«Crecen tan rápido». Por Delfos

Crecen tan rápido

Crecen tan rápido y apenas te das cuenta.
Pareciera una vida entre tus brazos y luego una carrera solitaria tras sus metas.

Crecen tan rápido (pero no es cierto). Crecen al ritmo de la existencia. Única y precisa. Vertical e inequívoca.

Somos nosotros quienes nos ralentizamos, perdemos el paso… envejecemos.

Sin embargo, no es condena ni castigo. Es el ritmo de la gran melodía, del magnífico concierto de las horas, que se hacen días, meses, años, muerte. Que cambia de escala y vuelve a empezar. Tus genes (con su música), se transforman en otra melodía, tal vez con otro ritmo, pero el concierto sigue: inacabado, inacabable.

Renace y se reafirma, se reproduce y desgasta… y vuelve a comenzar la música, transformada con otras notas y escalas.

Crecen tan rápido (y apenas nos damos cuenta). Pero seguimos viviendo en sus gestos, sus ganas, sus pulsiones… sus melodías.