Opinión

Con sus números y ecuaciones al exilio. Por: J.V.Camejo

Quien imaginaría que Don Aurelio Baldor era cubano y no árabe como las ilustraciones de sus famosos libros nos insinuaba.
Un excelentísimo y próspero profesor en tiempos pre castristas, por no decir pre revolucionarios. Porque una revolución significa cambios para bien y no para miseria.
Tuvo que huir de su amada Cuba por la persecución que fue objeto por parte de Raúl Castro. Aguantó un tiempo en la Cuba «revolucionaria», gracias a la protección brindada por Camilo Cienfuegos. Protección devenida por el agradecimiento de un alumno consciente del valor de su maestro.
Después de la repentina muerte de Camilo, tuvo que huir con su familia a México, con una corta estadía en Nueva Orleans, para residenciarse definitivamente en Nueva York.
En su amada Cuba dejó, además de su corazón, la inversión de los logros, fruto de los derechos vendidos de sus famosos libros de matemáticas.
Después de haber vivido en opulencia en su querida Isla, tuvo que reinventarse desde la nada en NY, para brindarle la oportunidad de estudio a sus siete hijos.
Como hombre de números y cálculos precisos, pudo salir adelante en Nueva York, y cuál ave Fénix, renació de las cenizas.
Murió a los 72 años, delgado y encorvado, después de ser un hombre de más de 100 kg e impresionante estatura. No sin antes resolver, con una incógnita, su última ecuación polinomial, en donde, no en el papel de sus » x» simples o al cuadrado, suspiró como última palabra en sus momentos aciagos….. CUBA.
Asi se despidió el maestro grande de ecuaciones matemáticas, con ilustraciones de hombres de turbante y edificaciones del medio Oriente.
Quien realmente terminó siendo un triste exiliado, gracias a un proyecto mezquino, lleno de egolatría y hambreador de multitudes.

Ing.José Vicente Camejo Z.

3 Comentarios

  • Miguel Alberto Zurita Sánchez

    ¡Tuve un compañero estudios procedente de Barcelona – Edo Anzoátegui, , estudiábamos Termodinámica juntos, este pana no decía Álgebra de Baldor, sino, las Arvejas de Baldor, nunca supe por qué!
    ¡De todas todas, el Sr Baldor, se ganó mi admiración, de hecho estudié con sus trabajos, la Aritmética, el Álgebra y la Geometría, de los cuales guardo un ejemplar de cada uno!
    ¡Es interesante y reconfortante encontrar, a estas alturas del juego, gente qur tome parte de su tiempo existencial, para recopilar y juntar información acerca, de la vida y obra de un olvidado, no por eso insigne formador de gente, como fue el Prof. Aurelio Baldor. ¡Gracias José, por el homenaje al Don!