Letras,  Religion

Serie Cuaresma: I- Miércoles de Cenizas. (Serie Cuaresma). Por Luis Homes 

«Es el tiempo para vivir el evangelio»

Miércoles de Cenizas

Era miércoles y, como todas las mañanas, Jacinta esperaba el bus para ir al colegio.  La mañana estaba fría y el sol radiante. Un suave viento acariciaba su cola de cabello y descendía sobre el uniforme escolar levantándole la falda. Llegó el bus y subió, asegurándose que el viento cada vez más fuerte, no le volteara su backpack.  

– Buenos días Sr Ramón – dijo con una sonrisa fresca al chofer del bus.

– Buenos Días jovencita. Suba antes que me la lleve el viento.

Jacinta notó que Ramón tenía una cruz de ceniza marcada en su frente y no pudo dejar de sorprenderse. La frente extendida por la calvicie, hacía que la cruz tuviera más notoriedad en medio de la piel blanca y rosada. ¿Qué será eso que tiene Ramón? Yo veo que es una cruz, o será una equis? No quiso hacer ningún comentario con sus compañeras de viaje. Al llegar al colegio y bajarse todos los estudiantes,  estaba Ramón en la puerta del bus. Jacinta caminó despacio y detalló la frente del chofer, mirándolo fijamente.  

– ¿Qué le pasa a la niña Jacinta? . No ve que es una cruz. Hoy es miércoles de ceniza y es el inicio de la cuaresma. Camine que se le va a hacer tarde. Que tenga un buen día mijita. Le dijo Ramón con naturalidad.

Camino al salón que indicaba en la puerta Tercer Grado, vio que algunos maestros, pero especialmente maestras,  tenían la misma cruz en la frente. Observó a sus compañeros de clases y todos tenían la frente limpia.  

– ¿Qué es eso que tienen ustedes algunos marcados en la frente, sister Elena?, pregunto a la religiosa que estaba con una lista en el pasillo.

– Es que hoy es miércoles de ceniza, no lo sabía Usted mi niña? Es la Cruz de nuestro Señor Jesús. Hoy se inicia la cuaresma.

La respuesta dejó más desconcertada a Jacinta, una niña de 9 años, de padres ateos que recién llegaban a la ciudad e inscribieron a su hija en el único centro educativo que tenía cupos disponible. “Cruz”, “Cuaresma” “Nuestro Señor Jesús”  eran palabras que en principio no representaban nada para ella, pero  que iban llegando cargadas de un sentido sin saber cual y eso le causaba una profunda curiosidad.  

La clase de matemáticas transcurrió  aburrida. Jacinta solo miraba por la ventana a ver quién pasaba con la cruz en la frente. O quienes de sus compañeros que llegaban tarde, tenían esa marca desconocida. Con un creyón negro hizo una cruz en su cuaderno cuadriculado y pensó que podría pegarse la atractiva cruz en la frente. Sonó el timbre y fue a buscar a sister Elena.  

– Hermana, quiero que le pasa a mucha gente que tiene pintada una cruz en la frente.    

– Hoy es miércoles de ceniza y es el inicio de la cuaresma.

Era miércoles y, como todas las mañanas, Jacinta esperaba el bus para ir al colegio.  La mañana estaba fría y el sol radiante. Un suave viento acariciaba su cola de cabello y descendía sobre el uniforme escolar levantándole la falda. Llegó el bus y subió, asegurándose que el viento cada vez más fuerte, no le volteara su backpack.  

– Buenos días Sr Ramón – dijo con una sonrisa fresca al chofer del bus.

– Buenos Días jovencita. Suba antes que me la lleve el viento.

Jacinta notó que Ramón tenía una cruz de ceniza marcada en su frente y no pudo dejar de sorprenderse. La frente extendida por la calvicie, hacía que la cruz tuviera más notoriedad en medio de la piel blanca y rosada. ¿Qué será eso que tiene Ramón? Yo veo que es una cruz, o será una equis? No quiso hacer ningún comentario con sus compañeras de viaje. Al llegar al colegio y bajarse todos los estudiantes,  estaba Ramón en la puerta del bus. Jacinta caminó despacio y detalló la frente del chofer, mirándolo fijamente.  

– ¿Qué le pasa a la niña Jacinta? . No ve que es una cruz. Hoy es miércoles de ceniza y es el inicio de la cuaresma. Camine que se le va a hacer tarde. Que tenga un buen día mijita. Le dijo Ramón con naturalidad.

Camino al salón que indicaba en la puerta Tercer Grado, vio que algunos maestros, pero especialmente maestras,  tenían la misma cruz en la frente. Observó a sus compañeros de clases y todos tenían la frente limpia.  

– ¿Qué es eso que tienen ustedes algunos marcados en la frente, sister Elena?, pregunto a la religiosa que estaba con una lista en el pasillo.

– Es que hoy es miércoles de ceniza, ¿no lo sabía Usted mi niña? Es la Cruz de nuestro Señor Jesús. Hoy se inicia la cuaresma.

La respuesta dejó más desconcertada a Jacinta, una niña de 9 años, de padres ateos que recién llegaban a la ciudad e inscribieron a su hija en el único centro educativo que tenía cupos disponible. “Cruz”, “Cuaresma” “Nuestro Señor Jesús”  eran palabras que en principio no representaban nada para ella, pero  que iban llegando cargadas de un sentido sin saber cual y eso le causaba una profunda curiosidad.  

La clase de matemáticas transcurrió  aburrida. Jacinta solo miraba por la ventana a ver quién pasaba con la cruz en la frente. O quienes de sus compañeros que llegaban tarde, tenían esa marca desconocida. Con un creyón negro hizo una cruz en su cuaderno cuadriculado y pensó que podría pegarse la atractiva cruz en la frente. Sonó el timbre y fue a buscar a sister Elena.  

– Hermana, quiero que le pasa a mucha gente que tiene pintada una cruz en la frente. 

– Hoy es miércoles de ceniza y es el inicio de la cuaresma.


– Da un poco de miedo esa cruz negra en la frente.

– No es una simple cruz, nos recuerda a la pasión y muerte de Jesucristo

– ¿Qué significa cuaresma? Es un nombre raro

– Cuaresma significa cuarenta días que van desde hoy hasta la semana santa

– No entiendo nada sister Elena  

Ven para acá, quédate calladita y entra a mi clase. Es para alumnos más avanzados que tú,  pero de seguro que vas a aprender algo. O al menos, te queda una inquietud. Yo doy una nota a tu profesor guía para que te exima de esta clase.  

El tiempo de cuaresma, que representa en total cuarenta días antes de la muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo,  viene de una tradición muy antigua de los Judíos, en preparación para la Pascua. Nuestra iglesia católica lo estableció aproximadamente en el siglo V y hoy es una fecha que conmemora todo el mundo católico.

Esa cruz que ves hoy en la frente de muchas personas, la lucen con humildad personas de China, Japón, India, México, Israel, Estados Unidos y cualquier católico del mundo que desee conmemorar estos cuarenta días. Son los cuarenta días que estuvo Jesús en el desierto y en los cuales estuvo sometido a muchas penas y tentaciones.

La Cruz de cenizas la impone el sacerdote o un ministro extraordinario de la comunión, a las personas que lo deseen, en la misa o después de ella. La imposición de las cenizas va acompañado de las palabras: “Polvo eres y en polvo te convertirás” o del llamado: “Conviértete y cree en el evangelio” . Cualquiera de las dos fórmulas nos recuerda que esta vida terrenal es pasajera, finita y que al final de nuestra existencia no quedará nada de nuestro cuerpo, más que polvo que como toda materia, desaparecerá. Por eso este es el momento de “conversión” a la vida en el espíritu. Es un tiempo de arrepentimiento por las faltas cometidas en nuestra vida y de creer en el evangelio.

La cuaresma es un tiempo para hacer ayuno, oración y penitencia. El ayuno implica abstenerse o moderarse de los placeres que nos gustan y ser cauto en lo que comemos. Usualmente no comemos carne los viernes de cuaresma, pero podemos abstenernos de otros placeres, como por ejemplo, no comer dulces o de cosas que nos llaman la atención.

La oración se hace por los vivos y por los muertos. De manera especial por la conversión de los pecadores y para que todos regresemos la mirada al ejemplo de Cristo. Si antes orabas, ahora hay que orar más, con más pasión y fervor. Si no orabas, es el momento de empezar a hacerlo.

Este es un buen momento para volver al sacramento de la reconciliación, reconocer nuestros pecados y cumplir con fervor la penitencia que se nos impone. Es el tiempo para vivir el evangelio y muy especialmente, vivir con Jesús su su pasión y muerte, porque como él, nosotros estamos llamados a vivir una vida eterna. Muere nuestro cuerpo, pero nuestra alma continúa su tránsito hasta que purificada, pueda encontrarse con el señor personas que están en momentos de dificultades emocionales. Hablen con las viudas, con los divorciados. Den de comer al hambriento. den posada al peregrino. Den un buen consejo a quien lo necesitan. Transmitan el amor vivo de Jesús y glorifiquen a él con sus vidas.

Al final de las palabras de Sister Elena el salón quedó en un silencio absoluto. Una atmósfera de paz inundó el ambiente. El rostro de jóvenes atentos reflejaba sosiego, ternura, compromiso.  

Jacinta no sabía qué hacerTomó de la mano a la sister y le dijo en voz queda:  

Hermana, ¿puede ponerme la cruz? Yo quiero aprender a vivir eso que usted está enseñando. Y quiero conocer más del tal Jesús y de su cuaresma.

Luis Homes

CON ESTAS CENIZAS. Yuli y Josh


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