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Manifiesto Surrealista de André Bretón (1924). (Algunas líneas)

» Tanta fe se tiene en la vida, en la vida en su aspecto más precario, en la vida real,
naturalmente, que la fe acaba por desaparecer. El hombre, soñador sin remedio, al sentirse de día en día más descontento de su sino, examina con dolor los objetos que le han enseñado a utilizar, y que ha obtenido al través de su indiferencia o de su interés, casi siempre a través de su interés, ya que ha consentido someterse al trabajo o, por lo
menos no se ha negado a aprovechar las oportunidades… ¡Lo que él llama
oportunidades!

Cuando llega a este momento, el hombre es profundamente modesto:
sabe cómo son las mujeres que ha poseído, sabe cómo fueron las risibles aventuras que
emprendió, la riqueza y la pobreza nada le importan, y en este aspecto el hombre vuelve
a ser como un niño recién nacido; y en cuanto se refiere a la aprobación de su conciencia
moral, reconozco que el hombre puede prescindir de ella sin grandes dificultades.


Si le queda un poco de lucidez, no tiene más remedio que dirigir la vista hacia atrás, hacia
su infancia que siempre le parecerá maravillosa, por mucho que los cuidados de sus educadores la hayan destrozado. En la infancia la ausencia de toda norma conocida ofrece al hombre la perspectiva de múltiples vidas vividas al mismo tiempo; el hombre hace suya esta ilusión; sólo le interesa la facilidad momentánea, extremada, que todas las cosas ofrecen. Todas las mañanas los niños inician su camino sin inquietudes. Todo
está al alcance de la mano, las peores circunstancias materiales parecen excelentes.


Luzca el sol o esté negro el cielo, siempre seguiremos adelante, jamás dormiremos.


Pero no se llega muy lejos a lo largo de este camino; y no se trata solamente de una
cuestión de distancia. Las amenazas se acumulan, se cede, se renuncia a una parte del terreno que se debía conquistar. Aquella imaginación que no reconocía límite alguno ya no puede ejercerse sino dentro de los límites fijados por las leyes de un utilitarismo convencional; la imaginación no puede cumplir mucho tiempo esta función subordinada, y cuando alcanza aproximadamente la edad de veinte años prefiere, por lo general,
abandonar al hombre a su destino de tinieblas.

Pero si más tarde el hombre, fuese por lo que fuere, intenta enmendarse al sentir que
poco a poco van desapareciendo todas las razones para vivir, al ver que se ha convertido
en un ser incapaz de estar a la altura de una situación excepcional, como la del amor,
difícilmente logrará su propósito. Y ello es así por cuanto el hombre se ha entregado, en
cuerpo y alma al imperio de unas necesidades prácticas que no toleran el olvido.


Todos los actos del hombre carecerán de altura, todas sus ideas, de profundidad. De todo cuanto le ocurra o cuanto pueda llegar a ocurrirle, el hombre solamente verá aquel aspecto del conocimiento que lo liga a una multitud de acontecimientos parecidos, acontecimientos en los que no ha tomado parte, acontecimientos que se ha perdido. Más aún, el hombre juzgará cuanto le ocurra o pueda ocurrirle poniéndolo en relación con uno de aquellos acontecimientos últimos, cuyas consecuencias sean más tranquilizadoras
que las de los demás. Bajo ningún pretexto sabrá percibir su salvación.


¡Amada imaginación, lo que más amo en vos es que jamás perdonás!. …

POEMA

Una carcajada
de zafiro en la isla de Ceilán
Las más hermosas escamas
TIENEN MATIZ AGOSTADO
BAJO LOS CERROJOS
en una granja aislado

DE DIA EN DIA
se agrava
lo agradable
Un camino de carro
los conduce a los límites con lo ignoto
el café
predica las loas de su santo
EL COTIDIANO ARTIFICE DE SU
BELLEZA
SEÑORA
un par
de medias de seda
no es
Un salto en el Vacío
UN CIERVO
El amor ante todo
Todo podría solucionarse
PARIS ES UNA GRAN CIUDAD
Vigilen
Los rescoldos
LA ORACION
Del buen tiempo
Sepan que
Los rayos ultravioletas
han culminado su tarea
Breve y beneficiosa
El PRIMER DIARIO BLANCO
DEL AZAR
Rojo será
El cantor vagabundo
¿DÓNDE ESTÁ?
en la memoria
en su casa
EN EL BAILE DE LOS ARDIENTES
Hago
bailando
Lo que se hace, lo que se hará. *

ANDRÉ BRETÓN

Canción Surrealista. M-MASTUERZO