«La Casita amarilla». Enmanuel
La Casita amarilla
- Antonio… ¿será que cuando uno se muere, sigue vivo pero en otro lugar?
Le dijo Ofelia a su marido, mientras extraviaba la mirada mas allá de los cocoteros de Cheo «el de Tulia». Y continuó…
- ¿Y que a uno lo reciben todos los familiares que murieron antes, haciéndole una fiesta al llegar?
Antonio miró a Ofelia entre sorprendido y benévolo, acariciando con su mano derecha la desarreglada barba canosa y ensortijada, mientras le decía:
- ¡Que coño voy a saber yo mujer, si todavía no me he muerto!
Ofelia lo miró de reojo y sintió una repentina tristeza, que atravesó su envejecido cuerpo en un fugaz escalofrío, y pensó:
- (Yo sé que es así, aunque nadie me crea. He soñado muchas veces que madrecita me dice al oído: «Hijita, hijita, tu papá y yo te estamos esperando en la casita amarilla que hemos hecho en el cielo»).
Enmanuel
8 Comentarios
Mónica Márquez
La esperanza
El cielo
La felicidad eterna
Todo todo
Que lindo !
Pedro Duarte
Que belleza de relato
admin
Saludos María
admin
Gracias Poeta
admin
Gracias Ángel Alexis
Abrazo
Angel Martínez González
Bonito relato, felicitaciones
Manuel Rojas
Que bonito relato o cuento, te felicito Emmanuel
María
Es lindo cuando no perdemos la esencia de donde venimos, ni las historias de nuestros antepasados,esos recuerdos nos hacen ser más humanos. Lamentablemente la tecnología mal utilizada, ha enfriado muchos corazones… Nos hemos convertido y hemos convertido a nuestros hijos en insensibles., dándoles un mundo de cristal