CRÍSPULO. Por Enmanuel
CRÍSPULO
Silencio y viento se enredaban en un acorde de tiempo que desacompasaba las horas.
Momento extraño en que la noche parecía hacerse día (y viceversa). Exhalación del alma confudiéndose con restos de la memoria.
Era martes y el viejo Críspulo apenas si sentía su cuerpo pegado a la hamaca. Escasísimos cabellos blancos contrastaban con los rizos sugeridos de su nombre. Ahora estaba sólo. Pero decenas de años atrás, su cuerpo amanecía enredado entre muslos y vientres de hembras apasionadas.y ardientes.
Su eslabón de espacio-tiempo desaparecía poco a poco de la tierra:
- ¡Se me pierden las certezas… y ahora entro al pozo oscuro del enigma!. – solo se le escuchó decir, perdiendo el último aliento en la estricta soledad de su cuarto.
Enmanuel
4 Comentarios
admin
Saludos José Luis
José Luis Reyes
Hay que salir del cuarto, y no dejar de enredarse entre brazos y piernas de damas ardientes, que en toda edad hay, solo tenemos que buscar, porqué el que busca encuentra y el que pide, tiene dos posibilidades, o le dan un garnatón o bien, se lo conceden, y no hay que perder esa flor que te dan… Tenía que decirse y lo confirmó, con certeza vivencial….!!! JL
admin
Gracias Julyrma
Julyrma Jiménez
Críspulo, después de todo no quedaste arrinconado en la historia, ¡te hiciste historia!.
¡Que maravillosa congruencia entre cuento, canto, realidad y lo posible!