchando a su corazón.
Porque en la amistad, todos los deseos, ideas y esperanzas, nacen y son compartidas sin palabras, en una alegría silenciosa.
Cuando os separéis de vuestro amigo, no os aflijáis. Pues lo que amáis en él, puede tornarse más claro en su ausencia, como para el alpinista aparece la montaña más clara, vista desde la planicie.
Y que no haya otra finalidad en la amistad que no sea la maduración del espíritu.
Pues el amor que procura otra cosa que no sea la revelación de su propio misterio no es amor, sino una red tendida, y sólo lo inútil será en ella atrapado.
Y que lo mejor de vosotros mismos sea para vuestro amigo.
Si él debe conocer el flujo de vuestra marea, que conozca también su reflujo.
Pues, ¿qué será de vuestro amigo si sólo le buscáis para matar el tiempo? Buscadle siempre para las horas vivas.
Pues el papel del amigo es el de henchir vuestras necesidades, y no vuestro vacío.
Y en la dulzura de la amistad, que haya risa y compartir de placeres. Pues en el rocío de las pequeñas cosas, el corazón encuentra su amanecer y halla su frescor»

Viejas historias del Talmud hebreo asocian la amistad con el poder para curar enfermedades:

«El rabí Yojanán se sentó junto a la cama de su amigo enfermo, el rabí Hiyyá.
– Veo que estás sufriendo – le dijo a su doliente compañero -.Dame la mano.
Los dos hombres se tomaron de las manos e instantáneamente el rabí Hiyyá se curó.
No mucho después, el mismo rabí Yojanán se puso enfermo, y su amigo, el rabí Hanina, fue a hacerle una visita. Y, en cuanto el rabí Hanina tomó su mano, el rabí Yojanán se curó de inmediato.»

Particularmente pienso, que Joan Manuel Serrat, ese fantástico cantautor español, nacido en Poble Sec, Barcelona, describe la amistad de un modo claro y en dos momentos de la vida:


El primero, la amistad como niño, puber o adolescente, llena de recuerdos, magia y «primeras veces», en el tema «Decir amigo».

«Decir amigo»

Decir amigo
es decir juegos,
escuela, calle y niñez.
Gorriones presos
de un mismo viento
tras un olor de mujer.
Decir amigo
es decir vino,
guitarra, trago y canción
furcias y broncas.
Y en Los Tres Pinos
una novia pa’ los dos.
Decir amigo
me trae del barrio
luz de domingo
y deja en los labios
gusto a mistela
y a natillas con canela.
Decir amigo
es decir aula,
laboratorio y bedel.
Billar y cine.
Siesta en Las Ramblas
y alemanas al clavel.
Decir amigo
es decir tienda,
botas, charnaque y fusil.
Y los domingos,
a pelear hembras
entre Salou y Cambrils.
Decir amigo
no se hace extraño
cuando se tiene
sed de veinte años
y pocas «pelas».
Y el alma sin mediasuelas.
Decir amigo
es decir lejos
y antes fue decir adiós.
Y ayer y siempre
lo tuyo nuestro
y lo mío de los dos.
Decir amigo
se me figura que
decir amigo
es decir ternura.
Dios y mi canto
saben a quien nombro tanto.


El segundo, de una forma brutal y hasta filosófica, cuando ya estamos de vuelta, en «Las malas compañías».

«LAS MALAS COMPAÑÍAS»

Mis amigos son unos atorrantes
Se exhiben sin pudor, beben a morro
Se pasan las consignas por el forro
Y se mofan de cuestiones importantes

Mis amigos son unos sinvergüenzas
Que palpan a las damas, el trasero
Que hacen en los lavabos agujeros
Y les echan a patadas de las fiestas

Mis amigos son unos desahogados
Que orinan en mitad de la vereda
Contestan sin que nadie les pregunte
Y juegan a los chinos sin monedas

Mi santa madre
Me lo decía
Cuídate mucho, Juanito
De las malas compañías
Por eso es que a mis amigos
Los mido con vara rasa
Y los tengo muy escogidos
Son lo mejor de cada casa

Mis amigos son unos malhechores
Convictos de atrapar sueños al vuelo
Que aplauden cuando el sol se trepa al cielo
Y me abren su corazón como las flores

Mis amigos son sueños imprevistos
Que buscan sus piedras filosofales
Rodando por sórdidos arrabales
Donde bajan los dioses sin ser vistos

Mis amigos son gente cumplidora
Que acuden cuando saben que yo espero
Si les roza la muerte, disimulan
Para ellos la amistad es lo primero.

«LAS MALAS COMPAÑÍAS». Joan Manuel y Les Luthiers

La amistad… ese «Don del cielo», que parece estar en peligro de extinción

E.C.

5 Comentarios

  • jhonny vargas plaza

    tarareando una canción que resume todo «si una buena amistad tienes tu alaba dios pues la amistad es un bien ser amigo es a hacer al amigo todo el bien que bueno es saber amar la mistad viene de dios y a dios a de volver una buena amista es mas fuerte que la muerte y cuando una esta lejos la amista se va volviendo mas fuerte» es una bendición y un privilegio tenerles como amigos y hermanos de camino bien lo decía khalil gibran y que no haya otra finalidad es la amistad que no sea la maduración del espiritu gracias manolo

  • Miguel Alberto Zurita Sánchez

    ¡Talmud, Gibran Rabinos y Serrat, tremenda combinación, para tocar la amistad!
    Ciertamente la amistad es un don de DIOS, para aquel que cree en DIOS, pero que al igual que tener el don de poeta o músico o escritor, debe ser cuidado y cultivado, porque debe dar frutos.
    La amistad es un don del hombre, para aquel que cree en el hombre, pero necesariamente debe ser bien tratado, para que pueda ser un DON.
    ¡Sin amigos la vida no tiene sentido y sin vida, la amistad no tiene como existir!
    ¡Gracias Manolo!¡Gracias AMIGO!

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