«El pequeño gigante estudioso». Por Enmanuel

«El pequeño gigante estudioso»

(Dedicado a mis hijos, Juan Manuel y Gerardo Camejo Blanchard)

La Caracas de 1961 era un mezcla de Casas de vecindad y moderna ciudad americana. El petróleo le había dado a Venezuela la promesa de un repentino desarrollo economico. Esa bonanza del «oro negro», tenía una expresión particular en los programas musicales de televión, llenos de artistas e invitados internacionales, lo que fomentaba extensos «pilones» de muchachos veinteañeros que esperaban a las afueras de Barcenas a Río, por la bondad de algún rico y conocido artista que les regalara un «cara e’palo» o «fuerte» como se le decía en el argot callejero a la otrora moneda de cinco bolivares.

Una mañana, mientras un grupo de jóvenes esperaban frente a Radio Caracas Televisión, Renny Ottolina, Vicerroy en mano, se detuvo frente a un grupo de aquellos jovenes y en tono severo, pero elegante, fijando la mirada en uno de aquellos muchachos veinteañeros, que por su complexión delgada y su elevada estatura de casi un metro noventa, le había llamado la atención, le espetó:
«No crees tú, con ese cuerpo de Dionisio y esa estatura de Gulliver, que en vez de estar esperando la caridad ajena, tomas un buen libro y te conviertes en «un pequeño gigante estudioso». Y siguió caminando con su porte de caballero inglés, por las limpias aceras de aquella pulcra Caracas, mientras el resto de los muchachos se burlaban de aquel «pequeño gigante estudioso» al que se había dirigido Renny.

(Esta breve crónica va en memoria de ese «pequeño gigante estudioso», quien falleció anoche, después de luchar a cuerpo y alma, contra un inoportuno y voraz Covid. A la memoria de Juan Ramón Blanchard Flores)

Enmanuel