«CARUSO: El hombre… la canción»
El Hombre
Hasta 1920, se había presentado no menos de 863 veces en el Metropolitan Opera de Nueva York. Napolitano, uno de los 7 hijos de una familia de clase baja (aunque uno de los 21 engendrados por su padre), Enrico Caruso tal vez haya sido el cantante lírico y popular, mas famoso del siglo XX.
Caruso o «El Gran Caruso», como tambien se le conoció, nació en Nápoles, Italia, el 25 de febrero de 1873 y murió en la misma Nápoles, 48 años después, el 2 de agosto de 1921.
Al igual que su meteórica y deslumbrante carrera artística, también su muerte resultó ser apurada y sobrevenida (aunque en dichos del pueblo «nadie se muere antes que le toque»). Un cáncer de púlmon agresivo e inesperado, tal vez producido por los fuertes cigarrillos egipcios de los que era empedernido fumador, terminó con su vida, en una pequeña habitación de hotel, en el pueblo pesquero de Sorrento.
La canción
«Caruso» es una canción, triste y melancólica, compuesta en el año de 1986 por el cantautor italiano Lucio Dalla y dedicada al extraordinario cantante italiano Enrico Caruso.
La canción está inspirada en la muerte del cantante de opera, y habla del dolor y los anhelos de un hombre que, agobiado por una enfermedad terminal, mira a los ojos a una joven mujer muy querida para él, a la cual le daba lecciones de canto en las postrimerías de su vida.
Al parecer esa ragazza fué su última esposa, Dorothy Parque Benjamin, 20 años mas joven que Carusso, con la que tuvo una hija llamada Gloria.
Su letra
En italiano (dialecto napolitano)
Qui dove il mare luccica
e tira forte il vento
su una vecchia terrazza
davanti al golfo di Sorrient
un uomo abbraccia una ragazza
dopo che aveva pianto
poi si schiarisce la voce e ricomincia il canto.
Te voglio bene assai (ti voglio molto bene)
ma tanto tanto bene sai
è ‘na catena ormai (è una)
che scioglie il sangue dint’ e vene sai (nelle vene).
Vide le luci in mezzo al mare
pensò alle notti là in America
ma erano solo le lampare
e la bianca scia di un’elica
sentì il dolore nella musica
si alzò dal pianoforte
ma quando vide la luna uscire da una nuvola gli
sembrò più dolce anche la morte.
Guardò negli occhi la ragazza
quegli occhi verdi come il mare
poi all’improvviso uscì una lacrima
e lui credette di affogare
Te voglio bene assai (ti voglio molto bene)
ma tanto tanto bene sai
e’ ‘na catena ormai (è una catena)
e scioglie il sangue dint’e vene sai (nelle vene).
Potenza della lirica
dove ogni dramma è un falso
che con un po’ di trucco e con la mimica
puoi diventare un altro
ma due occhi che ti guardano
così vicini e veri
ti fanno scordare le parole
confondono i pensieri.
Così diventò tutto piccolo
anche le notti là in America
ti volti e vedi la tua vita
come la scia di un’elicaAh si, è la vita che finisce
ma lui non ci pensò poi tanto
anzi si sentiva felice
e ricominciò il suo canto.
Te voglio bene assai (ti voglio molto bene)
ma tanto tanto bene sai
è una catena ormai
che scioglie il sangue dint’e vene sai (nelle vene).
Te voglio bene assai (ti voglio molto bene)
ma tanto tanto bene sai
è una catena ormai
che scioglie il sangue dint’e vene sai (nelle vene).
En castellano
Aquí donde el mar reluce
y sopla fuerte el viento
sobre una vieja terraza
frente al golfo de Sorrento
un hombre abraza a una muchacha
después de que había llorado
luego se aclara la voz
y vuelve a dar comienzo al canto.
Te quiero mucho,
pero mucho, mucho, sabes…
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes…Vio las luces dentro del mar,
pensó en las noches allí en América
pero sólo era el reflejo de algunos barcos
y la blanca estela de una hélice.
Sintió el dolor en la música,
se levantó del piano
pero cuando vio la luna salir tras una nube
le pareció dulce incluso la muerte.
Miró en los ojos la muchacha,
esos ojos tan verdes como el mar
luego de repente salió una lágrima
y él creyó de ahogar.
Te quiero mucho
pero mucho, mucho, sabes…
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes…La fuerza de la lírica
donde cada drama es un falso,
donde con un buen maquillaje y con la mímica
puedes llegar a ser otro.
Pero dos ojos que te miran
tan cercanos y tan auténticos,
te hacen olvidar palabras,
confunden pensamientos.
Así todo parece tan pequeño,
también las noches allí en América
miras atrás y ves tu vida
como la estela de una hélice.
Sí, es la vida que se acaba
sin embargo él no lo pensó tanto
por el contrario, se sentía ya feliz
y volvió a comenzar su canto.
Te quiero mucho
pero mucho, mucho, sabes…
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes..
Te quiero mucho
pero mucho, mucho, sabes…
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes..
Sus interpretes
Por el autor
Ana Belén
Luciano Pavarotti
Diego «El Cigala»
Enmanuel Gerardo Camejo Zavala. Octubre 2019