Letras

«Compañía». Por Marcelo Moreno Mendoza

Carretera con vista al mar

Compañía

  • ¿Ya decidiste lo que harás el fin de semana?

Michael se veía muy nervioso mientras le hacía esa pregunta a Olga, llevaba toda la semana hablando con ella, y quería invitarla a salir.

  • No, aún sigo indecisa.

Olga notaba la inseguridad en el chico, aunque también quería salir con él, ella esperaba que fuera alguien más seguro de sí.

  • Sal conmigo, por favor.

Se apresuró a decir Michael, agachando la cabeza, era un chico demasiado tímido, y su color de piel no le favorecía en situaciones como esta, la chica podía ver claramente cómo se iba poniendo rojo como un tómate.

  • ¿A dónde?

Le preguntó Olga, le estaba dando una pequeña oportunidad.
Michael se quedó en silencio por unos segundos, poco a poco levantó su cabeza, y vio directamente hacia los ojos de ella, tomó valor, y le respondió.

  • No lo sé, pero lo que sí sé, es que me bastaría ir a cualquier sitio donde no conozcamos a nadie, con tal de tener tu compañía

Olga se ruborizó un poco

  • Quiero por fin tener una cita conmigo, nosotros solos, que ningún conocido pueda interrumpirnos.

A Olga se le notó claramente un brillo en sus ojos después de escuchar lo que dijo el joven, había sido muy romántico con su propuesta, y de la misma manera, tuvo un poco más de seguridad en sí mismo cuando se lo estaba pidiendo, factores que la hicieron aceptar inmediatamente, solo les quedaba esperar que llegara el fin de semana.

Al día siguiente, ambos decidieron verse después de clases, en el centro comercial que estaba frente a la universidad, Olga se veía entusiasmada por las sorpresas que le pudiera deparar su cita desde ese día, le preguntaría hacia dónde irían y qué harían.
Se hizo la hora de salida, y la chica fue emocionada hacia el lugar de encuentro, donde la esperaba el joven, con una gran sonrisa en su rostro.

  • Hola señorita, debo decirle que el día de hoy, usted se ve muy hermosa.

La saludó Michael, ella se ruborizó.

Después de saludarse y preguntarse cómo había estado el día de cada uno con respecto a sus clases, la chica decidió ir directo al grano.

  • Michael, ¿a dónde iremos? – Pregunta Olga.
  • Iremos a tu casa, voy a pedirle permiso a tus padres, el sitio será una sorpresa, a demás, sería bueno que te cambiaras, créeme que querrás tener ropa más cómoda.

Le responde el chico con una gran sonrisa.

Michael ayudó a Olga, a entrar en su auto, abriéndole la puerta como todo un caballero, quería mostrarle, el buen partido que podía ser, con esa oportunidad que ella le estaba dando para salir juntos.

El chico ya tenía todo planeado, desde el día anterior, se había comunicado con el padre de ella, y le contó todo lo que pensaba hacer, le tomó bastante tiempo el convencerlo, pero logró que accediera al final, y lo apoyara un poco en su cita.
Mientras la chica se iba a cambiar, el padre de Olga, le entregó un bolso lleno de ropa de ella, el bolso lo había preparado mientras ella se encontraba en clases, con un poco de ayuda de su esposa.

  • Bien, estoy lista, creo que ya podemos irnos, ¿no?

Le pregunta Olga a Michael, mientras veía la cara de su padre.

  • Sí, claro, ya pueden irse, cuídate mucho mi amor, y espero que te diviertas.

Responde el padre de la chica.

Michael ya había guardado el bolso en la maletera del auto, para cuando Olga había salido, solo tuvo que actuar un poco, y volver a ayudarla a subir. Siguió hablando con ella, evitando preguntas hacia dónde se estaban dirigiendo, hasta que llegaron a su destino.

  • Será un muy bonito fin de semana, volveremos el domingo después del mediodía, así que te aconsejo que te coloques el bloqueador solar que está en la guantera, no quiero que tu hermosa piel se queme.

Le dijo finalmente Michael mientras estacionaba y apagaba el auto.

Marcelo Moreno Mendoza

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