Opinión

«¿Quieres saber por qué tu comunicación no funciona, como quieres o necesitas? ¡El Análisis Transaccional y Los Estados del Yo!…¡Tu posible respuesta!». Por Miguel Alberto Zurita Sánchez

Una conversación hipotética, que tienen dos personas

¡Hay que ver, fulano es un puente roto!

¡Puente roto! … ¿Por qué puente roto?

¡Porque nadie lo pasa!

¡Eso será con vos, porque conmigo es todo un amor!

¿Te ocurre, que según con qué personas y en qué situaciones, reaccionas siempre de la misma forma?

Y una y otra vez te repites que no vas a volver a actuar así, pero lo cierto es en la siguiente oportunidad vuelve a suceder.

Puede ser una persona, que siempre te mete en situaciones comprometedoras y a la que no eres capaz de decirle que no.

Puede ser un compañero de trabajo, que te esté criticando todo lo que haces, y no te sientes capaz de ponerle límites.

O al revés, tal vez una persona a la que no sabes, por qué razón siempre terminas tratándola peor de lo que se merece, pero ….. ¡es que te saca la piedra!

De esas y muchas otras reacciones ante situaciones cotidianas, ordinarias, extraordinarias o eventuales, se pueden encontrar los orígenes o las raíces, mediante la práctica de un método denominado análisis transaccional.

El análisis transaccional, es una teoría que nos permite darnos cuenta de, que tenemos parte de responsabilidad en esta situación o estas situaciones, porque somos nosotros de forma inconsciente los que permitimos o incluso generamos tal o cual situación.

Qué es el análisis transaccional. AT

Es un sistema de psicoterapia individual y social, propuesto por el psiquiatra Eric Berne a partir de los años 50, quien lo divulgó con su libro “Juegos en que participamos”, actualmente considerado una pseudoterapia,​ que se engloba dentro de la psicología humanista.

Es importante aclarar, que sólo en España, el Análisis Transaccional es considerado una “pseudoterapia”. En otros Países Europeos y Extra-europeos,  el AT es utilizado y reconocido como un enfoque psicoterapéutico eficaz, para el tratamiento de los trastornos mentales y para el desarrollo y el crecimiento de la persona, es decir el crecimiento personal.

El AT pretende acercar los modelos de conducta a través de un lenguaje sencillo, que cualquiera pueda comprender y, por lo tanto, utilizar, para ser más conscientes de nuestras reacciones y permitirnos cambiar aquellas que nos perjudican.

Estados del YO del análisis transaccional

Berne define estos tres estados del yo y los denomina Padre, Adulto y Niño, además establece, que cada uno de ellos cumple con una función.

Los estados del yo son sistemas coherentes de sentimientos y pensamiento, manifestados por unos correspondientes patrones de conducta. Son los componentes estructurales del modelo de la personalidad en el Análisis Transaccional.

Para Berne, al nacer tenemos y utilizamos los tres estados, también se los conoce como niveles, en función de la situación en la que nos encontremos. Años más tarde, el hábito de utilizar más y de forma continuada, uno de estos niveles, hace que tengamos respuestas emocionales condicionadas a ese nivel y es esto lo que determinará nuestra personalidad, dicho de otra manera, nuestra personalidad está determinada por el estado y sus respuestas emocionales, que más desarrollamos.

Lo que implica, que si están equilibrados, estaremos ante una persona emocionalmente sana y estable, por el contrario, si alguno de ellos, está en desequilibrio, este lo hace con el resto, a tal punto, que nuestra comunicación y nuestras relaciones pueden verse perjudicadas.

¿Cómo analizar nuestra forma de relacionarnos, de acuerdo a qué Estado del Yo está presente en ese momento?

Veamos el siguiente ejemplo.

Mi pareja me hace un reclamo, de la forma siguiente: “No me gustó nada, la forma en que le contestaste a mi mamá”.

En mi Estado del Yo Padre, podría contestar… “No me hables en ese tono”.

En mi Estado del Yo Adulto diría… “¿Qué fue, en concreto, lo que no te gustó de cómo le contesté?”

En mi Estado del Yo Niño… “Lo siento, no sé qué me pasó”, o “ese es tu problema”.

EL Yo Padre
El Yo adulto
El YO Niño

¿Cuál sería tu respuesta?

¿Desde qué perspectiva, del Yo, responderías a un reclamo como éste?

¿Qué pasaría si contestaras, desde otro de tus estados del Yo?

Para entender cómo funcionan estos tres sistemas, imaginémonos que nuestro YO está compuesto por tres baldes de agua, cada uno representa uno de los sistemas: Padre, Adulto, Niño; y el agua, es una cantidad limitada y representa nuestra energía vital, la cual ha de repartirse entre los tres recipientes.

¿Qué pasará si destinamos gran parte de nuestra “agua” a uno de los baldes?

Si esto sucede su peso y el volumen de agua aumentan, pero para el resto de los baldes, disminuirá e incluso uno de ellos puede quedar vacío, es decir sin energía.

Esto provoca, que en nuestro día a día, ante las diversas situaciones y desafíos, que nos proporciona la vida, respondamos con conductas emocionales, que derivan del balde que tenemos más lleno, de nuestro sistema del yo predominante (padre, adulto, niño).

Cada uno de los estados del AT, tiene sus características, de las cuales las más importantes, son las siguientes:

Estado del YO PADRE:

Sientes, piensas y actúas de modo similar a la versión que has interiorizado de una figura relevante de tu infancia, esta figura no tiene que ser, necesariamente, del padre o la madre, tiene como función juzgar, ordenar, criticar, proteger, aconsejar, etc. Nuestras conductas se encuentran supeditadas a valores tales como autoridad, tradición, normas, responsabilidad, amparo, cariño, “lo que debe ser”, etc.

Sobreprotectores

El padre, a su vez, puede tener dos posiciones:

PADRE Crítico:

Es la figura de las creencias y los límites, de los prejuicios y los valores inamovibles.

El padre crítico, establece hábitos y formas de actuar desde el “siempre se ha hecho así”.

Esto a veces es positivo, porque permite ahorrar tiempo y energía, pero también tiene una cara más negativa porque evita la reflexión y el diálogo “se hace así porque yo lo digo”, “eres un inútil”, “todos los hombres son iguales”, etc.

Crítico

PADRE Nutritivo:

Es la figura de la protección, del ayudador.

En su versión positiva, es el que te acompaña, ayuda, protege, pero en su versión negativa su sobreprotección puede ahogar y no te permite crecer ni desarrollarte por ti mismo. “Déjame ya te lo hago yo”, “espera que te ayudo”, etc.

Nutritivo

Estado del YO ADULTO:

Es el estado de la lógica racional, de la reflexión, se caracteriza por el análisis de las situaciones, la reflexión continua, la evaluación y planificación, y la aprobación de protocolos sociales. Nos comportamos según lo establecido por la sociedad, cultura, etc.

Estamos en el Estado del Yo Adulto, cuando somos capaces de pararnos a ver cuál es la mejor opción, establecemos objetivos o resolvemos problemas.

También cuando escuchamos o pedimos información. Este estado es el que regula nuestro Padre y Niño, el que puede tomar consciencia de qué es lo mejor para mí y actuar en consecuencia.

Estado del YO NIÑO:

Son las emociones, la creatividad, la espontaneidad, en este estado del yo, el individuo siente, intuye, crea. Actuamos con ingenuidad y curiosidad, nos dejamos llevar por la alegría, la tristeza, el enfado, el llanto, la crueldad y sobretodo somos seres vitales.

Es la forma normal de actuar de un niño, y como tal puede ser una reacción natural o adaptada a las circunstancias y el entorno, por eso vemos que hay tres posibilidades de actuar en el estado del Yo Niño:

NIÑO Natural:

Es nuestro estado más emocional, divertido, curioso. Espontáneo independientemente de lo que le rodee. En este estado del Yo no nos adaptamos a la autoridad. En su parte más negativa puede ser egoísta, maleducado, etc

Natural
¿Cual me pongo?

NIÑO adaptado Sumiso:

Queremos complacer y ser “buenos niños”, en la parte más positiva de este estado están las ganas de agradar, de evitar enfrentamientos, de hacer las cosas bien,.. en su parte más negativa está la falta de asertividad, no saber decir “no” a lo que no nos conviene, dejarnos pisotear, poner al otro por delante.

Sumiso

NIÑO adaptado Rebelde:

Nos rebelamos ante la autoridad, es la actitud de llevar la contraria, de pasar de todo. En su aspecto positivo puede ser el  luchador por una causa justa en contra de la mayoría, en su parte negativa se opondrá a todo y a todos, pudiendo llegar a ser destructivo

Rebelde

Modelo P.A.N. del Análisis transaccional

Nos movemos continuamente entre los tres estados del Yo, según las circunstancias, la persona que tenemos delante, el tema a tratar, etc.

No hay ningún estado más positivo o negativo que otro, simplemente depende de la situación que sea más conveniente relacionarse desde el Padre, el Adulto o el Niño.

Este modelo plantea, que la comunicación se basa en la relación ESTIMULO – RESPUESTA, y que cada estímulo se realiza desde un determinado estado del Yo y espera una respuesta desde otro estado del Yo.

Si la respuesta es la esperada, la comunicación seguirá, lo que puede que no suceda en caso contrario.

Estas respuestas son habitualmente automáticas e inconscientes y ante un mismo estímulo tendemos a responder, siempre con el mismo tipo de respuesta. Sin embargo al ser conscientes de la situación, podemos elegir libremente, desde qué estado del Yo quiero relacionarme, lo que dará lugar a un escenario diferente al habitual. Al fin y al cabo, mi respuesta es el estímulo para la respuesta de mi interlocutor. Desde el momento en que yo la modifico, tengo el poder de cambiar el rumbo de la relación.

Al igual que existen características para cada estado del Yo, existen indicadores conductuales, que nos ayudan a identificar cuando, cada estado, se hace del dominio de la personalidad, lo que los convierte, a los estados, en predominantes.

Para el estado del Padre.

Cuando se hace cargo de la personalidad el Padre de la persona (Padre Activo), ésta se comporta, como lo hacía alguna de sus figuras parentales, cuando él tenía determinada edad.

Aunque la expresión del estado del yo Padre, tiene un carácter imitativo de otras personas importantes para nosotros, algunos indicadores conductuales, que suelen observarse, cuando él se hace cargo (es el predominante) del estado del yo Padre, son:

  • Usa frases estereotipadas, refranes, clisés,
  • Da órdenes,
  • Usa adjetivos calificativos, pone etiquetas,
  • Hace juicios de valor, etc.
  • Como lo hacía alguna de nuestras figuras parentales.

Ejemplos: “El que manda, manda; aunque mande mal”, “Si no sabes hacer las cosas bien, no las hagas”, “Hazlo así”, “Eso no se hace”, “Siempre…”, “Jamás…”, “Lo que hace falta es…”, “Porque lo digo yo, y punto”, “Esto es ridículo”, “¡Pendejo!”, “¡Inmaduro!”, “¡Infantil!”, “No haces nunca nada bien”, etc.

Tono de voz: En general fuerte, como puntualizando o bien envolvente.

Gestos: Apuntar con el índice, sacudir la cabeza de un lado para otro, aprobar con la cabeza, hacer un guiño, estrechar a alguien en los brazos, dar una palmada en la espalda, etc.

Actitudes corporales: Manos sobre las caderas, mirar de arriba a abajo, cruzar los brazos sobre el pecho, meter la barbilla entre la mano, extender los brazos, elevar los brazos al cielo, etc.

Expresiones faciales: Fruncir las cejas, expresión de simpatía o de altivez, apretar los labios, elevar las cejas, etc.

Las miradas: Son intensas, amenazan o envuelven o apoyan o culpabilizan o miran desde arriba.

Aquí mando YO
Amenazante

Para el estado del Adulto.

Las manifestaciones del estado del yo Adulto no son tan previsibles, como las de los estados del yo Niño y Padre, dado que es un estado adaptado oportunamente a la situación presente aquí y ahora, siempre cambiante. No obstante los comportamientos, bajo el control del Adulto, tienen la cualidad de ser más autónomos y menos automáticos, que los de la persona en el estado Padre o Niño.

Algunos indicadores de conducta frecuentes, cuando una persona está en el estado del yo Adulto son: la serenidad dentro de la emoción, la escucha atenta, el uso de preguntas que buscan información, una mirada directa, etc.

Cuando estamos en el Adulto usamos palabras y frases que expresan hechos, datos internos y externos, con preguntas y respuestas con intención directa y clara, con valoraciones objetivas basadas en datos; con acciones efectivas y pertinentes para resolver los problemas usando los datos y recursos de la situación; con expresión de sentires auténticos, relacionados con los estímulos y relaciones de la situación presente.

Podemos usar palabras y frases como: “¿Preparado?… ¡Ahora!”, “Hay demasiadas cosas para trabajar con comodidad”, “¿Dónde pongo esto?”, “Aquí”, “¿Quién, qué, dónde, cuándo, cómo, por qué, para qué?”, “¿Has tomado una decisión?”, “¿Qué esperas de mí?”, “¿Cuáles son los medios de que dispones?”, “No estoy de acuerdo”, “Esta es solo mi opinión”, “Estas son las ventajas y los inconvenientes”, «Me siento triste (contento, enfadado, asustado, etc) cuando dices (haces) eso», etc.

Actitudes corporales: Relajado pero atento, cabeza derecha, mirada discreta, voz calmada, las piernas puestas en el suelo, los brazos abiertos, etc.

Director
Guía
Árbitro

Para el estado Niño.

Los indicadores del predominio del estado del yo Niño son los gestos, más que las palabras: movilidad de los ojos, agitación de las manos y de los pies, posturas, modulación de la voz, utilización de expresiones metafóricas, sensaciones fisiológicas, etc.

Aunque la expresión del estado del yo Niño, es característico de cada persona, algunos indicadores conductuales, que suelen observarse, cuando él se hace cargo el estado del yo Niño son:

Expresiones: ¡Yupi!, ¡Que guay!, ¡Fantástico!, La he fastidiado…, No sé qué más decir, Esto funciona…, ¿Vale…?, ¡Ay!, Que rollo, etc.

Tonos de voz: Variable, o retraído y débil, o brillante y excitado.

Gestos: Bufar, hacer la burla, gesticular, retorcerse las manos, rascarse, mover la punta del pie, retorcerse un cabello, repiquetear en la mesa, manosear un lápiz, dibujar durante una reunión, bailar, etc.

Sensaciones: Nerviosismo, bienestar, picor, palpitación del corazón, lágrimas, risas, rubor o palidez repentina, temblor, etc.

Actitudes corporales: Si está sentado, las piernas recogidas bajo la silla, los pies en la mesa, desaliñado, desplomado, hombros contraídos, sacar el pecho, agitado, contraído, caluroso, gracioso, simpático, deprimido, etc.

Miradas: Moviendo los ojos a derecha o a izquierda, los ojos bajados, suplicantes, sonrientes, cómplices, etc.

Mofa
Travesura
Personificación

Fuentes de apoyo:    www.a3coaching.com

www.thisiscoaching.com

 www.en-contacto.net

¿Y tú cómo te comportas? ¿Cómo Padre, cómo Adulto o cómo Niño?

Para dar respuesta a estas preguntas, complementemos un poco, con lo que representa o significa, idiomáticamente, Análisis Transaccional.

Análisis

Procedimiento intelectual mediante el cual se sopesan diferentes aspectos de un problema o situación específica, con el propósito de procurar una compresión con respecto a ese problema o situación. Método de razonamiento que, según Descartes, podría volverse Mathesis universalis (del griego matheseôs – ciencia o aprendizaje, latín universalis – universal, hace referencia a un hipotético modelo matemático previsto por Leibniz y Descartes, entre otros filósofos y matemáticos del siglo XVI y XVII),pues, en contraste con la silogística (Parte de la filosofía que estudia los silogismos – El silogismo es la noción central de la lógica aristotélica, pilar fundamental del pensamiento científico y filosófico desde su invención hace más de dos milenios), podría alcanzar proposiciones cada vez más verdaderas que la premisa mayor.

Etimológicamente esta palabra es de origen griego. Proviene de análisis (ἀνάλυσις) que significa separar;  ana significa separación y lysis disolución. También significa resolver algo.

Transaccional

De la transacción o relacionado con ella – Transacción: trato o convenio por el cual dos partes llegan a un acuerdo comercial, generalmente de compraventa. Acción de transigir. Transigir: Verbo neutro intransitivo. Este vocabulario se refiere en aceptar, consentir o permitir, en parte, con lo que no se cree justo, convincente, ecuánime, verdadero, cabal o razonable, al fin de terminar con una diferencia.  Aprobar una persona alguna opinión, criterio y opinión contrarios a fin de llegar a algún arreglo. Verbo activo transitivo. Llegar dos personas a un pacto en un litigio o un convenio cediendo ambas partes.

Este vocablo en su etimología, procede del latín «transigĕre» y a su vez del italiano «transigere».

Dicho, de forma fácil, el análisis transaccional, no es más que “ser transigente, para resolver o evitar una situación”.

¿Y es que acaso hay una posición o actitud mejor, para resolver o evitar una situación, que complique, dañe, interrumpa o no permita una buena comunicación, un bue ambiente o un mejor vivir, que ser transigente?

Esa es una de las  razones, por las cuales el Dr. Eric Berne, llegó a crear el método del AT y hoy lo tenemos disponible, desde la forma más sencilla, cómo lo he presentado en este artículo, a formas de mayor profundidad, que por supuesto demandan más estudio y dedicación.

Siendo transigentes, estamos en capacidad de manejarnos entre los tres sistemas o estados del Yo, desde luego, que conociendo de estos y los indicadores conductuales, las acciones y reacciones y la predominancia de los sentidos, en nosotros.

Estoy seguro, que si has leído con detenimiento y ganas de aprender, acerca de este importante tema, estarás en condiciones de poner en práctica, lo que has aprendido y comenzarás a obtener buenos resultados, en cuanto a la fluidez de tus comunicaciones e interacciones.

Hay que identificar cual es nuestro estado predominante y aprender a equilibrar nuestro Padre, nuestro Adulto y nuestro Niño.

Vivimos en un ambiente de desencuentros, comunicaciones a base de rumores, medias verdades, mentiras e infundios, lo que nos lleva peligrosamente a la intransigencia e intolerancia.

En mi opinión, bien merece hacer un esfuerzo para aprender, aunque sea lo esencial del AT, sólo con el fin de lograr mejorar la comunicación, interior y exterior, ya con eso, podemos garantizar un cambio, transformando las intransigencias en transigencias, que son parte de la estructura fundamental de la concordia, la tolerancia y la unión.

Frases para reflexionar.

“Un pesimista es aquel, que pudiendo escoger entre dos males, escoge  ambos”- Oscar Wilde.

“¿Qué cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas, como contigo mismo?”- Cicerón.

“¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”- Albert Einstein.

“Se para ti mismo un crítico severo.” Nicolás Boileau.

«Necesitamos 4 abrazos al día para sobrevivir. Necesitamos 8 abrazos al día para mantenernos. Necesitamos 12 abrazos al día para crecer»- Virginia Satir.

«La inteligencia es la habilidad para tomar y mantener una determinada dirección, adaptarse a nuevas situaciones y tener la habilidad para criticar los propios actos» – Alfred Binet.

Me despido con una expresión de un hombre sabio, cuyos esfuerzo, esperanza y descubrimientos  marcaron un antes y un después, en la vida de muchas personas, en el mundo entero, ya que fue quien hizo posible la cura de la viruela, se trata del médico Ingles, investigador y poeta Edward Jenner, “el padre de la inmunología”.

Miguel Alberto Zurita Sánchez.  Coro 18 / 12/ 2019.

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